Personaje / 27 de enero de 2024

Ninfa Barros, ‘la loca’ que se volvió  viejita en el Carnaval

Un antes y después de Ninfa Barros. Disfrazada de loca y con su nueva caracterización de ‘Alegre viejita’

Zoraida Noriega

Con su viejo disfraz que la catapultó como uno de los personajes más populares de las fiestas, la barranquillera cambió sus harapos “para darle relevancia a la tercera edad” y hacer las delicias de la gente.

Caracterizada como la ‘Alegre viejita’, Ninfa Barros observa la foto en la que aparece de ‘loca’, el disfraz que la hizo popular en el Carnaval.

Pese a que hace 8 años viene participando en los desfiles del Carnaval con su nuevo disfraz ‘Alegre viejita’, casi nadie reconoce hoy a Ninfa Barros. Es la misma que durante casi  dos décadas hizo de las suyas encarnando a una loca llena de harapos, cabello alborotado y  mirada desorbitada que atemorizaba con una piedra a la gente, pero también causaba risas y aplausos que le valieron varios premios convirtiéndose así en uno de los personajes que quedaron para siempre marcados en el corazón de los barranquilleros.

‘La loca’, disfraz con el que logró romper con  el miedo al ridículo, “la dejó encerrada en un manicomio” en 2014 cuando a su único hijo le fue practicada una biopsia por posible cáncer de piel, que luego, por fortuna, salió negativa. Entonces, Ninfa hizo una promesa arrodillándose ante la imagen de Jesús de Nazaret: abandonar para siempre ese gracioso personaje, que para algunos fue grotesco.   

Recibiendo un reconocimiento como ‘Alegre viejita’ como disfraz más creativo.

Pero como le encanta disfrutar y disfrazarse en el Carnaval como buena barranquillera, se inventó algo nuevo “para darle relevancia a la tercera edad”, como ella dice.

Las peinetas, el bastón, los lentes, las medias, el tabaco y camándula en la mano, hacen parte de los accesorios del vestuario de este personaje, para lo cual su creativa cambia el peinado y color de su abundante cabellera. Es una caracterización de gran gesticulación facial, cambio hasta el caminado. Porque pienso que  cuando uno va a caracterizar, ya sea de diferentes maneras, tiene que meterse en la piel del personaje”.

“Definitivamente, la personificación tiene que ser perfecta. Lo mío siento que es original no solo en el vestuario, sino en sus posturas, caminado, expresión, etc”

“Por eso, debido a  todos esos cambios con mi disfraz de viejita nadie me reconoce; nadie sabe que quien está enfundada en ese personaje es ¡la famosa ‘loca’ del Carnaval!”.

‘La loca’ en su transformación de anciana. Irreconocible.

Lo cierto es que la ‘Alegre viejita’ es tan real, que sorprende a los espectadores cuando la ven en los desfiles sobre todo moviéndose acompasadamente al son del grupo de millo que la secunda.

Para brindar más teatralidad siempre va acompañada de un niño que encarna a su nieto. Se trata de un vecino del barrio Campo Alegre, donde Ninfa reside con su familia.

El atuendo lo hace ella pese a los pocos aportes que recibe, “pero ahí vamos”, dice, para luego agregar: «ya con el de viejita he ganado congo de oro y una distinción como mejor disfraz creativo, lo cual quiere decir que ha gustado mucho.”

A sabiendas que la vejez tiene su caducidad hasta ciertos años, Ninfa apunta entre risas “sí, pero la mía llegó para quedarse. ¡Ya tengo 70!”.

Recordó que su primer disfraz fue de “diablita” siendo muy niña, y ya mayor, la vez que anunció  en su casa su deseo de salir en Carnaval vestida de India Catalina -para sacarle partido a su escultural figura- su mamá respondió aterrada: ¿tú estás loca?. Y fue ahí cuando a Ninfa se le prendió el bombillo y pensó: ese es el disfraz, de loca. “Porque no gastaba mucho. Sin embargo tuve tropiezos al comienzo, como la vez que quise entrar a la Batalla de Flores y la policía no me dejaba porque pensaron que era una tirapiedras de verdad”.

¿Qué opina de los disfraces de locas de hoy?

–Cada una tiene su encanto. La verdad es que me voy bien con todas. Cada una maneja su magia de diferentes formas, pero ‘La loca’ Ninfa seguirá permaneciendo en los corazones de los barranquilleros.

¿La reconocen sin disfraz?

-¡Impresionante! Pese a la ausencia de ‘La loca’, todavía me siguen llamando de varios medios de comunicación. Yo me pregunto ¿por qué se metió ese personaje tan de lleno en la memoria del pueblo?. Voy a cualquier centro comercial y me reconocen estando vestida de civil. Para sorpresa mía, cuando estuve en Canadá visitando a mi hijo, hubo una colombiana que me identificó. Me quedé helada. Es que ‘La loca’ llegó para nunca dejarse olvidar.

¿A qué se dedica actualmente?

-Estar con mi familia, pasear y divertirme. Viajé hace poco a Canadá, donde reside mi hijo y mis tres nietas.

¿Su hijo salió también carnavalero?

-Para nada. Eso no lo heredó  de su mamá (risas). En el Carnaval habrá ‘viejita’ para rato.

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