Desde su apertura el domingo pasado, miles de personas han visitado la basílica Santa María la Mayor en Roma para dejar su testimonio de gratitud y respeto ante la tumba del fallecido Pontífice.

El Papa Francisco, fallecido recientemente y cuyo funeral fue transmitido en directo desde el Vaticano, dejó escrito, de su puño y letra, dónde y cómo quería ser sepultado.

Así, además de pedir que su cuerpo fuera enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, su iglesia preferida en Roma por estar consagrada a la Virgen, quiso lápida sencilla, sin pompa, como todo en su vida, en la cual estuviera inscrito su nombre en latín: «FR A NCISCUS».

Pero resulta que los miles de fieles que desde el domingo 27 han visitado la tumba del Pontífice han detectado un error que los llena de curiosa y que, al mismo tiempo, les enoja.

Es que quienes llegan hasta la tumba del papa argentino protestan porque en ese lugar se lee: «FR A NCISCUS». Es decir, la distancia entre todas las letras es pareja, menos con la «A». El espacio entre la «R» y la «N» es marcadamente mayor. Increíble.

“¿Será que quien esculpió la lápida tiene algún problema?: o no ve bien, o no sabe de proporciones”, se preguntan algunos.

La prensa italiana ha dedicado un amplio espacio a recoger esta queja reiterada de los fieles que no cesan de llegar hasta la tumba del papa argentino. Desde el primer día, se colocó una rosa blanca, la flor preferida del «padre Jorge». Como único adorno de la sencillez de la despojada lápida.

Pero tal vez por la simpleza de la tumba, el error se nota muchísimo más. Elaborada con piedra caliza y mármol de Liguria, la lápida solo debe decir su nombre de apenas 10 letras en latín: «Franciscus». Pero el encargado de esculpirlas o tallarlas, se distrajo o no sabe de proporciones.

Es que la distancia entre la «F» y la «R» es diferente a la que tiene la «A» que le sigue. Y También es diferente a la «N» siguiente. Luego todas las demás guardan la simetría.

Pero hay otro detalle que molesta a los visitantes: que en vez de  La «U» de «Franciscus» en latín aparece la letra «V», más pequeña que la «A» pero que tampoco va acorde a las otras letras, lo cual resulta un error incomprensible. Desde la muerte del papa argentino, hasta su entierro pasaron 6 días. Tiempo más que suficiente para hacer bien un grabado tan simple.

Por eso, es de esperar que, como las quejas de los fieles siguen, esa falta de proporciones se salve. Hace falta traer a un marmolista con buen pulso y buen ojo.