La Buena Sazón / 27 de noviembre de 2021

En tiempo de festejos: un buen vino y tartaletas de chorizo

Según la historia, el vino llegó a nuestro continente, por los monjes que trajeron la bebida en sus alforjas para hidratarse cuando acompañaron a Cristobal Colón en el descubrimiento América.

Carmen Vásquez

Conozca la historia de una de las más apetecidas bebidas en el fin de año y una deliciosa receta para acompañarla.

Poco a poco nos vamos acercando al final del año y a ver con esperanza y fe el nuevo año.

Desde que comienza Noviembre los pensamientos vuelan a preparar los festejos entre familias y amigos, días de gratitud, de reencuentros. Y en todos estos acontecimientos, lo primero que llega es un brindis. ¡Y más que merecido este año!

Tartaleta de chorizo.

En casa en torno a la familia, con los amigos o en la reunión de empresa las diferentes botellas del blanco, el rosado, el tinto y las burbujas son las que darán el toque a la alegría festejada.

¿Y qué es el vino a servir, a comprar, a maridar? Es mejor que conozcamos un poco de su historia.

Una historia que dicen los libros va más allá de los siete mil años andando de racimo en racimo ya que es una de las primeras creaciones de la humanidad y que a pesar de su longevidad es cada día más atractiva y apetecida. Y estos racimos o primeros sarmientos se registraron en Mesopotamia, una de las tierras prometidas de la antigüedad ubicada entre los ríos Tigris y Eufrates, tierra de suelos fértiles. Con los primeros cultivos y su primaria fermentación, llegó el vino a Fenicia y Egipto. Los fenicios lo distribuyeron por los puertos del Mediterraneo y los egipcios como civilización más avanzada, mejoraron sus procesos de fermentación y oxidación. Fue así como llegó a Grecia y a Roma y cada uno de ellos mejoró el manejo de la vid y lógico el vino.

Cada pueblo desarrolló sus propias recetas para hacer del vino sus propias preferencias. Uno de los más importantes impulsores del cultivo de la vid y la elaboración del vino fue el Imperio Romano. Los legionarios al jubilarse, recibían como pensión un lote de tierra y  semillas de uva para que hicieran su propio cultivo. Otros responsables de su expansión y mayores vitivinicultores han sido los monjes quienes comenzaron a almacenarlo. Mejor dicho, desde aquella primera cena el vino para el cristianismo es indispensable. Europa es tierra de vinos por su tradición y experiencia, Francia, Italia, España. Y la pregunta es…¿Aquí cómo llegaron a nuestras tierras de América? Por los integrantes de la odisea del descubrimiento con don Cristóbal Colón acompañado de sus monjes que trajeron consigo sarmientos, semillas y vino en sus alforjas. Y la idea era hidratarse con esta bebida y celebrar la Eucaristía.

De 1492 a estos tiempos… tenemos mucho que aprender. Y mientras más sepamos, tomemos y cocinemos con vino, más nos vamos a enamorar del vino. Maridar es un arte.

RECETA: TARTALETAS DE CHORIZO

INGREDIENTES PARA HACER LA TARTALETA

250 gr. de harina de trigo

125 gr. de mantequilla

3 cucharadas de agua

1 huevo

1/2 cucharadita de sal

INGREDIENTES PARA EL RELLENO

250 gr. de chorizo

1 cucharadita de aceite de oliva

4 huevos

100 gr. de queso gruyére rallado

sal y pimienta al gusto

PREPARACIÓN

Tamizamos la harina, cortamos la mantequilla en cubos y mezclamos hasta lograr una textura como de arena, luego agregamos la sal, el huevo y el agua, mezclamos bien, amasamos por unos minutos  y hacemos una bola suavecita que vamos a envolver en un plástico y la llevamos al refrigerador por unos 30 minutos. Mientras tanto precalentamos el horno a 200 °C, engrasamos los moldes de las tartaletas, sacamos la masa, la extendemos en una superficie previamente enharinada dejándola con el rodillo a unos 4 milímetros de grosor, la cortamos en discos del tamaño de los moldes los colocamos, los pinchamos en la superficie con un tenedor y los llevamos al horno por unos 8 minutos.

Aparte, desmenuzamos los chorizos, en una sartén ponemos el aceite y a fuego medio salteamos los chorizos hasta que estén doraditos. Le sacamos el exceso de grasa, los dejamos enfriar. Mientras, batimos los huevos con la sal, la pimienta, el queso y los chorizos.  Con esta mezcla rellenamos las tartaletas y las volvemos a meter al horno durante 15 o 20 minutos. Como estamos en época de no complicarnos, les cuento que las tartaletas las pueden comprar ya en paquetes. Solo tienen que calentarlas y rellenarlas.

Estas tartaletas las vamos a servir con un delicioso vino tinto, puede ser un Casillero del Diablo Reserva. Pueden ser una entrada o pueden ser pasabocas para una deliciosa tarde de Navidad.

NOTA: Poco a poco, sorbito a sorbito les voy a ir presentando las delicias de los vinos.

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