La hidratación, el descanso adecuado y escuchar los mensajes de nuestro cuerpo son claves. En las grandes celebraciones, cuídese del licor adulterado.
La Navidad es una época de celebración, reencuentros y, por supuesto, de deliciosas comidas en casa de los amigos para rezar la novena, en la visita a los tíos y abuelos y en las rumbas propias para celebrar la llegada de un nuevo año. Sin embargo, es fundamental disfrutar de estas festividades de manera saludable. ¡No caiga en los excesos!
Estas son algunas de las recomendaciones de Coosalud EPS para mantener un equilibrio en la alimentación, al tiempo que recuerda la importancia de moderar el consumo de alcohol y cuidar los hábitos de sueño, porque las responsabilidades siguen, aunque estemos de celebración.
Planifica tus comidas: La planificación es clave para evitar excesos, así que se vale rezar dos novenas al día, pero no doble ración de alimentos. Y si eres el anfitrión elige recetas que incluyan una variedad de alimentos saludables. Incorpora frutas, verduras y proteínas magras en tus platos.
Controla las porciones: Es fácil dejarse llevar por la abundancia de comida en las fiestas. Intenta servirte porciones más pequeñas y disfruta de cada bocado. Esto te permitirá saborear los platillos sin sentirte pesado después de la cena.
Hidratación: A menudo, confundimos la sed con el hambre. Mantente hidratado bebiendo agua antes y durante las comidas. Esto no solo te ayudará a controlar el apetito, sino que también es esencial para tu bienestar general.
Moderación con el alcohol: Las celebraciones navideñas suelen ir acompañadas de brindis y cócteles. Es importante recordar que el consumo excesivo de alcohol puede tener efectos negativos en nuestra salud. Limita tu ingesta a una o dos copas y alterna con agua o bebidas sin alcohol. Esto, además, evitará resacas y otros problemas de salud.
Descanso adecuado: Las largas jornadas de celebración pueden llevarnos a descuidar nuestro sueño y afectar el estado de ánimo y la salud en general. Intenta mantener una rutina de sueño regular, incluso durante las festividades.
Escucha a tu cuerpo: Presta atención a las señales de tu cuerpo. Si sientes que estás lleno, es mejor dejar de comer. No te sientas obligado, por más que hace meses que no visitas a la tía y su comida esté deliciosa.
OJO CON EL LICOR ADULTERADO
Otro de los grandes peligros, propios de esta época del año, es el alcohol adulterado que incluso puedes llegar a consumir sin ser consiente, por eso no descuides con quien compartes tus celebraciones y los lugares a los que asistes.
Según explican los especialistas de Coosalud, el alcohol adulterado es una mezcla de etanol con sustancias tóxicas o no aptas para el consumo humano, que puede tener graves consecuencias para la salud.
Entre las recomendaciones de la EPS están desconfiar del alcohol que se vende a precios muy bajos para atraer a consumidores desprevenidos o que ya se encuentran con algún grado de alicoramiento y tener claro, antes de ingerir la primera copa, los riesgos asociados con su consumo.
“El alcohol adulterado puede contener metanol, un tipo de alcohol que es extremadamente tóxico. Su ingestión puede provocar síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal y, en casos severos, ceguera permanente o incluso la muerte. Otros aditivos peligrosos pueden incluir productos químicos industriales, que pueden causar daños irreparables a órganos vitales como el hígado y los riñones”, explica el médico Eduardo Verbell, asesor de Salud de Coosalud EPS.
Una de las principales preocupaciones con el alcohol adulterado es que a menudo es difícil de identificar. Puede tener un sabor y olor similar al alcohol legítimo, lo que hace que los consumidores no sean conscientes del peligro que están corriendo. Esto resalta la importancia de adquirir bebidas alcohólicas de fuentes confiables y reconocidas.
“Más allá de la salud individual, el consumo de alcohol adulterado también tiene repercusiones sociales y económicas. Las hospitalizaciones y tratamientos relacionados con la intoxicación por alcohol adulterado pueden generar una carga significativa para los sistemas de salud pública. Además, la sociedad puede verse afectadas por el aumento de la criminalidad asociada con la producción y venta de alcohol ilegal”, agrega el Dr. Verbell.
El consumo de alcohol adulterado puede llevar a una disminución en la capacidad de juicio y coordinación, aumentando el riesgo de accidentes y comportamientos peligrosos. Esto no solo pone en riesgo la vida del consumidor, sino también la de quienes lo rodean.
La mejor campaña para bajar las cifras que arroja cada año el consumo de estas bebidas adulteradas son la educación, la prevención y concientización. Es esencial que las personas sean informadas sobre los riesgos asociados y aprendan a reconocer las señales de advertencia.
CONSEJOS QUE NO FALLAN
Asumiendo que la fiesta estuvo muy buena y que nos pasamos un poquito de tragos (de los buenos, no de los adulterados), se recomienda consumir agua y bebidas hidratantes que contengan electrolitos; frutas ricas en agua como la patilla y las naranjas, también funciona el pepino; plátanos, que son ricos en potasio y alivian los calambres musculares; tostadas o galletas saladas para estabilizar el estómago y ayudar a retener líquidos.
La infaltable sopa o caldo caliente, especialmente de pollo, que además de reconfortar y ayudar en la rehidratación, aporta nutrientes; avena que proporciona carbohidratos que te darán energía y ayudarán a estabilizar el azúcar en la sangre; jengibre, en te o galletas, en caso de que haya nauseas; yogur, que es fácil de digerir y contiene probióticos que pueden ayudar a restaurar la flora intestinal.
Si estos “remedios caseros” no funcionan, lo mejor es acudir al médico… aunque como aconseja Coosalud: que los excesos sean solo en amor y regalos. ¡Feliz Navidad!