El imponente Malecón del Río se llenará de color durante los días del Carnaval de Barranquilla del próximo año.
El Río Magdalena servirá de marco para que los barranquilleros puedan apreciar la exhibición de carrozas estáticas y manifestaciones artísticas controladas.
El año entrante, el Cumbiódromo ya no será la pista bailable más grande de Colombia. Las carrozas, danzas, comparsas, cumbiambas, disfraces y demás cofradías de nuestra máxima fiesta que se daban cita allí desplegando su alegría y colorido para recibir aplausos y vivas de la gente apostada desde repletos palcos, será una vía fantasma entre el 13 y el 16 de febrero, fechas en que, según el calendario, será el Carnaval.
La pandemia no permitirá que el espíritu festivo de los barranquilleros se apague durante la temporada. Aunque no es lo mismo sentir el tum-tum del tamborito en vivo, la mayoría de las actividades serán de manera virtual para que no desaparezca del todo la tradición de tan magno evento.
Ante la crisis de salud global, en la que están prohibidas las aglomeraciones para evitar el aumento de contagios del coronavirus y la falta de cuidado en el cumplimiento de los protocolos de seguridad, supimos de buena fuente que el Malecón será escenario para llevar a cabo allí una programación en vivo con algunas manifestaciones folclóricas, cumpliendo, eso sí, las normas. Todo esto lo están estudiando los organizadores, a fin de salvaguardar la diversidad de expresiones culturales del Carnaval.
A lo largo del Malecón serán colocadas mini carrozas estáticas, que solamente servirán para que la gente admire el trabajo de los carroceros y se lleve de recuerdo una fotografía, para lo cual habrá mucho control. De hecho, supimos de buena fuente que la organización está gestionando con la empresa privada patrocinios para esas carrozas.
No habrá reina, pero sí presentaciones de reducidos grupos folclóricos y conjuntos musicales.
“Estamos sujetos que el Distrito nos dé las directrices para ver qué hacemos”, dijo por su parte Edgard Blanco, gestor del Carnaval de la 44 que, al igual que el del Suroccidente, se unió a la causa.
Por lo pronto, según comentó, la festividad que él dirige también será virtual. “Pensamos utilizar los escenarios de algunos colegios para grabar las presentaciones con un formato bonito. Nombrar a una reina y rey momo de manera simbólica”.
SIN REINA DEL CARNAVAL
La no realización de un Carnaval multitudinario, sin duda, ha sido un duro golpe para las finanzas de la ciudad. Los principales afectados son los llamados “hacedores de la fiesta”, entre quienes se encuentran bailarines, artesanos, costureras, zapateros, maquilladores, decoradores, músicos, personal de logística, acróbatas, actores y gimnastas.
A falta de reina, tampoco habrá comitiva, ni comparsas en los clubes, cumbiambas en las calles, templetes, verbenas, ni ninguna otra clase de festejo que aglutine gente.
Una de las que más lamenta esas cancelaciones es Ema de Escobar, quien durante 17 años ha sido la encargada de organizar las nutridas comitivas de las reinas del Carnaval. La logística en cuanto al traslado de los acompañantes de la soberana a diferentes actos oficiales y el manejo del vestuario que deberían lucir en los mismos siempre han sido responsabilidad de Ema, quien se mostró de acuerdo con que no se realicen fiestas masivas para garantizar la salud de sus coterráneos y visitantes.
“Me ha dado muy duro todo esto. Especialmente pensando en la gente que solo vive del Carnaval para obtener ingresos. Como por ejemplo, las costureras que hacen los vestuarios de las comitivas, las que elaboran accesorios como tocados, mochilas y collares; los encargados del transporte, de distribuir las camisetas, etc”, dijo por último.