Unos lentes descuadrados, rallados o sucios, pueden dañar la visión en un abrir y cerrar de ojos.

Para las personas que utilizan gafas o espejuelos ya sea porque sufren de miopía o astigmatismo, les presentamos unos tips imprescindibles para cuidarlas tanto en su postura como en su limpieza.

El quitarse y ponerse las gafas constantemente si no usas la manera correcta, las puedes descuadrar. Unos lentes mal graduados pueden dañar la vista.

La colocación incorrecta puede provocar desajustes en las patas o varillas del lente, también cuando se caen al suelo puede ocurrir lo mismo.

No debemos quitarlas con una sola mano, porque así forzamos la bisagra del lado contrario. Lo correcto es hacerlo con las dos manos al tiempo, o agarrándolas por el centro, en la parte que cae sobre la nariz.

Para limpiar los lentes, en el mercado es fácil encontrar líquidos especiales, sprays o rociadores que uno puede llevar en la cartera junto con un pañito. No se recomienda limpiarlos con las prendas que se llevan puesta para salir del apuro.

Una forma de mantener los cristales impecables es colocar las gafas debajo del agua del grifo.

Aplicar un poco de jabón líquido y frotar suavemente ambas caras de los cristales.

Una vez sacado el jabón con abundante agua, secarlos con papel higiénico o pañuelo desechable.

En cuanto a la suciedad de la montura (la parte que se apoya en la nariz o en los extremos que quedan detrás de las orejas) también debemos utilizar agua y jabón.

Cuando se presentan ralladuras en los cristales hay una “fórmula” casera que da buenos resultados: utilizar un poco de agua con unas gotas de vinagre. ¡Quedarán como nuevos! Así tendrás una visión óptima.