Cuando te preguntan quién eres, ¿qué contestarías?: médico, plomero, arquitecto, ingeniero, administrador etc etc. Reflexiono sobre esas respuestas porque eso no es lo que tú eres, eso es lo que tu haces; si contestas eso sería limitante, encasillado en una profesión, solo son aspectos de lo que tú realizas.
Es importante hacerte esa pregunta, pareciera absurdo, pero lo creo necesario e importante y que te la hagas; tu no eres tu nombre, no es tu físico, tu profesión, tu eres tu proyecto de vida, tus habilidades, aptitudes, fortalezas, tus metas; esa es la brújula que te define quien eres.
Conocer cuáles son tus pasiones, tus destrezas, lo que le da sentido a tu vida.
Lo más importante es que cada día vamos cambiando, no eres a los 50 años el niño que eras cuando tenías diez.
Hay un dicho increíble que dice: ”somos como piedras del río que con el roce nos pulimos”.
Cada día estamos en constante roce con otras personas, este roce no es más que la interacción con nuestro entorno y eso nos lleva a nuetra verdadera identidad.
O sea que como en la epigenética el entorno nos cambia y nosotros cambiamos el entorno.
Así que jamás te preocupes cuando te pregunten quién eres; es un proceso que jamás acaba.
Yo pienso que la verdadera respuesta es casi como un autoconcepto, es como la imagen mental que una persona tiene de sí misma, sobre todo teniendo en cuenta habilidades, emociones, valores, defectos, en su interactuar con los demás.
Lo difícil es saber quien soy, la respuesta para mi, como me defino yo ante mi mismo, mi conciencia el sentimiento que tiene una persona de ella o de el mismo.
Cada persona es irremplazable. Leí un artículo interesante de un filósofo y psicólogo Williams James, quien dijo que cuando te encuentras con alguien, en realidad es una reunión de seis personas las que cada uno piensa que son, las que cada uno piensa del otro es y las que realmente son.
De esas seis, quizás las más intrigantes son” las dos ultimas, las que realmente son”.
Existe el hipócrita que se muestra con una identidad totalmente falsa, en ocasiones por aparentar, por caer bien, pero en el fondo es totalmente lo contrario de cómo se muestra, de cómo es.
Ya lo dijo Julien Green:”ni siquiera el mejor explorador del mundo hace viajes tan largos como aquel hombre que desciende a las profundidades de su corazón”. Llegar a conocerse a sí mismo es un arte.