Sonia Gedeón
Columnista / 28 de noviembre de 2020

Llegó la Navidad

Nueva York, como ninguna otra ciudad en el mundo, recrea la Navidad, y es Rockefeller Center, con su gigantesco pino natural de 11 toneladas y 75 pies de altura, su epicentro.

Este miércoles 2 de diciembre, cuando se enciendan las 35.000 luces Led, se ilumine su estrella con miles de cristales swarosky y la pista de patinaje cobre vida, los villancicos se oirán por toda la ciudad, anunciando que el espíritu navideño llegó para alegrar nuestros corazones en una temporada navideña inusual por las restricciones a la espontaneidad y al afecto, a los que estábamos acostumbrados.

No me puedo imaginar la Gran Manzana vestida de luces, sin su frénetico ritmo de otros años, donde centenares de personas enfundadas en sus pesados abrigos cargadas de paquetes y sonrisas, recorrían la Quinta Avenida con la ilusión del reencuentro con familiares y amigos.

Este año será diferente. Ya no contaremos con las magnificas vitrinas de Lord & Taylor, cada una representando una historia de Navidad, ni habrá cupo completo en la solemne misa de Nochebuena en la Catedral de San Patricio con su altar vestido de poinsetias, ni tumultos en las escalinatas de Times Square, ni colas para ver el Ballet de Cascanueces en Lincoln Center o el Christmas Spectacular en Radio City, con las imperdibles rockettes, por aforos restringidos.

El ritmo de Nueva York será otro, habrá mucha menos gente, dicen que hasta los newyorkinos han salido de la ciudad en medio de la pandemia y por estas ironías de la vida, si antes los tumultos, el gentío y los afanes de la Gran Manzana nos dejaban sin aliento, ahora el Covid nos quita el aire y nos confina a un horrible y asfixiante, pero indispensable, tapabocas.

Sin embargo, la Navidad en Nueva York siempre será inolvidable y ofrece experiencias sobrecogedoras con o sin pandemia, por la versatilidad de la ciudad. El espectáculo no se detiene, la ciudad se adorna y las casas como Cartier, hacen de su fachada un deleite visual, con su elegante caja de regalo y su tradicional lazo rojo que no pasa desapercibido para los transeúntes.

Todo en Nueva York es fantasía, es la magia de la Navidad en su máxima expresión, los sonidos, los colores, la creatividad en la decoración de las vitrinas, boulevares y espacios callejeros, como le dijo mi sobrina Luna a su abuelo cuando era solo una niña de seis años: Navidad en Nueva York es mejor que Disney.

Es difícil describir el brillo de Nueva York en Navidad, hay que vivirlo. Es una mezcla de recuerdos de infancia, es un deleite sin fin. Un continuo descubrimiento en su juego de luces y en lugares como Dyker Heights; aquí ya no es el comercio, sino que las viviendas de este barrio de Brooklyn, compiten entre sí para ver quién decora y ambienta mejor la fachada de su casa, lo que se convierte en un verdadero derroche de luz, sonido y color, que bien vale la pena visitar.

Hay tanto para ver y hacer, que recomendar es una tarea engorrosa. Hay que dejarse guiar por los instintos. Lo que no puede dejarse de admirar son el árbol y el pesebre en el Museo Metropolitano de Arte, mi favorito.

Desde 1982, el Museo integra el árbol y el pesebre napolitano del siglo XVIII, una verdadera joya. Su espectacular conjunto puede ser admirado en la Galería 305, de la Sala de Escultura Medieval Europea.

El árbol es un abeto azul, de casi siete metros de altura, decorado con múltiples llamitas incandescentes que le aportan brillo y luminosidad a los 50 hermosos ángeles y querubines de fina porcelana, que tiene como único adorno. A su pie, el pesebre con más de 200 figuras, remonta su origen a principios de la primera mitad del siglo pasado cuando Loretta Hines Howard comenzó su colección. Años más tarde, en 1964, dado su valor artístico, decide donarlo al MET para el goce de millones de personas que llegan a contemplar esta obra de arte que recuerda al mundo cristiano, el nacimiento del Niño Jesús.

Y, mientras llega el momento de volver a la capital del mundo, sigamos soñando, como nos lo enseñó Frank Sinatra, con una blanca Navidad.

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