Entretenimiento / 2 de septiembre de 2023

Cuando los besos son robados…

La foto que le ha dado la vuelta al mundo: Luis Rubiales estampándole un beso a la jugadora Jenni Hermoso, que pasó del romanticismo al plano lega.

Miguel Utria

El acto de besar a alguien sin que la otra persona lo consienta ha tenido diferentes connotaciones a lo largo del tiempo, hasta convertirse en un delito con consecuencias de tipo normativo.

El 14 de agosto de 1945, cuando se declaró el triunfo de Estados Unidos sobre Japón durante la Segunda guerra mundial, es recordado por la humanidad no solo por las noticias sobre ese ataque bélico o los discursos de los gobiernos involucrados, sino por una imagen que se convirtió en símbolo de la victoria y la felicidad.

Se trata de la fotografía de Alfred Eisenstaedt, una de las más populares de la historia, que registró el momento en que un marinero estadounidense besa a una enfermera en pleno Time Square, en Nueva York, como muestra de la felicidad que le ocasionaba la victoria lograda.

El beso es una demostración afectiva que según sea la persona con quien lo intercambiemos producirá efectos negativos o positivos, como el caso de Rubiales y la jugadora Jenni Hermoso.

Desde ese entonces el mundo entero reconoce ese acto como el beso robado más popular de la historia de la humanidad, el cual se convirtió en inspiración para muchos individuos que deseaban dar a conocer los sentimientos por otra persona.

La final del pasado Mundial de fútbol femenino de mayores dejó, además del análisis de los resultados netamente deportivos, un escándalo por la efusividad con la que Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, cuya selección resultó campeona, mostrara su felicidad por el título obtenido.

Al paso de las integrantes de la Selección para recibir el reconocimiento por el triunfo, Rubiales tomó a la jugadora Jenni Hermoso por el rostro y le dio un efusivo beso en la boca, sin que ella  pudiera hacer algo.

Posteriormente se originó una lluvia de reacciones de rechazo a la actitud del dirigente deportivo por lo que muchos catalogaron como abuso, agresión y acoso sobre la jugadora. El hecho generó la suspensión del presidente del club y la renuncia de 11 miembros del cuerpo técnico de la selección femenina del fútbol español como rechazo al supuesto abuso.

Aunque el acto de Rubiales fue rechazado por muchos, hubo otros que lo apoyaron por considerar que la jugadora Hermoso tomó el acto con jocosidad, pues cuando subió al bus con el resto del equipo estuvieron celebrando el hecho y haciendo bromas al respecto. Además la reacción inmediata no fue la de una persona ofendida como lo declarara posteriormente.

Muchas personas consultadas consideran que el beso robado era considerado como un acto romántico originado por los sentimientos de admiración y amor hacia otro ser humano.

Sin embargo con el pasar del tiempo, el desarrollo de leyes, de derechos y demás, el beso robado está catalogado como un delito si el mismo es considerado como agresión por parte de quien lo recibió, generalmente una mujer.

Poco se conoce de hombres que hayan sido ‘víctimas’ de un beso robado; uno de nuestros entrevistados, Dayver Padilla, asegura que a él le fue robado un beso por una admiradora cuando él era apenas un adolescente. Asegura que no le dio mayor trascendencia al hecho y que más de 20 años después en encuentros con esa admiradora, recuerdan el momento con jocosidad.

Curiosamente la mayoría de nuestros entrevistados aseguran que nunca robaron o les robaron un beso, aunque muy en el fondo se quedaron con las ganas de alguien, que formó parte de círculo, tomara la iniciativa.

“A mí nunca me robaron un beso, pero me quedé con ganas que me los robaran y  robarlos también (risas). Lo que pasa es que ya, a esta edad, para mí no serían besos robados sino besos conscientes”, expresa la comunicadora María Paternina.

El beso más famoso en la historia la de un marinero estadounidense y una enfermera en pleno Time Square, en Nueva York, como muestra de la felicidad que le ocasionaba la victoria lograda.

“Creo que el beso robado es una lectura intencionada y analizada.  Es  una acción atrevida de quien desea y sabe aprovechar la ocasión. Pero puede ser desagradable si el que lo recibe no lo desea o no le gusta la persona que se lo dio. Creo que si hay una buena lectura hay que arriesgarse y tomar la iniciativa. ¿Cuántas oportunidades no se pierden ya que las mujeres no son directas? Porque lo desean  pero se quedan con las ganas”, opina el empresario Luis Chacón.

Lo cierto de todo es que cuando hay gusto de la persona que recibe el beso, se caen todos los prejuicios y pareceres sobre abuso, agresión etc.

Analizando el tema desde el punto de vista legal, y enmarcado en las leyes que rigen nuestro país, nos encontramos con que muchas veces esta conducta de robar un beso o besar a alguien sin su consentimiento puede ser catalogado como abuso, y en ese sentido el Código Penal establece penas de prisión para personas que lo cometen.

El abogado Enrique Morelli explica que en el caso del beso robado a la futbolista, y otros similares, debe analizarse si el supuesto victimario actuó con dolo, es decir con la firma intención de ocasionar un daño, o si pudiera no haber tenido esa intención.

“Un beso robado puede ser catalogado como un acto sexual violento, siempre y cuando la víctima lo considere así. Inclusive el acto puede darse entre una pareja de esposos o de personas que mantengan una relación sentimental estable”, explica el jurista.

De acuerdo con el abogado, en estos casos se da lo que se conoce como la malignidad del acto la cual se da si la víctima declara haberse sentido agredida, violentada o abusada, como ocurrió con la jugadora española.

Agrega el profesional del derecho que la simple transgresión del espacio personal de un individuo se puede considerar una agresión. Y en este caso se refiere al acercamiento a unos 50 centímetros o menos de una persona, lo que se constituye en vulneración del espacio.

“En el caso del presidente de la Federación Española de Fútbol, su accionar puede catalogarse como una acto violento, y más si se tiene en cuenta que el claramente actuó por su condición de varón, lo que constituye un acto machista”, argumenta Morelly.

En el concepto de las normas que regulan las conductas de los individuos desde el punto de vista legal, en nuestro país, independientemente de que no hubo acceso carnal violento, en la acción del directivo español, hay claramente una irrupción en la sexualidad de la joven, hubo violación en lo personal, sexual y social, y esto por la reacción que ello generó en la opinión pública, los medios de comunicación y las redes sociales, según manifiesta Enrique Morelly, quien asegura que un beso robado supera el acoso sexual desde lo penal y todo punto de vista.

El también abogado Ricardo Cuentas asegura que debe tenerse sumo cuidado a la hora de emprender acciones relacionadas con este tipo de denuncias porque con simples hechos se está acudiendo a las autoridades que, generalmente, le creen más a la supuesta víctima, en especial si se trata de menores de edad.

“En el caso de la jugadora si ella actúa de manera correcta y consecuente debió reaccionar de inmediato y no posteriormente y tras haber celebrado el hecho con sus compañeras como se vio en los videos que se publicaron después”, afirmó Cuentas.

Paradójicamente, el calendario mundial tiene el día del beso robado, que se celebra el 6 de julio de cada año, acontecimiento que tiene su origen en Gran Bretaña, donde se festeja desde el siglo XIX. Sin embargo no hay literatura que detalle en qué año específicamente se dio por primera vez esa celebración en dicho país. Tampoco hay documentos que muestren un hecho que la haya impulsado.

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