Empresariales / 28 de enero de 2023

Natalia Farah y sus originales recetas para tener en un solo postre todo lo que amamos

Miredvista.co

Los ‘Brookies’ son una deliciosa combinación de brownies y cookies con la que que esta emprendedora joven barranquillera innovó. En el último año ha logrado crear 23 combinaciones distintas, y se alista para elevarla muy pronto al mundo del helado.

A la izquierda, brookies melcochudos, y a la derecha galletas fit con harina de almendra y sin azúcar, ¡qué delicia!

Con 50 mil pesos que su mamá le regaló, Natalia Farah Amín compró los primeros insumos para hacer sus brownies y galletas con los que empezó, a los 16 años y en plena pandemia, un emprendimiento que hoy la ha convertido en una exitosa empresa empresaria del ramo de la repostería.

Ella solita compraba ingredientes, preparaba recetas, horneaba, armabas las cajitas para empacar, publicaba en redes sociales, promocionaba, vendía y entregaba, en momentos en que manejaba su emprendimiento a través de redes sociales.

Atrás habían quedado los días en los que, a los 13 años, se reunía con sus amigas para sorprenderlas con las delicias que les preparaba. El gusto por la repostería era evidente, y por eso, en 2020, cuando todos tuvimos que aislarnos en casa, ella, que no sabe quedarse quieta, optó por abrir una cuenta en Instagram, Let’s Dough It (@letsdoughitt)en la que empezó a montar las recetas que había aprendido en casa, con su mamá Natalia y su abuelita Olga, o que sencillamente que se inventaba, tras escudriñar en cuentas especializadas y explorar con ingredientes y sabores.

Natalia Amín con sus hijos Cristian y Natalia Farah están al frente de ‘Let’s Dough It’.

“La gente comenzó a preguntarme que si vendía lo que hacía o que cuánto costaba, a pesar de que yo publicaba la receta para que la hicieran en casa. Entonces concluí que aunque tu les regales la receta, la gente prefiere el postre listo, más que prepararlo, y fue por eso que empecé a vender lo que hacía a través de Instagram”, cuenta Natalia, la menor de cinco hermanos –es la única mujer—nacidos en el hogar de Ricardo Farah y Natalia Amín.

Cuando se vio apurada para hacer ella sola todo, entonces le pidió a su mamá que fuera su socia, para poder además generar contenido para Instagram, donde ha logrado consolidar una comunidad de 34,400 seguidores. Pasados cuatro o cinco meses, cuando el negocio seguía creciendo, entonces se asoció con su hermano Cristian David, un administrador de empresas 13 años mayor que ella, quien se puso al frente de la parte de administrativa, mientras que su mamá maneja la parte contable y la relación con proveedores.

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En junio de 2022, esta joven de 18 años se lanzó a la aventura de abrir su primer local en el norte de Barranquilla, y un mes después abrió una cocina oculta en Bogotá, donde sus productos se consiguen ya en muchas reposterías. Aquí cuenta con dos cocinas, una para la producción y otra en donde ella explora e inventa recetas. Es así como a la fecha ha creado 23 sabores de su producto estrella, el ‘brookie’.

“El brookie es una mezcla de brownie melcochudo que va en la base, y cookie crujiente, deliciosa, en la parte superior. Tenemos brookies de milo, vainilla, red velvet, además de chocolate. Jugamos con salsas, topings y por ello la variedad de sabores. A la gente le encanta esta receta que le ofrece en un solo postre todo lo que ama comer”, explica. Recientemente el brookie estrenó su versión en helado, acompañado con un caramelo salado hecho por ellos mismos.

El equipo humano de la respostería.

Los otros productos que se distingue en la carta de esta repostería son los postres fit, con harina de almendras y arequipe y chocolate sin azúcar, ideales para personas que cuidan su figura o que por razones de salud no pueden comer dulce.

Natalia, que se graduó de bachiller el año pasado en el colegio Marymount, y que ahora se alista para irse un año a España a estudiar pastelería en la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu de Madrid, está feliz por la próxima apertura de un  segundo local en Barranquilla y soñándose con incursionar algún día en la cocina de sal.

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