Lo último / 11 de febrero de 2023

Natalia De Castro y la maratónica vida de una reina de Carnaval

Miguel Utria

En la recta final de las fiestas del dios Momo, las carreras para cumplir con todo y con todos; las decenas de compromisos y el escaso tiempo para descansar, dominan el día a día de la soberana.

Faltando pocos días para el Carnaval 2023, su majestad Natalia De Castro ha emprendido una verdadera maratón para cumplir con todos los compromisos de su agenda. Y está tan apretada dicha agenda que la reina ha tenido que multiplicarse para estar en dos, tres y hasta cuatro eventos, programados casi en paralelo, a los que la invitan cada día.

Y es que desde el pasado mes de agosto cuando el alcalde Jaime Pumarejo dio a conocer el nombre de quién presidiría las fiestas del dios Momo en su versión 2023, la vida de Natalia de Castro dio un giro de 180 grados.

Lo anterior porque aunque desde agosto falten cinco o seis meses para la realización de las fiestas, la agenda de la reina del Carnaval inicia desde ese mismo momento, por lo que quien aspire a ser la soberana debe saber lo que espera en adelante.

Sin embargo Natalia, quien desde hace años está vinculada con la organización del evento, sabía, a ciencia cierta, a lo que se enfrentaría. Pero su pasión y amor por el carnaval se constituían en su mayor fuerza para enfrentar el gran desafío que implica ser reina del Carnaval de Barranquilla.

Pero los 16 años que tiene esta esa ingeniera industrial de trayectoria artística no han tenido tanto ajetreo como los primeros seis meses de su reinado.

Una reina de Carnaval como Natalia duerme poco, baila mucho, habla con todos, sonríe todo el tiempo, en ella no hay lugar para el cansancio, el mal genio y, mucho menos, para berrinches de niña consentida.

Ruedas de prensa, entrevistas para radio, prensa y televisión, sesiones fotográficas, viaje a la capital de la República para promover las fiestas, izadas de bandera, Carnaval en municipios como Puerto Colombia, Galapa, Juan de Acosta o Sano Tomás y la agenda propias de su fiesta, son algunas de las actividades que, a diario, debe cumplir la reina. Actividades para una verdadera campeona en atletismo cualquier disciplina deportiva.

Natalia debió medirse en competencia por la banda de reina junto con otras 11 aspirantes barranquilleras, con similares cualidades, sueños y expectativas, pero además con el talento exigente de una verdadera reina del carnaval.

Natalia demostró por qué superó a sus competidoras, pues no en vano ha sido ganadora de competencias como bailarina en países como México y Panamá, cualidades artísticas que quedaron evidenciadas en el video oficial que presentó ante la organización del Carnaval como prerrequisito para aspirar al trono.

En el video la reina Natalia aparece bailando mapalé con una destreza que todos aplauden, muchos admiran, algunos envidian y pocos igualarían.

Definitivamente la reina es una verdadera maestra de la danza, título que ha empezado a cultivar, pues en varias oportunidades ha tenido la responsabilidad de ser instructora de baile y de preparar números para ser presentados en público.

Sus cualidades para el baile, la resistencia y la disponibilidad para estar siempre alegre y regalar sonrisas a su pueblo, quedaron demostradas en la tarima de la lectura del bando, en una noche llena de música y derroche de talento, que la reina considera hasta ahora uno de los mejores momentos de su vida.

Durante las actividades de su reinado, Natalia fue coronada como Reina de los Marinos en el marco del lanzamiento de la Guacherna Fluvial y el Carnaval de la Armada.

Además compartió con las internas del Buen Pastor, quienes le entregaron un vestido diseñado por ellas, y ha recorrido la ciudad en una maratón de eventos de coronación de las candidatas al reinado popular. Pero también ha estado en las fiestas de los grupos folclóricos de tradición en sus izadas de vaderas y conmemoración de aniversarios.

Pronto llegará el Miércoles de Ceniza, cuando Joselito se haya marchado con sus cenizas para el otro mundo, y la reina tendrá tiempo para seguir viviendo el sueño que la llevó a ser la reina de un Carnaval que difícilmente será olvidado por los barranquilleros, pues Natalia se robó el cariño, la admiración y el respeto de todos. Un respeto digno de una campeona, de una verdadera reina de Carnaval.

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