Dolce vita / 26 de agosto de 2023

La tierna tarea de rescatar y cuidar animales

A las mascotas, además de protección, hay que brindarle cariño una vez rescatadas.

Miguel Utria

Aunque las personas han ido tomando conciencia de la importancia de adoptar mascotas, aún hace falta mucho por avanzar en este tema.

“El justo cuida a sus animales, pero el perverso es cruel con ellos”: dice la biblia en el libro de Proverbios.

Por fortuna existen personas justas, altruistas y con instintos de protección bien llevados que se han dado a la tarea de rescatar, atender y buscarle un hogar a animales abandonados.

En el departamento del Atlántico, así como en otras zonas del país, existen fundaciones dedicadas a la labor de rescatar animales en condición de abandono y de protección, los cuales son llevados a albergues u hogares de pesos, se les atiende hasta que logran recuperarse y posteriormente se les busca un hogar.

Aunque es una labor loable, es mucho lo que falta hacer por estas criaturas desprotegidas, se necesita más apoyo a estas organizaciones que trabajan por puro amor a los animales, pero en ocasiones  la falta de recursos les pone en situación complicada.

Rosalba Carrillo Rodríguez, es la líder de la fundación Pinky, que tienen un albergue de protección y funciona en el área rural del oriente del departamento del Atlántico. La creó en honor de una mascota suya que falleció dejándoles un profundo vacío según explica esta psicóloga de profesión.

No solo los canes, también muchos gatos callejeros reciben albuergues para que crezcan en sana convivencia.

El amor por ‘Pinky’, su mascota, de la que dice quiso como su hijo le hizo prometer que haría todo por todos los de su raza y demás razas perrunas que estuvieran en riesgo o estado de desprotección.

 “Eso fue en 2016, y la promesa la hice cuando mi perrito pincher estaba agonizando. Pero yo desde hacía tiempo ya protegía a los animales de la calle, en la medida de mis capacidades”, apunta Rosalba, quien además es socorrista de la Cruz Roja.

La protección hacia animales de la calle inició con gatos que eran albergados en los predios del actual Jardín Botánico de la ciudad, en el barrio La Victoria de Barranquilla. Pero cuando la población fue creciendo pensó en un sitio más adecuado y que pudieran acondicionar para prestarles a los animales rescatados toda la atención que requerían.

Sin embargo, la situación de las fundaciones como la de Rosalba han entrado en dificultades desde la pandemia, por cuanto los benefactores desaparecieron, y ya superada esa crisis sanitaria mundial, no volvieron a aparecer.

Actualmente la alcaldía de Barranquilla y Gobernación del Atlántico tienen en sus programas de gobierno rubros destinados a apoyar causas como la asistencia a animales en estado de indefensión y acuden a ello cuando  son requeridos.

Recibiendo tratamiento de manos de un especialista.

Fadas (Fundación Animalista Dando Amor Sanador) es otra iniciativa que también se encarga de hacer lo propio con los animales abandonados o maltratados. Pero, además de las dificultades como la que vive la Fundación ‘Pinky’, tienen otra como es la de no contar con recursos para pagar una sede para el albergue.

La organización, que funciona en una finca del departamento del Atlántico, debe entregar el predio arrendado a nuevos propietarios que les dieron un plazo que está a punto de cumplirse, y ello los pone en dificultades con los animales que allí tienen, según nos comentó su fundadora y directora Liliana Morales.

“Por fortuna nosotros  siempre hemos contado con el apoyo de otras entidades que se dedican a lo mismo, y hemos logrado entregar 275 perritos a otras entidades en Bogotá. Pero tenemos unos 200 animales, entre perros y gatos, que ya nadie los adopta porque están muy viejos o con alguna discapacidad. Nosotros debemos entregar los animales a la alcaldía porque ya no tenemos más plazos”, asegura Liliana.

Asegura esta voluntaria que ellos han tocado puertas, que han hecho llamado a influencer y otras personas para ue les colaboren, pero no han tenido eco.

Programaron la ventas de unas boletas para la rifa de un aparato IPhone, para la adquisición de predios que les permita seguir funcionando, pero no han tenido suerte con dicha venta.

“Pero igual nosotros seguimos trabajando con el mismo amor y entusiasmo de siempre por nuestros animalitos, porque ellos son nuestra razón de ser.

Tanto Liliana como Rosalba, aseguran que la labor no es fácil porque ellas deben conseguir los recursos para el mantenimiento de sus albergues haciendo de todo tipo de actividades como rifas, ventas de comida, ventas de artículos para mascotas, etc.

Ambas coinciden en afirmar que el acto de adoptar una mascota es el mejor aporte que les pueden hacer, pero muchas personas aún no caminan por esa senda y prefieren comprarlas.

Sin embargo, según nos contó Rosalba, durante el tiempo de cuarentena por la pandemia, mientras las personas permanecían encerradas en sus casas, la fundación de ideó una feria de adopción de manera virtual, y ello les permitió que muchas personas que se sentían solas en sus casas dieran el paso hacia la adopción de mascotas, tanto de perros como de gatos, y desde entonces han notado que esa disposición se ha mantenido.

Pero hace falta mucha concientización entre todos para ayudar a estos animalitos que sufren mucho por el abandono y que se quedan expuestos a peligros dela calle, agresiones de humanos o de otros animales, o de sufrir un accidente, además del hambre y la falta de asistencia médica y alimentaria.

Adopte no compre. Una mascota falta de amor puede llevar mucha felicidad a un niño o una familia entera. Es un acto de amor que la naturaleza sabrá agradecer.

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