Empresariales / 7 de agosto de 2021

Delicias Myriam, la empresa que hace honor a la tradición dulcera vallenata

Myriam María Medina entre su esposo Manuel Cuevas, su nieto Jorge Palacio, gerente. Con ellos el empresario suizo Oskar Flueler quien capacitó a Palacio sobre procedimientos con los dulces.

Miredvista.co

Las recetas, que conocieron seis generaciones, han sido premiadas durante varios años desde que Myriam Medina empezó a prepararlas a familiares y amigos.

Los dulces artesanales de Myriam María Medina son toda una tradición familiar.

Delicias Myriam, en el tradicional barrio La Popa de Valledupar, es un homenaje a la tradición de tres dulceras vallenatas que han heredado el oficio a través de seis generaciones.

Miriam María Medina, nacida hace 79 años en el barrio Cañahuate, inició hace seis décadas lo que hoy es una empresa que la ha ayudado a sacar adelante a sus siete hijos.

Myriam María Medina, en el centro, ha sido varias veces galardonada.

Al lado de su inseparable compañero Manuel Cuevas, recuerda orgullosa que aprendió de su mamá Ana Santiaga Medina, a quien de cariño llamaban la Chiricana, a preparar dulces de arracacha, ñame, toronja, panelitas de leche y torta negra, entre otros manjares.

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A la vez su abuela María del Rosario ‘la Chayo’ Fragozo, oriunda de San Juan del Cesar, le enseñó recetas que hoy en día son muy apetecidas no solo en el Cesar sino en otras ciudades de la Costa y del interior del país.

Jorge Palacio Martínez, el nieto mayor, y quien está al frente de la gerencia de su empresa, destaca de Myriam que en la década de los años ochenta empezó a preparar dulces en temporadas especiales como Semana Santa, fiestas patronales y diciembre, para que los degustaran familiares y amigos entre ellos sus compañeros del Banco Ganadero, donde trabajaba en el área de servicios.

“Empezó como una afición de mi abuela para regalarlos. Pero fue creciendo la fama, al tiempo que ella enseñaba a sus hijos, a quienes crió con lo que ganaba en el área de servicios del banco y la venta de los dulces por encargo. El éxito fue tal que decidió arrancar con su empresa de dulces en la que fue asesorada por la gerente y otros compañeros del trabajo”.

Entonces Myriam empezó una nueva fase de comercialización y empaque de los dulces que tiene clientes fieles a lo largo de muchos años.

La empresa genera seis empleos fijos, y en temporada alta sube a 12 y 15, a los que se suman los encargados de los domicilios.

Los herederos de las delicias de Myriam Medina, entre hijos, sobrinos y nietos.

Palacio, ingeniero civil especialista en proyectos de diseño e innovación, cuenta que asumió Delicias Myriam apenas recibió grado universitario teniendo en cuenta que la empresa estaba al borde del cierre.

Cuenta que su mamá Maribel Martínez y su abuela que habían estado al frente por muchos años, decidieron dar un paso al costado para que él asumiera la gerencia y así preservar la tradición de su familia.

Jorge recuerda que siempre ha tenido la guía de su abuela y de su mamá, pero que en la reingeniería de la empresa siempre tuvo el apoyo y participación de sus tíos, su hermano José Sebastián Palacio Martínez y de sus primos.

Narra que al igual que pasó en todo el mundo, Delicias Myriam también resultó afectada por la crisis que desató la pandemia de covid-19, teniendo en cuenta que sus clientes más fuertes eran hoteles, restaurantes y aeropuerto, que con el cierre hizo que las ventas cayeran.  La familia también tuvo que cerrar un local en el centro comercial Mayales.

El abuelo Manuel Cuevas con sus nietos Jorge Antonio Palacio Martínez y José Jorge Rosado, en la sede de la empresa.

En medio de esta emergencia, cuenta que las redes sociales fueron valiosas para empezar a comercializar los dulces en Valledupar y por fuera. Hoy en día tienen servicio y domicilio y envíos nacionales.

Las ventas por Facebook e Instagram (@deliciasmyriam) han sido exitosas porque esta ha sido una de las mayores fortalezas para atender la creciente demanda de los dulces de su abuela Myriam.

Jorge asegura además que el mayor orgullo de esta empresa familiar es no dejar perder la tradición a la que han sido fieles muchísimos clientes que llevan décadas los dulces y cocadas más apetecidos de Valledupar.

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