150 figuras y 180 instalaciones de luces blancas, entre montañas y cascadas y riachuelos marcan el bello paisaje navideño, creado por el empresario Juancho Jaramillo.

Armar el pesebre en su casa siempre ha sido para Juan José Jaramillo toda una pasión, una tradición que no ha decaído, ni decaerá con el paso del tiempo. Desde niño sentía deleite viendo y ayudando a su mamá Leonor cómo se esmeraba montando el nacimiento que nunca faltó en el hogar para celebrar en familia la llegada de la Navidad.

Hoy, siguiendo al pie de la letra las enseñanzas que le dejó su mamá, con la convicción de lo que significa tener un  pesebre porque trae muchas bendiciones, el empresario barranquillero muestra orgulloso la obra de arte que hizo en la entrada de su casa en forma de U que mide 6 metros lineales.

Como por su gran tamaño no es cualquier Belén, el montaje no fue de la noche a la mañana. Mientras disfrutaba de una cerveza bien fría y con música navideña de fondo, Jaramillo comenzó a armar primero la estructura con mesas, cajas y otros elementos para lograr diferente desniveles. Siempre es lo más difícil, según él.

A la semana siguiente el turno fue para el paisajismo que simulan las montañas, rocas, caminos y cavernas. Dice que las montañas las aprendió a hacer por su mamá que utilizaba solamente papel verde, pero que hoy en el mercado se consigue de otros colores. “En su época ella misma armaba las casitas. Recuerdo que una vez guardó dinero durante todo un año para comprar figuras españolas que yo heredé. Son joyas que hacen parte de mi pesebre”.

Como dato curioso, Jaramillo cuenta entre risas que “las cavernas o grutas las hice para mis dos gatos. Ellos marcan primero el territorio. Durante el proceso de la armada estos animales miraron el lugar donde ellos quieren estar”.

Alrededor de 150 figuras, algunas también de cerámica y otras de yeso, y 180 instalaciones de luces Led hacen parte de la decoración del hermoso Portal que, en perspectiva, puede apreciarse escenas en las que se están árboles hechos con chamizos, la Virgen María, José el niño Jesús y los Reyes Magos, entre otros personajes bíblicos, lo mismo que pastores, bueyes, ovejas y asnos.  

Lo admirable de esta obra navideña  de Juancho Jaramillo es que es en movimiento. Estos efectos se logran a través de pequeños motores eléctricos, para que los ríos y cascadas se vean casi reales.

Pocos se imaginan lo dispendioso que es el desmontaje de este pesebre. Con paciencia y con un ayudante, cada figura es envuelta en papel suave para guardarla en cajas hasta el próximo diciembre, pues cada año su creador le agrega más y más elementos y figuras. “Incluyendo el arbolito y adornos, entre más perendengues de Navidad tenga en mi casa, ¡soy feliz! ”, apunta con una carcajada.

 “Para mí, el nacimiento no solo es algo decorativo. La representación del nacimiento de Cristo es la costumbre más significativa de las festividades navideñas, por eso siempre rezamos la Novena en familia, pero aún no sé cómo lo vamos hacer este año en la pandemia.”

Tiene tan arraigada la tradición, que cuando ocupó la Secretaría de Cultura del Distrito, durante 4 años visitó muchos barrios de Barranquilla incentivando y premiado la creatividad de la gente que mantiene viva la costumbre de tener pesebres navideños.