Entrenamiento de compostaje en el Parque de Buenavista.
El proceso por el cual se transforma la materia orgánica en abono natural debería ser una obligación para los que esperamos un mundo vivible para nuestros descendientes. La basura que generan los hogares colombianos contiene más de un 60% de material orgánico.
One Green Planet resume 3 grandes beneficios en sus razones para fomentar el compostaje en el mundo, y esto incluye ayudar a producir menos contaminación, ayudar al suelo y ayudar a reducir la cantidad de productos químicos utilizados para cultivar.
En primer lugar, el compostaje ayuda a mantener la materia vegetal en un lugar apropiado. Cuando no se hace, va a los vertederos llenándolos innecesariamente y creando más contaminación. Eso es porque la materia vegetal no se descompone limpiamente en un entorno de vertedero sin aire, produce gas metano de efecto invernadero, que es 84 veces más potente que el dióxido de carbono en un lapso de 25 años, lo cual impacta negativamente al cambio climático.
En segundo lugar, el abono alimenta y mejora el suelo, ayudándolo a retener la humedad. Esto permite que los vegetales y plantas crezcan y soporten enfermedades comunes.
Y, en tercer lugar, el abono se puede usar en tierras de cultivo, remplazando parcialmente a los fertilizantes químicos. Esto contribuye a reducir la cantidad de contaminación del agua y otros problemas ambientales que pueden causar los fertilizantes.
Antoine Abou-Moussa, experto internacional en el tema, de nacionalidad libanesa, casado desde hace varios años con una barranquillera reside en la capital del Atlántico. Es el cofundador y director de tecnología de Compost Baladi SAS (Baladi es una palabra árabe que significa local) que trabaja el tema en el Caribe colombiano.
“Nuestra empresa ofrece productos y servicios de gestión de residuos orgánicos sostenibles a unidades residenciales, establecimientos comerciales e instituciones públicas. Fabricamos y vendemos sistemas que permiten que los generadores de desechos orgánicos conviertan los restos de comida, los escombros del jardín y los desechos agrícolas, en una enmienda del suelo llamada compost. El compost ayuda a que el suelo se convierta en un mejor suelo. Tenemos tres escalas para nuestros sistemas: pequeña, para hogares individuales; mediana, para edificios, empresas e instituciones académicas y grande, para granjas y municipios”, explica este innovador de sistemas y productos de reciclaje.
En el Líbano, Antoine Abou-Moussa, estudió, se especializó y lideró importantes proyectos en favor del medio ambiente con énfasis en el compostaje. Ha ganado premios y reconocimientos a nivel mundial y es un convencido de que desde cada hogar se puede aportar mucho para salvar este planeta y, además, ganar dinero.
Él sueña con una Barranquilla que comience a avanzar en materia de compostaje, teniendo en cuenta los proyectos de alto impacto concebidos para mejorar el medio ambiente y la calidad de vida de la gente. Se refiere al Gran Malecón, la siembra de árboles, la recuperación de parques y la Ciénaga de Mallorquín.
“Aunque ser amigable con el medio ambiente debería ser un compromiso de cada persona, creo que los gobiernos locales podrían liderar el proceso creando la cultura y haciendo pedagogía, para apostarle al compostaje comunitario, aprovechando así los desechos orgánicos que la mayor parte de las veces se pierden por la inadecuada disposición de la basura. El compostaje comunitario, que tiene como objetivo social fomentar la participación de la ciudadanía en la conservación ambiental, avanza en varias ciudades del mundo con excelentes resultados”, dice.
Es miembro del Consejo de Compostaje de los Estados Unidos (USCC) y cuenta con amplia experiencia como consultor ambiental para el Gobierno libanés y organizaciones internacionales como Mercy Corps, Naciones Unidas, GIZ y ACNUR; entrenador y catedrático invitado en reconocidas universidades del Líbano y Colombia. Fundador y consultor de Compost Baladi SAL – Líbano con una extensa e interesante hoja de vida al servicio de la conservación del planeta.
Su empresa comenzó en Beirut, donde instaló la primera planta universitaria de compostaje automatizada, que trata los restos de comida y los escombros de jardinería generados en el campus universitario, así como también el programa de la entrega por parte de estudiantes incentivados, quienes llevaban los restos de comida de casa al campus, a cambio de obsequios sostenibles. En Barranquilla, “nuestra empresa está proporcionando a los generadores de residuos soluciones de baja tecnología y bajo mantenimiento para convertir sus residuos orgánicos putrefactos en un producto con olor a tierra que pretenden mejorar la calidad de sus suelos”, dice.
Su labor tiene la perspectiva de convertir cualquier residuo biológico, en un bio-recurso. “Comenzamos en el Líbano, luego ingresamos al mercado de Oriente Medio y ahora estamos comenzando en América Latina”, puntualiza.
Durante los últimos 4 años, su empresa pudo lograr más de 4,500 toneladas métricas de residuos biológicos sólidos desviados de vertederos, más de 30 toneladas métricas de emisión de gas metano evitadas, más de 84,000 bolsas de basura plásticas evitadas, y producir más de 600 toneladas de compost.
Asegura que han impactado a más de 100.000 ciudadanos que han sido incentivados en la clasificación en origen y compostaje, y más de 450 refugiados, agricultores, mujeres y municipios empoderados en la gestión de desechos y temas relacionados.
Cuando habla de la necesidad de adoptar como costumbre la clasificación de nuestras basuras, hace énfasis en la importancia de acoger una economía circular en la cual la reducción, la reutilización y el reciclaje sean fundamentales. Recuerda que el primer paso consiste en la recolección y procesamiento de las basuras que producimos y para ello existen varios métodos incluidos los de las aceras, centros de entrega y programas de depósito o reembolso.
El experto da unos tips para comenzar a compostar en casa: