La reconocida actriz venezolana ha vuelto por estos días a la actuación con la exitosa obra teatral ‘Los monólogos de la vagina’, tras varios años de estar alejada de las tablas.

Lupita Ferrer, cuyo papel protagónico en ‘Esmeralda’ la catapultó a la fama y marcó en los años 70 la época dorada de las telenovelas, ha vuelto a estar bajo los reflectores de los escenarios, tras varios años de permanecer retirada.  

Por estos días en Miami, la actriz venezolana hace parte del elenco de una nueva versión de la obra teatral ‘Los monólogos de la vagina’ (escrita por la feminista estadounidense Eve Ensler) que han llevado a escena con rotundo éxito cantidades de artistas en diferentes idiomas por el mundo.

En más de 6 décadas de carrera, Yolanda Guadalupe Ferrer Fuenmayor (su nombre de pila) que no solo ha trabajado en telenovelas, sino en cine y en las tablas, jamás se imaginó que estaría en una obra tan directa que hablara sobre la sexualidad de la mujer y la represión de género, como se basa esa comedia que logró romper tabúes desde su estreno en 1996 en Nueva York.

Al enfrentarse a un nuevo reto actoral, confiesa todavía aterrada: “Nunca pensé que iría hacer ese papel. Porque yo era una mujer provinciana que no tenía la palabra vagina en mi mente. ¡No me gustaba!”, dijo para el programa de entretenimiento ‘Siéntese quien pueda’ de Unimás.

Aunque  durante su trayectoria hizo papeles distintos, como de villana, en ‘Cristal’ y en ‘Pecados ajenos’ que causaron gran impacto, la mayoría de los personajes que ha interpretado Lupita han sido de mujer ingenua y amorosa.

Para ella, Esmeralda, de la escritora  Delia Fiallo, y en la que la actriz encarna a una joven ciega que tuvo que enfrentar un sinfín de obstáculos para lograr el amor, fue su novela emblemática; pero es consciente de que no puede seguir pensando en ese personaje porque “tengo que adaptarme a la época actual. Las telenovelas ya no pueden ser historias de fantasía”.   

Dice que no le da mucha mente en cuanto a la llegada del peso de los años, “pero hay una realidad, soy parte de esa gran comunidad como es la de la tercera edad”.

Confiesa que en estos momentos de su vida ha sentido que su carrera, a la que le ha dedicado  todo, ha estado estancada. Por eso le aconseja a los nuevos actores que “no se concentren demasiado en una sola cosa, como me pasó a mí. La vida es muy diversa y es muy bueno tener otros proyectos de vida, ya sea en lo sentimental o personal. Yo dejé muchas cosas a un lado por haberme dedicado nada más a la actuación. Antepuse primero mi trabajo”, dijo refiriéndose a sus fallidos amores y porque no pudo tener un hijo, de lo que hoy se arrepiente.

Como le ocurrió a sus colegas y el resto del mundo, también sufrió el impacto de la pandemia. Fueron dos años difíciles, dice que “sufrí mucho, quedé con las manos cruzadas  porque el trabajo se deshizo. Todo, por no haber pensado en un futuro distinto a la actuación”.

Sin embargo, un día de esos, estando aburrida y deprimida se le ocurrió desempolvar una serie de apuntes sobre su vida que venía escribiendo 10 años atrás. Eran manuscritos, porque ese tiempo no había computadoras.

“A mí siempre me gustó escribir, entonces quería ser la autora de mi biografía, y con la ayuda de amigos lo logré”.

Su nueva aventura literaria la tituló ‘Al desnudo’, en el que hace revelaciones casi inéditas. Es el fruto de muchos años, una recopilación de su vida que no fue color de rosa como se creía. En la obra, ilustrada con fotografías del álbum familiar, se refiere a sus actuaciones al lado de Anthony Quinn y Tony Curtis, de haber vivido en Beverly Hills con el productor Hall Barlett, lo infeliz que fue en sus dos matrimonios y mucho más.

Desde el mes pasado sigue en cartelera la nueva temporada  ‘Los monólogos de la vagina’ con éxito rotundo en el Teatro 8 de Miami. Al elenco, recientemente se unió Gaby Spanic,  otra compatriota de Lupita Ferrer, quien está que no se cambia por nadie en su regreso a las tablas.