Enredad@s / 14 de junio de 2025

Lo último: ¿Adiós al WhatsApp sin datos en Colombia?

Romario Quintero

Desde el año 2011, los colombianos pueden usar las aplicaciones mas populares sin consumo de sus datos.

Por años, en Colombia bastaba con tener saldo para enviar un mensaje por WhatsApp, sin necesidad de preocuparse por el consumo de datos.

Esa posibilidad, que para muchos era invisible, fue en realidad una conquista que ayudó a cerrar la brecha digital y conectar a millones de personas en todos los rincones del país. Pero eso está a punto de cambiar.

La Corte Constitucional declaró inexequible la norma que permitía a los operadores ofrecer el modelo de “tarifa cero” en los planes móviles. Esta figura permitía usar ciertas aplicaciones entre ellas, WhatsApp, Facebook e Instagram sin que ese consumo descontara de los datos incluidos en el plan.

La decisión llega tras una demanda presentada por el colectivo jurídico El Veinte, que consideró que ese beneficio afectaba la neutralidad de la red.

Para muchos usuarios en Colombia, especialmente en zonas rurales y sectores populares urbanos, esto representa un cambio profundo. Hablamos de personas que, con una recarga de $2.000 pesos, pueden mantener activa su comunicación por varios días gracias a que WhatsApp no consume datos.

Gente que vende arepas, ofrece servicios de estética a domicilio, reparaciones, clases particulares o simplemente mantiene el contacto con sus hijos, padres o compañeros de trabajo a través de mensajes, notas de voz o llamadas en esta app.

LA VIDA CONECTADA DESDE EL PREPAGO

En Colombia, cerca del 80 % de las líneas móviles son prepago. Eso significa que la mayoría de los usuarios dependen de recargas y paquetes de datos limitados. Para ellos, la posibilidad de usar WhatsApp sin consumir datos no era un lujo, sino una necesidad básica.

La decisión de la Corte, si bien se fundamenta en principios jurídicos válidos como la igualdad de condiciones para todas las plataformas digitales, desconoce el impacto social de la medida. No es lo mismo hablar de neutralidad de red en países con alta penetración de internet y poder adquisitivo, que en un país como Colombia, donde el acceso digital es todavía desigual.

Las cifras del MinTIC lo confirman: WhatsApp es, por mucho, la aplicación más utilizada en Colombia. Es la herramienta de comunicación por excelencia. Le siguen Instagram y Facebook, que también han sido parte del paquete de apps incluidas en los planes de tarifa cero.

Estas plataformas no solo sirven para compartir fotos o memes; en muchos casos son los catálogos de venta de emprendedores, la agenda de los estudiantes, el canal informativo de miles de ciudadanos.

UNA DECISIÓN CON EFECTOS COTIDIANOS

La tarifa cero se incluyó por primera vez en el Plan Nacional de Desarrollo de 2011, como una estrategia para aumentar la adopción del internet móvil. Con ella, operadores podían ofrecer acceso gratuito a las apps más populares de acuerdo con la Comisión de Regulación de Comunicaciones como parte de su estrategia comercial.

La medida fue efectiva: permitió que el uso del internet móvil se disparara. También dio a los usuarios prepago la posibilidad de acceder a canales de comunicación modernos sin temor a quedarse sin datos. Ahora, esa facilidad desaparecerá.

El fallo de la Corte no obliga a los operadores a ofrecer ninguna aplicación sin consumo de datos, y también impide que se concentre ese beneficio en unas pocas plataformas. Pero también se enfrenta a un dilema práctico: exigir que se ofrezcan cientos de apps sin consumo sería técnicamente inviable y económicamente insostenible para los operadores.

NEUTRALIDAD VS. REALIDAD

Desde el punto de vista jurídico, se trata de proteger un principio valioso: el de la neutralidad de la red. Este plantea que todos los contenidos y aplicaciones deben ser tratados de forma igualitaria por los proveedores de internet, sin discriminación ni ventajas comerciales. Pero cuando esa igualdad se impone sobre contextos de desigualdad social y económica, surgen preguntas complejas.

En Colombia, donde el acceso a internet sigue siendo limitado en muchas regiones, y donde millones dependen de unas pocas apps para mantenerse conectados, el fin de la tarifa cero puede ampliar la brecha digital. Puede desconectar, por la vía económica, a quienes solo tenían acceso a una parte pequeña pero esencial del mundo digital.

EL RETO DE LO QUE VIENE

Lo que sigue será responsabilidad del Congreso, del Ministerio TIC y de la CRC. Deberán estudiar nuevas formas de garantizar la conectividad sin comprometer la neutralidad. Tal vez explorar modelos de datos patrocinados, subsidios o franjas sociales para el acceso básico a internet.

Mientras tanto, millones de colombianos deberán prepararse para un cambio en su rutina digital. Ya no podrán asumir que WhatsApp está siempre disponible. Y en un mundo donde lo digital ya no es opcional, sino esencial, eso es mucho más que un simple ajuste técnico: es una transformación profunda en la forma en que nos comunicamos, trabajamos, aprendemos y vivimos.

El fin de la tarifa cero es, en el papel, una victoria por la igualdad digital. Pero en la práctica, puede ser un retroceso en el acceso para quienes más lo necesitan. El debate está abierto, y sus consecuencias ya comenzaron a sentirse en el bolsillo y en la pantalla de millones de colombianos.

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