El campeón nacional, Freddy Charris, con sus hijos: Andrea y Santiago.
Freddy Charris superó los obstáculos de su nueva condición de vida gracias al amor por su familia y el apoyo de sus amigos y compañeros de deporte.
Freddy tiene 46 años de edad y considera que toda su vida ha estado relacionado con el mar y los deportes náuticos, hasta el día que tuvo un accidente hiperbárico mientras buceaba en aguas de Cartagena, evento que le ocasionó una lesión por una burbuja de nitrógeno que se le alojó en la médula afectándole la movilidad de las piernas. Corría el mes de octubre de 2014.
Horas después de haber sufrido el accidente fue sometido a intervención por medio de una cámara hiperbárica por cinco horas continuas, para extraerle el nitrógeno del cuerpo y evitar una situación más grave. El tratamiento para descontaminar el cuerpo duró varias sesiones, que se realizaron por espacio de 10 días, una hora al día, para limpiar todo el cuerpo. Sin embargo la afectación en la columna vertebral fue irreversible.
ARRANCAR DE NUEVO
Luego de terminar el tratamiento comenzó a movilizarse en silla de ruedas ante la imposibilidad de caminar por sí mismo. Aunque la depresión y la impotencia por su nueva condición, su familia y amigos le animaban todo el tiempo hasta que por medio de su EPS le formularon terapias en centros especializados en la ciudad de Barranquilla, tratamiento que alternaba con ejercicios particulares apoyado por su círculo más cercano.
“Gracias a esto me fui rehabilitando y a recuperar la masa muscular de las piernas que ya había empezado a perder por la inmovilidad. Con esos tratamientos comencé también a recuperar la movilidad de las piernas y a dar mis primeros pasitos apoyado de una caminadora, y eso me ayudó a desenvolverme de manera más independiente”.
Estuvo por fuera de las prácticas deportivas por más de un año, hasta que sus amigos lo llevaron a Lomita Arena donde ellos practicaban, y él se dedicaba a tomarles fotos y hacerles videos debajo del agua.
“Eso me llenaba de alegría, y me animaba mucho ver a los muchachos practicando y estar nuevamente en contacto con el agua. Eso lo hacíamos frecuentemente, mis amigos venían a buscarme, sacábamos la lancha, ellos iba a pescar y yo los animaba desde arriba en la lancha. Yo quería hacer lo mismo, pero ya no podía cargar el arpón, y me fui concientizando de que ya no podía ser lo mismo que antes”.
Por ser un amante del mar, las olas y los deportes náuticos, y eso fue uno de los motivos que tuvieron sus amigos para convencerlo de que no se dejara vencer por la tristeza y la desesperanza.
REACCION SORPRESA
Tras aceptar la propuesta de sus amigos e reanudar la práctica deportiva, un día mientras surfeaba, cuando la ola le mostró que era el momento de levantarse, olvidó su condición y sin saber cómo, de un momento a otro estuvo a punto de pararse sobre la tabla.
“Fue un movimiento casi que inconsciente, por la emoción de verme nuevamente en lo que siempre me ha gustado. Pero mis piernas no pudieron sostenerme y caí. En ese momento supe que no debía dejar la práctica del deporte y comencé nuevamente los entrenamientos con disciplina”, afirma Freddy quien actualmente hace parte de las selecciones Atlántico y Colombia de para-surf.
Su relación con el mar inició desde que era muy niño, pues su padre era pescador, practicaba el buceo y en ocasiones él lo llevaba a sus faenas de pesca que le hicieron enamorarse del viento, las olas y la mar, según comentó.
“Cuando tenía siete años aprendí todos los ejercicios que tuvieran que ver con el mar porque mi papá era pescador y buzo. Desde entonces estuve viendo esas modalidades deportivas, me gustaba verlo, y así nació mi amor por el mar. Inicialmente yo era buzo y fui selección Colombia de buceo como miembro de clubes del Valle del Cauca porque acá en el Atlántico no había una selección constituida”.
Siendo selección Colombia de esa modalidad deportiva tuvo la oportunidad de competir en Venezuela y Estados Unidos en Juegos Panamericanos, y en Perú compitió en los Juegos Bolivarianos de Mar y Playa, ello entre los años 2007 en adelante.
Freddy es graduado como técnico de sistemas y tiene un taller en su casa donde le llegan trabajos, aunque a veces los clientes escasean. Y asegura que gracias a esa capacitación que había recibido pudo seguir trabajando para sacar a su familia adelante. Además sus amigos cuando ganaban dinero con la pesca o en competencias siempre compartían con él como si aún hiciera parte del equipo.
DEPORTISTA DE SELECCION
“Un día ellos me propusieron hacer parte de la selección de para-surf y como yo tenía conocimientos de esa práctica acepté, aunque lo pensé porque tenía rato de no hacerlo y me dio algo de temor. Yo siendo todavía un niño practicaba el surf, pero tuve que dejarlo porque el sol y el agua me ocasionaron daños en la piel, tenía como 14 años entonces. Después solo seguí en buceo”,
El temor que sintió tras el ofrecimiento de sus amigos obedecía a que la experiencia le había hecho pasar por situaciones de riesgo por olas fuertes que lo “revolcaron” varias veces, y pensaba que un incidente de esos en su nueva condición no lo iba a sortear de la mejor manera. Pero el mismo se llevó la sorpresa por lo que pudo hacer.
“Después de esa vez que casi me paré en la tabla, eso me gustó y cada vez me fue gustando más y más. Ahora mi modalidad es surf acostado, y eso me llevó a la primera competencia nacional en Cartagena, en la que ocupamos el segundo lugar. Eso hace como tres años y después competimos en Puerto Colombia ocupando igualmente el segundo lugar también en competencia nacional”.
Ese mismo año fueron al mundial de para-surf en Miami, Estados Unidos. Dice que las olas allá son diferentes lo que no le permitió tener una actuación más destacada, pero la experiencia le permitió identificar el comportamiento del mar en esa parte del mundo.
El año pasado fueron nuevamente a Estados Unidos a otra playa, dice que aunque no obtuvo medalla, tuvo un mejor desempeño que la primera vez.
Este año no pudo asistir a competencia mundial por recorte presupuestal que hiciera el Gobierno al rubro del Deporte, pero su compañero de Cartagena, gracias al apoyo del su alcalde, fue en representación de Colombia obteniendo el primer lugar.
Sin embargo, el pasado mes de marzo, en la primera válida nacional del año, llevada a cabo en Cartagena, se alzó con la medalla del primer lugar, y espera la siguiente competencia nacional prevista para diciembre cuando aspira a mantener su liderato.
El hijo de Freddy tiene 12 años y al igual que su padre y abuelo es amante de las olas, el mar y los deportes náuticos. Sin embargo dice que no lo ha apoyado cien por ciento porque teme no poder asistirlo en un eventual riesgo.
“Mi mayor motivación ha sido mi familia, en especial mi hijo que apenas iba a cumplir dos años cuando yo me accidenté, y esa fue mi fuerza. También de ver todas la voces de mis amistades que se unieron para animarme, para visitarme. Al ver eso yo me dije que también tenía que poner de mi parte”, y aquí estamos. Freddy está casado con Ana Palma, tiene una hija, Andrea de 20 años, y su hijo se llama Santiago.