Pese a las restricciones, mucha gente ha hecho caso omiso y fuma el cannabis por las calles más congestionadas de Manhattan, como Time Square.
A raíz de la legalización del cannabis, en La Gran Manzana se ha desatado un consumo desmedido que contamina el ambiente. Jóvenes y adultos fuman abiertamente la hierba, cuyos componentes son fáciles de encontrar también en golosinas. Así lo pudo comprobar MiREDvista al recorrer buena parte de las calles de Manhattan.
Desde que fue legalizado el uso del cannabis recreativo en la Gran Manzana, jóvenes y viejos se desaforaron a consumirla y los comerciantes comenzaron abrir tiendas para ofrecer cigarillos con esta hierba lo mismo que gomitas y chocolates.
Aunque no se puede fumar en lugares cerrados como restaurantes, discotecas, bares y en zonas peatonales, el consumidor puede hacerlo en la calle pero a una distancia mínima de 4,50 metros de la entrada de sitios públicos como Time Square, parques y en la playa, entre otros.
Sin embargo hoy hace parte del entorno urbano sentir el olor por todos lados que se impregna hasta en la ropa, lo cual pudimos constatar la semana pasada en nuestra visita a NY.
Como decimos acá coloquialmente: “cualquiera termina trabado”.
NY ha sido considerada como una de las ciudades más contaminadas en el mundo. La polución hace parte del día a día. Al vapor que emanan las alcantarillas de calles, sobre todo en Mahattan, que es el mismo que viaja por túneles y cañerías de los edificios más emblemáticos como el Empire State Building, la terminal Grand Central o la sede de las Naciones Unidas, se le suma hoy la humareda del cannabis.
Desde marzo de 2021, el cannabis es legal en Nueva York, aunque con una legislación bastante estricta. Cualquier persona mayor de 21 años puede llevar hasta 85 gramos de marihuana o 24 gramos de cannabis concentrado. Si lleva más que eso, estará infringiendo la ley y podría meterse en serios problemas.
Si fuma en las calles no autorizadas puede costarle una multa de 50 dólares, sin embargo hay quienes lo hacen. Para ello hay frecuentemente hay patrullas del Departamento de Parques merodeando por esos lugares para pillarse también que el fumador tenga menos de 21 años. No es legal que las personas menores de esa edad tengan, consuman o compartan cannabis.
A raíz de la legalización, las quejas de la comunidad por su uso público de la marihuana se han incrementado. Aunque hay carteles en las esquinas que advierten que no es zona de fumadores ni de vapeadores, el humo llega a las narices.
En East Village, un barrio del lado este del Bajo Manhattan, se abrió el primer comercio de esos productos para consumo, a través de una licencia, y poco a poco otros han venido abriendo sus puertas, tras la legalización de la marihuana que beneficia también a adultos a cultivar la hierba en su propio hogar.
Los lugares que tienen licencia están marcados con un logotipo de verificación. Los productos con licencia se someten a pruebas y siguen los estándares de seguridad establecidos por la Oficina de Gestión de Cannabis (OCM, por sus inglés). Si el consumidor tiene alguna pregunta o inquietud sobre la seguridad del producto, el etiquetado, los efectos en la salud, lugares o ventas sin licencia, o uso no autorizado para obtener información está cannabis.ny.gov/ medical-cannabis.
Sobre los fines medicinales cualquier proveedor de atención médica que pueda recetar sustancias controladas en Nueva York, esté calificado para tratar la afección de un paciente que haya completado un curso de dos a cuatro horas sobre cannabis medicinal, puede certificar a los pacientes para el cannabis medicinal.
Los pacientes certificados para cannabis medicinal por su proveedor de atención médica deben ser registrados automáticamente en el Programa de Cannabis Medicinal.