Mundo Deportivo / 26 de abril de 2025

José Quintana, el zurdo que no se rinde en las Grandes Ligas de Béisbol

Romario Quintero

El pelotero colombiano tiene una efectividad de 0.96 en sus primeras tres aperturas con Milwaukee.

La brisa ardiente del Caribe aún parece recorrer los recuerdos de José Guillermo Quintana, ese muchacho flaco y silencioso que alguna vez soñó con lanzar en las Grandes Ligas mientras improvisaba strikes entre calles polvorientas y canchas sin gradería.

Excelente debut de José Quintana en este 2025 en las Grandes Ligas.

Hoy, a sus 36 años, convertido en uno de los referentes indiscutibles del béisbol colombiano, Quintana vuelve a escribir su nombre en letras doradas, tras conseguir su tercera victoria consecutiva de la temporada con los Milwaukee Brewers, consolidando su regreso al más alto nivel con una efectividad que raya en la perfección: 0.96, la segunda mejor marca en la historia de la franquicia.

El triunfo no fue cualquier victoria. Fue una clase magistral desde la lomita. Seis entradas completas, apenas una carrera permitida, seis hits y tres ponches. A ese recital se sumó el respaldo ofensivo de Christian Yelich con un grand slam y Jake Bauers con un jonrón de dos carreras, ambos detonando un rally de ocho anotaciones en la sexta entrada que selló el 11-3 final ante los Gigantes de San Francisco. Pero más allá de las cifras, hubo algo diferente. Algo visceral.

“Fue como en los viejos tiempos”, confesó el propio Quintana después del encuentro, con una sonrisa cansada, pero satisfecha. “Siempre enfocado en un juego a la vez, siempre hacer mi trabajo, así las cosas han funcionado”.

UNA HISTORIA QUE COMENZÓ CON PIEDRAS Y SUEÑOS

Quintana nació el 24 de enero de 1989 en Arjona, un municipio bolivarense donde el béisbol no es deporte: es herencia, es cultura, es resistencia. Desde pequeño supo que lo suyo no era patear un balón, sino lanzar pelotas.

Comenzó como muchos, lanzando piedras por diversión, hasta que el talento natural llamó la atención de cazatalentos. En 2006 fue firmado por los Mets de Nueva York, pero una suspensión lo obligó a reinventarse. Lejos de rendirse, encontró una nueva oportunidad con los Yankees en 2008, y desde allí, su vida profesional fue en ascenso.

Debutó en las Grandes Ligas en 2012 con los Chicago White Sox y, temporada tras temporada, consolidó su reputación como uno de los lanzadores más constantes de la liga. Su carrera tuvo un pico en 2016, cuando fue seleccionado al Juego de Estrellas.

Desde entonces, ha vestido los uniformes de varias organizaciones, incluyendo los Cubs, los Angels, los Cardinals, y los Pirates, antes de recalar en los Brewers en esta nueva etapa de redención.

EL REGRESO DEL LÍDER

Milwaukee lo recibió como una apuesta silenciosa. Nadie esperaba que Quintana con más de una década de experiencia, pero también con el peso de varias lesiones en los últimos años iniciara la temporada como el primer lanzador del equipo en ganar sus tres primeras aperturas desde C.C. Sabathia en 2008. Pero así ha sido. José volvió con temple, precisión y una lectura quirúrgica del juego.

“Cuando el equipo te necesita, que yo esté aquí y haga mi trabajo… me siento seguro con todo lo que tengo”, dijo emocionado después del partido.

Ese temple también se ha traducido en liderazgo dentro del camerino. El mánager Pat Murphy lo reconoció en rueda de prensa: “He visto esa actuación muchas veces, pero esta es la primera vez que estoy feliz por ello. Lo hizo cuando más lo necesitábamos”.

Quintana, más que un jugador veterano, es hoy un faro para los más jóvenes. Habla poco, pero escucha mucho. Da consejos, revisa videos, ajusta mecánicas. A los nuevos latinos les recuerda que el camino no es fácil, pero vale la pena. “Ha sido un largo camino para llegar aquí donde estamos y todavía falta. No hemos terminado”, sentencia con humildad.

EL REFERENTE DE UN PAÍS

Hablar de José Quintana es hablar del presente y futuro del béisbol colombiano. Si bien nombres como Édgar Rentería y Orlando Cabrera sentaron las bases del sueño en las décadas anteriores, es Quintana quien ha mantenido vivo ese legado en el montículo.

Hoy, junto a otros nombres de la nueva generación como Giovanny Urshela, Donovan Solano y Meibrys Viloria, representa la cara de un país que poco a poco gana respeto en el diamante mundial.

Quintana no solo ha sido protagonista con sus equipos en MLB. También ha vestido los colores de Colombia en competencias internacionales, como el Clásico Mundial de Béisbol, donde siempre ha mostrado compromiso total. Su presencia trasciende lo deportivo. Es símbolo de disciplina, constancia y orgullo patrio.

En Arjona, cada vez que lanza, las calles se vacían y los televisores se encienden. Para muchos niños, ver a José en la pantalla es una confirmación de que el sueño es posible. La cancha donde jugó de pequeño ahora lleva su nombre, y él, sin importar cuántas victorias acumule, siempre vuelve. Siempre es uno más en su pueblo.

UN LEGADO QUE SE SIGUE ESCRIBIENDO

A sus 36 años, José Quintana ha demostrado que la edad es apenas un número. Su efectividad, su control y su experiencia son hoy más valiosas que nunca. En un béisbol cada vez más físico, más veloz y cambiante, él sigue apostando por la precisión, la estrategia y el corazón.

Hoy, Quintana no es solo el mejor lanzador colombiano en actividad. Es un ejemplo de cómo la perseverancia, el trabajo constante y el amor por el juego pueden desafiar cualquier pronóstico. Porque, al final, el montículo no olvida a los que lo respetan. Y José Quintana, sin duda, lo ha hecho como pocos.

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