Dice Andrea Romero, la joven influencer que sueña con ser reina de belleza y que los jóvenes vuelvan su mirada a Dios.

A sus recién cumplidos 18 años de edad, Andrea Romero se ha ganado el corazón de sus seguidores de redes sociales que admiran la madurez de su persona reflejada en sus contenidos que además de ser variados, dejan muchas enseñanzas.

Esta recién graduada de bachiller del colegio Hebreo Unión, y aspirante a ser comunicadora social, dice que desde pequeña soñaba con ser ‘influenciadora’ en las redes sociales, al ver los contenidos de otras personas y cómo muchos de los que ella seguía, se hacían populares y eran reconocidos.

La declaratoria de pandemia, que obligó a todo el mundo a encerrarse en sus casas y restringir muchas cosas de la vida cotidiana, fue el tiempo en el que, por influencia de sus padres Johnny y Shirley, y sus hermanas Victoria, Laura y Valery, Andrea se adentró en una vida espiritual que le ayudó a formarse en la joven adulta que es hoy.

“Cuando termina el encierro, y estoy más grande, y se presenta la oportunidad de hacer contenidos para las redes, ya mi vida espiritual era diferente, descubrí muchas cosas que antes no pensé  que pudieran pasar. Y fue cuando decidí compartir esa bella enseñanza con los demás, y es que se necesita esa preparación para hacer dichos contenidos”, asegura Andrea.

Aunque muchos de sus contenidos están creados pensando en la gente joven, ella asegura que es para una audiencia universal, por eso entre sus seguidores hay personas de diversas edades.

Considera que los jóvenes se han olvidado de Dios y que no cultivan un crecimiento espiritual, situación que le preocupa porque por experiencia propia, entendió que sin Dios y sin una vida espiritual es casi imposible realizar los propósitos en la vida.

Para muchas personas de su entorno familiar o de amistades, la madurez de Andrea es motivo de admiración, porque recién cumplió los 18 años y su conversación es de una fuerza que diera la impresión de ser una profesional con mucha experiencia.

“Eso se lo debo a mi familia, en especial a mis padres que cada día me enseñan, y me aconsejan sobre cómo debo llevar mi vida, de manera tal que cada acto mío deje algo positivo en los demás”.

Andrea dice que sueña con muchas cosas, se considera una mujer polifacética, y ello se refleja en los contenidos que comparte con sus seguidores. “Un día puedo montar un video divertido, lleno de humor para alegrar a la gente, pero el siguiente puede ser una enseñanza de valores o de crecimiento espiritual”, afirma.

Es miembro voluntario de la Fundación Tecnoglass, con la que va a los sectores más necesitados de la ciudad, a llevar toda la oferta social de la entidad.

Considera que al ser una persona polifacética le gustaría desempeñarse no en un solo campo sino en varios a la vez, siempre llevando de presente que lo importante es ir dejando huellas.

En el colegio fue condecorada como la mejor bachiller del año y con el promedio más alto acumulado durante todos sus años de estudiante, además de menciones como la participación en torneos intercolegiales en los que siempre obtuvo los primeros lugares, como el concurso intercolegial de oratoria que le mereció el primer lugar.

Aunque el próximo semestre ingresará a estudiar Comunicación Social, se ve graduada en más de una carrera, y desempeñándose en otra actividades.

Recientemente fue notificada de que es acreedora de una beca completa para cualquier universidad del país y en la carrera que ella escogiera. Pero considera que, pensando en lo que quiere a futuro, estudiará comunicación social.

“Escogí la comunicación social, porque más allá de la teoría, es una profesión que me da la oportunidad de mostrar y avanzar en lo que yo sueño y quiero ser, porque en la práctica, yo he avanzado mucho, y he hecho cosas relacionadas con esa carrera”.

Es cantante y actualmente recibe clases en técnicas de solfeo. Una de sus actuaciones destacadas fue cuando se presentó en la ciudad, el concierto de los integrantes del desaparecido grupo Menudo.

Andrea es una joven con una belleza innegable, de buena figura, elegante y de buen registro, lo que se evidencia en las imágenes publicadas en su cuenta de Instagram. Varias de dichas imágenes luciendo trajes de gala que la hacen lucir como una modelo o reina de belleza.

Ello se debe, en parte, al descubrimiento que hiciera de ella, el diseñador Julio Gonzáles, quien junto a la experta en estética facial, Anita Vergara, le dijeron que ella debía ser reina de belleza.

“Eso no está lejos de mis sueños. A pesar de que, para mí,  la belleza física es subjetiva yo la miro como  gancho para llegar a un objetivo. Por eso me veo en un reinado de belleza, pero en uno de proyección nacional e internacional, como Miss Colombia, y estoy trabajando para eso”.

Actualmente se prepara con Juan Cubaque para afinar su postura, pasarela y físico, con miras a cumplir, en un futuro, su sueño de ser reina.

Precisamente, el diseñador Julio González la llevará como su modelo  exclusiva a la semana de la moda en Costa Rica, para que luzca sus diseños en las pasarelas del evento que se llevará a cabo en agosto próximo,

Asegura que en todos sus sueños y proyectos de vida, su padre, Johnny Romero, ha jugado un papel fundamental, es además de su impulsor, su más ferviente admirador.

“Es algo fuera de lo común porque casi nunca se ve que un papá se meta tanto en los sueños de un hijo y lo secunde en sus locuras. Pero más allá de facilitarme las cosas materiales y de llevarme y presentarme con personas, su apoyo es de tipo espiritual. Él es un hombre de formación cristiana y muy espiritual y no pasa un solo día en que me esté regalando una enseñanza, en especial cuando estoy creando algún contenido o tengo alguna actividad de tipo social”.