Nuestra Gente / 14 de septiembre de 2024

Miguel Morales, el artista que le saca el jugo a las patillas con sus tallados

Miguel muestra orgulloso su obra de arte con los rostros de figuras del fútbol continental, causando sensación el día del partido del martes entre Colombia y Argentina.

Miguel Utria

La jugosa fruta le sirve de lienzo para plasmar rostros de personajes. Con ocasión de las eliminatorias al Mundial 2226, talló las caras de los jugadores provocando la admiración de la gente en las afueras del Estadio Metropolitano.

La fiebre del fútbol en Barranquilla, con ocasión de las eliminatorias al Mundial de 2026, dejó conocer la historia de Miguel Morales, un técnico en estructuras metálicas y vidrios para residencias y comercio, que posee un gran talento para el dibujo de rostros, los cuales plasma sobre  la superficie de patillas, la apetitosa fruta de gran acogida en esta región.

Como amante del fútbol, y conociendo la acogida que tendría el encuentro entre las selecciones de Colombia y Argentina, el pasado martes, Miguel decidió escoger a varias de las figuras de ambas selecciones y plasmar sus rostros en las patillas que posteriormente exhibió a las afuera del Estadio.

Lo que pretende este barranquillero es que su trabajo sirva para que la gente se enamore de este tipo de arte manual.

La semejanza y expresiones de los rostros en las frutas con los personajes reales, era tan impresionante que Miguel no pasó desapercibido y su puesto de exhibición, frente al cual se detenían las personas que por allí pasaban, se tomaban fotos, dialogaban con él, le hacían preguntas y hasta le pedían que les dibujara a ellos también.

Este artista anónimo siempre está acompañado de su hijo Miguel Junior quien le hace fotos y videos para subir a sus redes, pues lo que ambos buscan es que la gente se enamore de su arte, lo valore como es y se aleje de lo que él considera “contenido chatarra o basura”, que tanto invade las redes sociales actualmente.

Lápices para esbozar los rostros y varrios cuchillos son las herramientas que utiliza.

‘Rumor0117’ es su nombre artístico, así aparece en redes sociales, y aunque la idea de plasmar sus obras sobre patillas ha sido un furor, asegura que su actividad económica no tiene nada que ver con la venta de tropical fruta.

Este artista anónimo nació en la ciudad de Magangué, departamento de Bolívar, desde pequeño descubrió su habilidad para hacer arte, y aunque no se ha dedicado de lleno al mismo espera, ahora que fue descubierto, poder mostrarlo, recibir el valor que tiene el mismo y si es posible vivir de él, pues desafortunadamente, Miguel fue víctima de amenazas por parte de la delincuencia que le obligó a cerrar su taller.

40 AÑOS EN EL OFICIO

“Yo aprendí a hacer esto desde hace más de 40 años, haciendo figuras en peras y manzanas, pero desde hace cuatro descubrí que se puede plasmar los rostros de personas en las patillas, comencé a trabajarlo, y aquí estoy, dándole”.

El trabajo llama tanto la atención que los transeútes y amantes del fútbol no dejan pasar por alto tomar una foto a tan singular exposición.

El proceso inicia escogiendo una buena patilla, que tenga los colores, la forma, el tamaño y el estado adecuado para plasmar allí los dibujos. Primero se lleva la imagen a la superficie de la fruta y luego, ayudado de un cuchillo, comienza la labor de tallarla.

Sus herramientas son entre cuatro y cinco cuchillos de diferentes tamaños, no más, los que cambia de acuerdo con el grado de dificultad que muestre el rostro que quiera plasmar. En el trabajo usa exclusivamente la puta del cuchillo.

En su mesa de trabajo había papeles con las siluetas de jugadores que pasa igual a la fruto y luego apoyado en el mismo dibujo comienza el proceso raspando la cáscara de la patilla para darle el relieve adecuado hasta que la silueta toma la forma semejante a la del papel.

En su arte, Miguel solo usa la cáscara de la patilla, pero en ocasiones, y dependiendo de lo que quiera mostrar, invade la fruta para destacar algún detalle del color interno de la cáscara o de la pulpa. En la parte externa de la patilla destaca los, blancos y verdes de las frutas, y a veces la fruta deja entre ver una tonalidad amarillosa que también sirve para algún dibujo especial.

Asegura que desde el momento en que tiene la patilla adecuada se demora un par de horas para realizar la silueta de un personaje, pero puede ser menos o un poco más de tiempo, dependiendo de detalles como sonrisa, barbas, peinado, el cabello, en el caso de mujeres que lo usan largos, lisos o con rizos, o si la persona lleva accesorios.

El rostro de James Rodríguez, futbolista colombiano, uno de los escogidos para el arte de Morales.

Las siluetas de Lucho Díaz, Richard Ríos, James Rodríguez, Leonel Messi, John Arias, entre otras figuras del futbol plasmadas en las patillas de Miguel concentraron la atención de los transeúntes, que se admiraban por el arte de este hombre que asegura estaba allí solo para mezclarse con la euforia de la gente amante del futbol.

Aunque su hijo Miguel alimenta las redes sociales, asegura que el proceso ha sido lento, pero que insistirá, porque su meta es ganarse esa admiración de las personas amantes del arte y considera que es poca la gente que se interesa por ello porque se distrae con otras cosas que no son tan buenas o sanas.

ARTE DE VERDAD

“Yo no estoy aquí para vender esto. Solo espero que la gente me apoye siguiendo mis redes, haciendo comentarios amables y valorando el arte verdadero. Porque desafortunadamente a la gente le llama más la atención la vulgaridad, el morbo, el contenido chatarra, de basura que desdibujan el verdadero talento. Pero vamos lentamente, poco a poco. Y ese es mi mensaje, que se valore lo que realmente vale la pena”.

A pesar de esa afirmación, Miguel destaca que los comentarios en las redes son muy buenos, y ello lo anima a seguir insistiendo, aunque en alguna oportunidad estuvo a punto de dejarlo todo. Pero allí ha estado su esposa Liliana Campo, animándolo y a no dejarlo desfallecer.

Lucho Díaz y Richard Ríos, figuras de la Selección Colombia.

Con su esposa lleva 40 años de conocidos y 30 de convivencia, tienen 7 hijos y 12 nietos, quienes le apoyan en la parte logística, pero ninguno se ha dedicado al arte como tal.

Al preguntarle por algún cometario que lo hubiera animado, Miguel recuerda que en un evento en la Ventana del Mundo, estaba haciendo su arte cuando se acercó una pareja de turistas extranjeros que le dijeron que lo habían visto en las redes, y que estaban agradados de conocerlo en persona. Al recordar esto el artista se emocionó, enmudeció por unos segundos y un par de lágrimas estuvieron a punto de rodar por su rostro.

“Fue muy emocionante, en ese momento estaba tallando al Pibe Valderrama y René Higuita, ellos se quedaron durante todo el proceso, se les hizo la talla de la patilla de ella, se tomaron fotos, documentaron la cosa y se fueron contentos”.

Para el día del partido Colombia vs. Argentina, Miguel elaboró alrededor de seis patillas, en cada una había al menos dos figuras, la idea, como él mismo recalcó, no era venderlas, sino mostrarlas y al final del evento, las obsequiaría entre los presentes. “Aquí hay gane, no es esa nuestra misión, es solo inversión”.

Cuando se presenta en algún evento, la gente normalmente solicita que haga siluetas de personajes de la farándula, él les pide que le consigan la patilla y les dice las características de la fruta, el interesado se las trae y él les hace el dibujo solicitado.

Como ahora no tiene local para su taller de aluminio, trabaja de manera independiente por encargos, y divide el tiempo entre su trabajo y el arte. Dependiendo de la ocasión como el evento del fútbol, dedica más de un día completo al arte. Pero cuando no hay eventos se dedica a los pendientes de su trabajo. “En fines de semana cuando hay eventos me coloco cerca de donde está la gente pongo mis patillas y expongo ahí mi arte”. “Yo no cobro el arte, no cobro el tiempo. Mi mayor satisfacción es que la gente se interese en este arte”,

+ Noticias


Copa Libertadores 2021: sorteo, clasificados y debut
La dulzura de la pera
Ojo con los cambios de temperatura, evite resfriarse
Panderitos Tía Mayo, las delicias de una matrona de Bolívar