Este vegetal tiene tantas propiedades que se utiliza todo: desde la pulpa, cáscara, ‘la barbas’ y semillas.

Ahuyama o auyama (las dos formas son correctas, según la Real Academia de la Lengua Española-RAE) es un vegetal con múltiples beneficios. No se desperdicia nada, tanto por la cantidad de nutrientes para el cuerpo que componen a esta calabaza, como es conocida también, como por sus diferente usos.

Para comenzar, ‘las barbas de la ahuyama’, que así llaman a los filamentos fibrosos que se encuentran dentro, se utilizan en algunas preparaciones culinarias, especialmente para caldos o sopas.

Como la cáscara es dura, una vez curada, la emplean muchas personas con fines ornamentales, fabricación de utensilios, artesanías y hasta instrumentos musicales. De hecho, son las más apetecidas en Halloween, como símbolo de esta celebración gringa.  

En cuanto a las semillas de la auyama, ofrecen varios beneficios para la salud y se pueden consumir de diversas formas enteras o trituradas. Nada más tenemos que separarlas de la pulpa, lavarlas bien para retirar los restos pegajosos de esta, y secarlas.

Son, como las semillas de girasol, excelente fuente de nutrientes, incluyendo proteínas, fibra, ácidos grasos saludables, vitaminas y minerales. Se pueden consumir crudas, tostadas, en ensaladas, batidos, yogures, o incluso como parte de recetas de repostería. 

Entre las propiedades que se asocian a las pepitas de calabaza están: como protector del hígado, son antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades como el cáncer y otros padecimientos, y son antiparasitantes por su concentración en cucurbitina, un compuesto que solo está en las semillas de la calabaza.

Pero en sí, el contenido de la calabaza, su pulpa, es muy utilizada con fines gastronómicos para hacer cremas, sancochos y hasta para la fabricación de bebidas.

Distintas partes del fruto y la planta se utilizan con fines medicinales y cosméticos, como la producción de jabón.