Así como el cabello protege la cabeza del sol, las pestañas impiden que entre polvo a los ojos y las cejas retienen el sudor, la barba y el bigote también tienen sus funciones, independientemente de sus razones estéticas. Son considerados como un medio de protección de una parte del rostro. Los expertos dicen que ayuda a retener la humedad natural de la piel, evita que ésta se manche por el sol y ayuda a frenar el proceso de envejecimiento.

Los hombres con barbas son considerados más masculinos y atractivos que los que se afeitan, y si van matizadas con canas, los hace ver aún más interesantes, más maduros.

Aunque el estilo tipo candado es el que está de moda, ellos deben tener en cuenta la forma de su cara para resaltar sus facciones o también ocultar algunos defectos. Un largo que está casi al ras de las mejillas y mandíbulas, es ideal para aquellos principiantes en este tema de vello facial.

Como la barba y el bigote siempre están expuestos a la vista de todos, requiere un buen mantenimiento. Como durante la primera etapa del crecimiento puede producir picazón, es recomendable lavarlos varias veces cada semana con un jabón suave, como el Mel Bross.

Es muy importante hidratar tanto la barba como el bigote. Hay varios productos especializados, pero los más utilizados son los aceites y los bálsamos. Ambos cumplen la misma función y su uso depende más de los gustos de cada uno que de las propiedades que tienen.

Es imprescindible que sequemos bien la barba previamente, ya que si queda agua en nuestra barba, no permitirá que el aceite penetre en la piel y estaremos desperdiciando el producto. Para mantenerla aseada, no es recomendable usar el mismo champú para el pelo de la cabeza, porque podría resecarla ya que la piel de la cara no es igual a la de la cabeza.

Para mantener un aspecto limpio del bigote, recorta el área alrededor del surco naso labial (el área debajo de la nariz) con un par de tijeras de aseo y mantenla de forma natural, esculpida con una cera. Por último, péinalo con un peine de púas finas.