Cristina Herrera, auditora de enfermería, y Diego Gómez, diseñador gráfico, fundadores de Monkey.
Diego Gómez y Cristina Herrera, creadores de Monkey, empezaron hace cinco años con una torta de banano. Hoy tienen una línea de productos endulzados con Stevia.
Para los barranquilleros Diego Gómez del Valle y Cristina Herrera Torné, el éxito y la gran acogida de su empresa Monkey, creada hace cinco años, gira alrededor del pan de banano y avena horneda endulzada con Stevia.
A partir de esa receta, a la que llegaron después de varios meses de ensayo, han empezado a producir una línea de snacks saludables de las que hacen parte la torta de banano y avena, muffin de banano con chips de cacao, paleta rellena de arequipe, parfaits orgánico de arándano y de maracuyá, Monkey Breack (yogurt artesanal orgánico, todo sobre la base del banano que se cultiva en El Retén, departamento del Magdalena.
Diego, quien es diseñador gráfico, recuerda que la idea de producir torta de banano nació cuando una tía residenciada en Estados Unidos llegó a la casa de sus papás.
“Ella vio que muchos de los bananos que mi hermano y mi cuñada nos traían de El Retén estaban a punto de perderse, entonces agarró harina, mantequilla, azúcar y bicarbonato, entre otros, para hornear una torta de banano”.
Asegura que el resultado fue maravilloso porque todos quedaron encantados con la receta, incluyendo Cristina (auditora de enfermería), que es poco amante de los dulces.
“Yo le dije, si a ti te encantó, entonces está demasiado buena”, recuerda. Y a partir de ahí empezamos a hornearla y a ofrecerla entre familiares y amigos. El éxito fue contundente”, dice, al recordar que en la primera producción casera invirtieron 20.000 pesos.
Sin embargo, para esta pareja, que siempre ha procurado llevar una vida saludable con mucha actividad física, había que buscar la fórmula de ir eliminando mantequilla, aceite y harina, por ejemplo para agregarle ingredientes más saludables.
El resultado –añade- fue maravilloso porque de diez ingredientes logramos reducirlos a cuatro como banano, avena y Stevia.
Al principio, lo más difícil era demostrar que la torta era realmente libre de conservantes, sin harinas ni azúcar refinada.
Ya esas alturas estaban en los parques ofreciendo su producto estrella. Muchas veces obtuvieron un “No”, pero eso los impulsaba a ir adelante, sostiene Cristina.
“Con los meses ya la gente nos buscaba para hacernos los pedidos porque quedaban encantados. Tenemos clientes que cinco años después son fieles a Monkey. Ya les conocemos hasta sus gustos”, comenta.
Diego confiesa que se enamoró más de su marca a partir que él mismo diseñó el logo: un mono sonriente de sombrero.
¿Qué es lo que comen los monos? Banano, ¡Ahí está! Y nació entonces Monkey (En Facebook e Instagram @monkey.col ), que es distribuido en Barranquilla y todas las ciudades de la Costa.
“Uno de los secretos del éxito es creer en uno mismo, querer la marca y hacer que los clientes se enamoren de ella. Han sido cinco años duros, incluso que nos han impedido asistir a reuniones familiares, pero esto es con disciplina”, coinciden.
De los nuevos productos, afirma que muchos de ellos han sido inspirados o propuestos a petición de sus consumidores.
“Tenemos una paleta de banano rellena con arequipe, siempre endulzada con Stevia, y un yogurt pensando en los niños, pero con miel. La acogida ha sido enorme. Por eso ahora estamos lanzando otra opción, el yogurt con Stevia”, anota.
Se sienten orgullosos de haber recibido el apoyo de la Gobernación del Atlántico, y luego de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía Distrital porque les enseñaron a hacer empresa.
“La experiencia de Quiilla Innova fue clave para dispararnos como un cohete, como el logo de esa convocatoria para emprendedores de aquel entonces”, dice Diego.
A mediano plazo proyectan seguir ampliando los distribuidores que hoy tienen a Monkey , por trabajan en el registro Invima para llegar a los supermercados y grandes superficies como ya se lo han solicitado reconocidas marcas.
Después de cinco años de trasnochos y madrugadas esta pareja de empresarios ya están logrando las metas trazadas, sobre todo desde diciembre cuando lograron comprar una planta e instalarla en la sede situada en el barrio Paraíso en donde generan tres empleos.
“Vamos a seguir creciendo para ofrecer más puestos de trabajo porque es la forma de aportarle al país”, coinciden.
Los dos sonríen, como lo hace Monkey, su primer hijo, como ellos lo llaman. “Que tengan un monito día, #dijoelmono”, es la frase que repiten con enorme satisfacción estos dos jóvenes empresarios.