Como la patilla está en plena cosecha los vendedores no solo ofrecen a la fruta como tal, para comerla a pedazos, sino en jugos y tutifruti.
El refrescante y exquisito jugo de patilla es una de las bebidas más apetecidas por esta época no solo en el Atlántico, sino en toda la región Caribe.
Viajar en estos días por las carreteras del departamento el Atlántico y otras de la región del Caribe es común ver en las orillas de esas vías pilas y pilas de patillas, o sandías como también se le conoce, como parte del paisaje propio de la época veraniega.
Esta fruta herbácea, que hoy está en plena cosecha, los vendedores la ofrecen también en tutifruti, sorbete o simplemente en jugo con trozos y hielo picado conocido popularmente como ‘patillazo’.
La pulpa de esta fruta es altamente refrescante e hidratante por su rico contenido de agua, su agradable textura y su exquisito sabor invitan a consumirla en cualquier ocasión, y en las diferentes preparaciones que ofrecen expertos en repostería y cocina.
La botánica nos dice que esta planta es originaria de África y con una gran presencia y difusión en todo el mundo. Se cultiva de manera extendida por todo el mundo debido a su fruto, el cuál es una pepónide de enorme y variado tamaño.
La patilla es una de las frutas veraniegas por excelencia. Pertenece a la familia de la cucurbitáceas, por lo que ha existido cierta controversia respecto a si es una fruta o un vegetal, dado que es familia de la calabaza y el pepino. Además de refrescar y ser altamente hidratante, cuenta con un gran número de nutrientes muy beneficiosos para nuestra salud.
La patilla contiene vitamina C, vitamina A, potasio, magnesio, licopeno y betacaroteno. En concreto, su cantidad de licopeno y betacaroteno aumenta cuanto más madura está la sandía, así que es preferible comerla bien madura para aprovechar al máximo sus propiedades.
La fruta está en todo su furor que es frecuente ver ventas en las esquinas de la ciudad donde además se ofrecen su delicioso jugo, aunque algunos le llaman chicha por incluir trozos de la pulpa en preparación.
«El patillazo» se encuentra fácilmente en el centro de la ciudad de Barranquilla tanto en el norte como en el sur, teniendo alta acogida entre sus consumidores.
LOS MITOS
Sobre esta popular y apetecida fruta se tejen creencias como la de afirmar que si su consumo se mezcla con bebidas alcohólicas podrían ocasionar intoxicación en quien lo haga.
En el barrio San José, en una esquina por donde circulan muchos transeúntes y de alto flujo vehicular, nos encontramos a Cristóbal Angulo, a quien todos sus conocidos le llaman ‘Chichi’, con su venta de patilla.
El asegura que las ventas han estado buenas, pero que ya la cosecha fue recogida en su totalidad y muy seguramente quienes como él se dedican a vender la fruta, pronto terminarán.
A él lo visitamos un domingo, y durante el rato que estuvimos conversando con él fueron muchos los carros que se detuvieron a comprarle las patillas.
“Yo vendo patillas desde 7 mil pesos. Pero los precios varían, dependiendo del tamaño de la fruta, y muchas veces pasan personas que ya yo las conozco y se las dejo más económicas”, nos cuenta Cristóbal.
Con él conversamos de muchas cosas que se dicen de la patilla, y nos cuenta que el hecho de que no se puede comer patillas después de haber consumido licor no es cierto.
“Qué va eso es mentira. Si ya la patilla la usan hasta para hacer cocteles. Si eso fuera verdad ya muchos se hubieran muerto o intoxicado con los cocteles. Y yo sé que es así porque la sobrina mía me cuenta que a ella le han brindado ese coctel”.
Esta especie de mito era muy común en la provincia de la región Caribe, y así se mantuvo por muchos años, hasta que la modernidad y avances que se han dado en muchos ámbitos llevó a expertos en cocina y bebidas a utilizarla en la preparación de muchas recetas como postres y cocteles que dieron al traste don dichas creencias.
También, algunas abuelas afirmaban que una vez abierta o partida la fruta debía consumirse en un tiempo limitado, pues la exposición al aire descomponía su pulpa haciéndola riesgosa para el consumo.
Igualmente se desestimaba la posibilidad de preparar la patilla con leche porque podría cortarse o producir malestar en la salud. Sin embargo en las muchas preparaciones que hoy se presentan, hay malteadas que la contienen.
Entre las recetas que se hacen a base de patilla se encuentran postres, helados, sorbetes, cocteles, malteadas y ensaladas, entre muchas otras. Además la fruta es fácil de hacerles cortes dándole formas que sirven para decoración de mesas, anchetas y platos.
BONDADES DE LA FRUTA
La patilla tiene una serie de propiedades que hacen recomendable su consumo, pues como ya dijimos tiene vitaminas y nutrientes en su composición. El consumo aporta los siguientes beneficios para el organismo:
1. Es buena para el corazón. Contiene citrulina, que se transforma en arginina. Estos aminoácidos ayudan a mantener la elasticidad de las arterias y los vasos sanguíneos, favorecen el flujo sanguíneo y contribuyen a una correcta función cardiovascular.
2. Ayuda a bajar de peso. Esta fruta es baja en grasa y calorías pero rica en nutrientes. Tan solo aporta 30 calorías por 100 gramos. Es una excelente solución para acabar con el “gusanillo” de media mañana y además es muy fácil de preparar para llevar al trabajo.
3. Es buena para los ojos. La patilla es una gran fuente de betacarotenos, que en el organismo se convierte en vitamina A, excelente para prevenir la degeneración asociada con la edad. Asimismo, contiene vitamina C, antioxidante que reduce el riesgo de cataratas.
4. Reduce la inflamación. Su alto contenido de antioxidantes, convierten la sandía en una fruta excelente para combatir la inflamación. Tomar un vaso de zumo de sandía diario podría reducir el riesgo de padecer enfermedades como la artritis, el asma o el cáncer de colon.
5. Sube los niveles de energía. Contiene vitamina B6 y magnesio, ambos contribuyen a que el cuerpo tenga energía durante todo el día.
Su cultivo. La cosecha se realiza generalmente de 90 o 100 días de haberse sembrado. Los conocedores recomiendan recolectar los frutos en horas tempranas de la mañana, y al momento de cosechar es aconsejable dejar el pedúnculo unos cinco cm de largo. La etapa germinativa de la semilla de la patilla tiene una duración promedio de entre cinco y seis años, pero se puede sembrar hasta los diez años. La semilla no tiene etapa de latencia por los que puede sembrarse inmediatamente después de la cosecha.