Hasta el amor en exceso puede llegar a volverse un sentimiento tóxico. Ni qué decir de otros tópicos que en principio son buenos y que los expertos recomiendan para una vida sana y para estar en forma, pero en los que aplica lo que decían las abuelas: ni tanto que queme al santo… ni tan poco que no lo alumbre.
Nadie discute lo necesario que es el consumo de proteínas como las carnes rojas (res, cerdo, búfalo, etc.) y lo que aporta para los huesos, los músculos y la piel; lo vital que es hidratar adecuadamente nuestro organismo, o los aportes de la actividad física para nuestro bienestar general. Pero sobrepasar los límites en cualquiera de los tres casos tiene consecuencias, y en esta edición MiREDVista te cuenta cuáles son:
Comer carne roja
Un estudio de la Escuela Harvard TH Chan de Salud Pública publicado en 2020 reveló que un mayor consumo de carne roja, especialmente la procesada, se asocia conun mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, ciertos tipos de cáncer, incluidos los de colon y recto, y muerte prematura.
Se trata del primer estudio longitudinal que examina cómo los cambios en el consumo de carne roja a lo largo del tiempo pueden influir en el riesgo de muerte prematura, y para ello examinó los datos de salud de 53.553 mujeres y 27.916 hombres.
Estos resultados corroboran las prevenciones médicas por el efecto nocivo de comer carnes rojas en demasía, pero es importante tener en cuenta que factores como la edad, la actividad física, la genética y el índice de masa corporal influyen en los posibles efectos nocivos de la carne roja y en la salud, tales como:
Beber agua
Hidratarse suficientemente es clave para el funcionamiento correcto del organismo, porque cada célula de nuestro cuerpo necesita líquido para realizar su trabajo, pero hacerlo en exceso puede tener efectos dañinos, incluso muy graves, si no se detecta y se trata el problema.
No hay un dato matemático para determinar la dosis de agua que necesitamos, pero por regla general, si no se tiene ninguna dolencia específica, la propia sed es una buena guía. Eso sí, tenga en cuenta factores internos como la edad, el sexo, la propia constitución y el peso, y externos como el clima de la zona donde se vive, la actividad cotidiana o el estado de salud de cada cual. Algunos efectos nocivos de beber demasiada agua son:
Hacer ejercicios
Muchas de las consultas médica que hacemos habitualmente terminan con la recomendación, por parte del profesional, de hacer algún tipo de actividad física. En efecto, hacer ejercicio es sinónimo de salud y bienestar, siempre y cuando se haga de forma moderada (a menos que se trate de un deportista de alto rendimiento), según las condiciones físicas de cada persona y acorde a las recomendaciones del galeno.
Sin embargo, hacer ejercicio puede llegar a ser perjudicial cuando se realiza en exceso, aseguran los expertos. El deportólogo César Gómez advierte que hacer ejercicios sin la alimentación, la hidratación y el debido descanso nos lleva al sobreentrenamiento, que nos pone en riesgo de sufrir afectaciones como: