Para lograr una decoración armoniosa y funcional es importante, no solo tener buen gusto, sino guardar el equilibrio para que el espacio no se vea recargado, desordenado e incluso más pequeño.
La mesa de centro es un foco de atención en la sala de todo hogar. Ocupa un lugar preferente y la decoración que pongas sobre ella marca mucho nuestro estilo. Por ello, decorarla requiere prestar atención a detalles como la cantidad de elementos, su distribución, los materiales y las proporciones. Con un poco de buen gusto y sentido común, la mesa de centro puede convertirse en el foco de atención de la casa. MiREDvista le presenta un listado de los errores más comunes al arreglarla, los cuales impiden lograr un espacio armonioso y estéticamente agradable.
1. Sobrecargar la mesa
Este es uno de los errores más frecuentes y se nos olvida que, al decorar, menos es más. Y entonces ponemos colecciones, bolas de cristal, floreros, libros y adornos varios que recargan. Abusar de los elementos decorativos, colocando demasiados objetos sobre la mesa, le resta estética al espacio. Hay que ser selectivo con los accesorios para que la decoración se vea más equilibrada y despejada. Sucede lo mismo al colocar objetos de gran tamaño que acaparan el protagonismo, pues saturan visualmente el espacio. Los elementos decorativos deben armonizar tanto con las dimensiones de la mesa como de la sala.
2. Adornos mal distribuidos
El segundo error más frecuente al arreglar la mesa de centro tiene que ver con la manera como colocamos o distribuimos los adornos, que deben ocupar equilibradamente toda la superficie, de forma simétrica o asimétrica, según el estilo deseado. Por lo general cometemos el error de colocar objetos solo en el centro de la mesa, olvidando los laterales y esquinas, lo que hace que la decoración se vea incompleta y poco armoniosa. También es importante prestar atención a las alturas. Colocar flores u objetos muy altos, como floreros, puede cortar el espacio visual y hacer que la decoración se vea desequilibrada. Es preferible utilizar elementos no muy grandes o altos que permitan una visión despejada de la sala.
3. No a texturas y materiales uniformes
Este error también suele ser frecuente: escogemos los adornos en el mismo material de la mesa de centro, lo que hace que la decoración se vea plana y poco interesante. Combinar diferentes texturas, acabados y materiales –como madera, metal, vidrio o cerámica—, da más riqueza visual al espacio, permite crear contraste y personaliza la decoración. Así que, si la mesa de centro es de cristal, nada de detalles en cristal. Y lo mismo pasa con la madera. Combina materiales, la sala te lo agradecerá. Por ejemplo, una mesa de madera queda muy bien con accesorios de metal o vidrio. En la misma vertiente, una de cristal se complementa perfectamente con objetos de cerámica o piedra. Jugar con los materiales es una forma sencilla de aportar personalidad a la decoración.
4. Ojo con el tamaño y la forma
La elección de la mesa de centro también es clave. Hay que evitar que sus dimensiones sean desproporcionadas en relación con el tamaño de la sala. Una regla general es que la mesa debe medir, al menos, la mitad de largo del sofá y estar a una distancia de entre 40 y 50 centímetros. También es importante elegir la forma adecuada. La más versátil es la rectangular, que encaja bien en salas de diferentes tamaños. Las mesas cuadradas son más apropiadas para espacios pequeños, mientras que las redondas aportan calidez a ambientes amplios.
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