Lo último / 8 de marzo de 2025

Carnaval 2025, puntualidad y regocijo colectivo

LLorando inconsoble la muerte de Joselito en el desfile de la calle 84, la reina Tatiana Angulo se despidió del Carnaval 2025.

Zoraida Noriega

Aquí un resumen de lo bueno y lo malo durante 4 días de fiesta. Los barranquilleros se volcaron a la calle para disfrutar orgullosos porqué el Carnaval es Patrimonio Oral e Inmaterial, y porqué al son que le toquen bailan.

Uno de los momentos más emotivos de la Gran Parada fue el homenaje que le rindió la reina Tatiana Angulo a su rey Gabriel Marriaga, con el vestido ‘Reina de Oro’ .

Si hay que resaltar en el Carnaval 2025 fue la puntualidad de todos los desfiles callejeros, desde la Noche de Guacherna hasta el último día de la programación. Así ocurrió con la velada de las coronaciones de la reina Tatiana Angulo y el rey Momo, Gabriel Marriaga  en el Romelio Martínez que comenzó a las 9 en punto. Fueron más de dos horas de derroche de color, luces y ritmos variados en ‘Sinfonía de pasión’, como así se llamó el show.

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Yuliana Isabel Rodríguez, del barrio Santuario y con 21 años, luego de ser elegida como Reina Popular del Carnaval 2025, en la Plaza de la Paz.

La soberana, en su puesta en escena, hizo un recorrido por la historia musical de Barranquilla respaldada por más de 400 bailarines. Con batuta en mano, protagonizó a una gran directora de orquesta en busca de los sonidos caribeños. Luego del espectáculo, en el que salió bailando el rey Ganriel Marriaga, y que incluyó grupos folclóricos, cantadoras y cantadores, apareció Maía cantando el himno del Carnaval ‘Te olvidé’. La brillante actuación de esta artista barranquillera fue la más grata sorpresa llevándose nutridos aplausos.

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La coronación fue una noche de estrellas. Vimos a mucha gente que llegó a las 10 de la noche nada más para disfrutar el repertorio que llevaron Andy Montañez, Maluma y Silvestre Dangond, encargado de cerrar con broche de oro el show. Andy, quien a sus 83 años sufre problemas de movilidad, cantó sentado. Pero eso sí, afinado y sin perder su potente voz. Puso a bailar al público con viejos éxitos como ‘Casi te envidio’, ‘Milonga para una niña’ y ’Me gusta’, entre otros.

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Artísticas máscaras inspiradas en la fauna se vieron en el desfile de la Gran Parada.
Hasta el perro disfrazado de garabato se fue al Cumbiódromo para bailar con su amo.
«No es nada disfrazarse de marimonda, sino los brincos que hay que dar», dice el refrán costeño.

Maluma y Silvestre desataron histeria colectiva durante sus actuaciones. Del ‘Pretty Boy’ paisa muchos habían opinado que su música (una mezcla de reggaetón, trap latino y pop) “no pegaba” en Carnaval, esa noche ocurrió todo lo contrario. El público joven coreó a todo pulmón y bailó hasta el cansancio todos los temas del artista. Y con Silvestre pasó lo mismo. Al final, recibió el ‘turbante de oro’, de manos de la reina Tatiana.

Según informes extraoficiales 800.000 turistas del exterior y más de 6.7 millones de espectadores disfrutaron el Carnaval, dejando un impacto económico superior a los $880.000 millones. Hoteles, transporte y comercio se vieron impulsados, generando 193.000 empleos. El regreso de Shakira, con dos conciertos en su tierra natal, atrajo a miles de seguidores del mundo, fortaleciendo así la proyección internacional de la máxima fiesta, dejando de esta manera un aumento considerable de vuelos y ocupación hotelera que alcanzó el 100%.

BATALLA DE FLORES.- En este desfile se vivió la esencia del Carnaval. En el Cumbiódromo, con bonitas carrozas en movimiento, se bailó la tradición, la fantasía y la creatividad, porque ‘en Barranquilla se baila así”: ¡de todo! El rey Momo Gabriel Marriaga fue el primero en abrir el desfile desde su dorada carroza. Y así le fueron siguiendo más de 168 grupos folclóricos, colectivos, carros alegóricos y música a todo timbal. La emblemática apertura de la fiesta fue organizada y súper concurrida.

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No faltó quienes criticaran la aparición de algunos trailers poco decorados y ciertos baches entre una y otra carroza.

Comparsa Dacaná, numerosa, coordinada y de alto vuelo.
Este ‘jardin de cayenas’ lo protagonizó el Rumbón Normalista bailando con su propia orquesta.

CARNAVAL DE LA 44.— Muy lindo, puntual y organizado estuvo también la Batalla de Flores del Recuerdo ‘Sonia Osorio’. Edgar Blanco, presidente de la Asociación de Grupos Folclóricos y director del Carnaval de la 44, expresó que la afluencia del público superó todas las expectativas, incluso desde la misma noche de coronación en la Plaza de la Paz, que recibió a más de 15 mil personas, para ser testigos del momento más esperado por los reyes Alexsandra Estarita y Juan Rivera, y los infantiles, Daniela Chapman y Jesús Maestre. Tanto en ese desfile, como en la Gran Parada “Carlos Franco” y la Conquista del Sur, desfilaron más de mil disfraces y unos 250 grupos locales, nacionales e internacionales. Para destacar, la participación de dos colectivos de México y uno de Chile, así como la presencia de la despampanante influencer y empresaria barranquillera Andrea Valdiri en el cierre del recorrido del sábado del Carnaval, cuando fue ovacionada por quienes la esperaban en medio de gran expectativa.

GRAN PARADA DE TRADICIÓN.—Aplausos para esta puesta en escena en el Cumbiódromo. Hubo continuidad, fluyó sin contratiempos y prevaleció el folclor. Ese orgullo y sentimiento que generan los sonidos de la flauta de millo y los tambores entre la gente del Caribe, quedaron demostrados en los integrantes de tradicionales cumbiambas como ‘La pollera colorá’, ‘La gigantona’ y el ‘Cumbión de Oro’, entre otras. Al igual que estas, el resto de bailarines de comparsas y danzas “no bajaron la guardia” en sus coreografías, ofreciendo un vibrante espectáculo exaltando la riqueza patrimonial.

PARADA DE FANTASÍA

En el Cumbiódromo, la reina Tatiana recibió aplausos a su paso en el tercer día del Carnaval luciendo otra fantasía.

El lunes de Carnaval el turno fue para las comparsas, un desfile rutilante en el que predominaron las plumas, lentejuelas, colorido y diversidad de ritmos.

Cada colectivo se lució no solo por su vestuario, sino por el despliegue de sus coreografías durante todo el recorrido en el Cumbiódromo.

Llamó poderosamente la atención que los acompañantes de cada grupo (que antes iban siempre atrás vestidos informalmente) lucieron uniformes luciendo prendas acordes al vestuario de sus bailarines. La empresa Carnaval SAS, sin duda se anotó un hit.

La escultural Angélica reapareció en el Cumbiódromo haciendo gala de sus sensuales movimientos.
Comparsa Las Negritas Puloy, divertida y con buen ritmo.

En la Gran Parada de Fantasía hasta las cayenas bailaron, un jardín salió a flote. En el Rumbón Normalista (una de las comparsas más numerosas y ovacionadas) las integrantes simbolizaron esa flor del Caribe en la espalda de su vestuario compuesto por brillantes trusas verdes. El pistilo hizo parte del adorno de la cabeza.

Son Calimba, que lleva 15 años, fue otra de las agrupaciones aplaudidas, al igual que las Marimondas y la comparsa Dacaná, cuyos bailarines parecían volar con sus enormes alas blancas que abrían y cerraban al son de trepidantes ritmos.

Son Calimba con su energía y admirable coreografía fue otro de los colectivos que deleitó en la Parada de Fantasía.

Lo cierto es que el público no se cansó de aplaudir y gritarle vivas a todos los comparseros que protagonizaron ese espectáculo bailando de principio a fin.

Lo más admirable del Carnaval, fue la energía y resistencia de los integrantes de cumbiambas, comparsas, danzas y demás cofradías que bailaron sin parar durante todos los desfiles masivos.

LO MALO

El estadio Romelio Martínez estuvo repleto. Ese invento de montar los llamados “palcos” (que son más que encerramientos con vallas) no sigue dando buenos resultados. Se sabe que los palcos son zonas delimitadas del público que ofrece una vista privilegiada al escenario. Caso distinto ocurrió en la gramilla del estadio, donde fueron colocados. Además de costosos, la mayoría de la gente tuvo que montarse en las sillas para poder apreciar el espectáculo que protagonizó la reina Tatiana Angulo.

El Festival de Letanías, realizado el domingo de Carnaval exaltó la tradición oral con sus divertidos versos. Este año incluyó la actuación del Grupo Tambó.
Con sus ocurrencias, que hicieron soltar muchas carcajadas, estos artistas de la oralidad, pusieron a gozar de lo lindo a los espectadores en el Barrio Abajo.

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Para la gente que ocupó las graderías, inclusive para quienes habían pagado “palcos”, las pantallas gigantes colocadas a los lados del escenario no fueron las adecuadas. Por ser verticales, solo captaban primeros planos. Otro detalle que el público criticó fue el espacio monumental que dejaron los organizadores al pie del escenario que solo ocuparon los invitados de la Gobernación, Alcaldía y mumerosa comitiva de la reina, sin tener en cuenta a las personas que habían pagado localidad VIP.

Las Farotas de Talagua, durante su presentación en la Gran Parada, donde mandaron la tradición y el colorido.

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Los baños portátiles para la velada de coronación no resultaron suficientes para tanto público. Filas casi interminables, de hombres y mujeres, se vieron durante toda la noche. También hubo descontrol en los precios de comidas y bebidas. En la velada del Romelio, una botella llegaba de agua llegaba a costar $16.000. ¡Horror!

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En el Metroconcierto, que aglutinó a varias estrellas de la música, un desadaptado le lanzó una botella a Marc Anthony mientras actuaba. El artista boricua se puso furioso y retó a esa persona diciéndole: “quien me tiró la botella, ¡que tenga cojones y venga hasta acá!”. La molestia del público no se hizo esperar coreando “¡fuera, fuera!”.

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A quien no le fue bien en el Metroconcierto fue al vallenato Rafael Pérez. Tal vez por la hora (ya que fue el encargado de cerrar en la madrugada el encuentro musical), cuando salió al escenario medio estadio estaba casi desocupado. “Aún  estoy sorprendido y agradecido. Cerrar el Metroconcierto, como único artista vallenato era una gran responsabilidad…”, escribió en su cuenta de Instagram.

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