Los almacenes ya están inundados de artículos de Navidad. A muchos les mueve las fibras
El último trimestre de este año atípico por causa de la pandemia de COVID-19 es para especialistas, la temporada perfecta para construir nuevos espacios que nos permitan experimentar ese gozo y entusiasmo por el Año Nuevo.
¿Empiezo por desempolvar Halloween o Navidad? Es la pregunta que más circula en las redes sociales en este último trimestre de 2020, un año atípico que por efectos del coronavirus puso al mundo contra la pared.
Se cierra un ciclo, pero se abre otro, es la frase que más repetimos en este último trimestre en el que como es costumbre, las grandes superficies empiezan a decorar sus tiendas con artículos alusivos a las dos fiestas más representativas: el Día de los Niños y la Navidad.
“La vida está llena de infinitas cosas que algunas veces dejamos de disfrutar por pensar en lo que puedo suceder y no sucedió”, asegura la sicóloga Jeniffer Yance al referirse a lo que muchas personas hacen en estos momentos pospandemia.
“El año avanza y con él avanzamos nosotros, muchos han sido los momentos que hemos perdido a causa de la crisis mundial, sin embargo, es tiempo de mirar hacia adelante y aceptar que debemos construir nuevos espacios que nos permitan experimentar ese gozo y entusiasmo por lo meses venideros”, añade.
Explica que quizá los planes que nos fijamos a comienzo de enero no se cumplieron en totalidad, pero que hay que tener claro que aplazar no significa cancelar y que replantear no significa fracasar.
“El 2020 nos ha demostrado que lo que verdaderamente importa es el aquí y el ahora, quizá no sabemos dónde vamos a estar dentro de cinco años, pero sí sabemos dónde estamos en este preciso instante y es este momento que está sucediendo lo que nos brinda la pauta para continuar”.
En ese sentido, aconseja que rompamos esquemas tradicionales. Y pone de ejemplo el tradicional Día de Velitas, de tal manera que sea la excusa perfecta para lanzarnos a preparar en familia recetas en casa en lugar de salir de rumba, o que el 24 de diciembre la “pinta” o el estreno sea una pijama con tu caricatura favorita.
¿Qué tal iniciar un nuevo ritual familiar? que los deseos de Año Nuevo ya no sean planes a futuro sino el disfrute del momento con quienes te rodean, ríe, llora, aplaude, grita, haz lo que tengas ganas de hacer y nunca antes habías tenido el tiempo, no es obligación haber aprendido un nuevo idioma este año o haber empezado una dieta, si lo hiciste, ¡excelente! o si no, no importa, tu logro es haber llegado hasta aquí, estar leyendo estas palabras y saber que la vida está hecha de pequeñas victorias diarias. ¿Qué tal si en vez de planear empezamos a vivir?”.
Para el coaching ontológico John González María lo importante en esta nueva fase es reafirmar los aprendizajes de esta pandemia: la gratitud por las cosas simples de la vida como respirar tener amigos, tener soporte emocional, el ser compasivo con el otro y con uno mismo.
Recomienda que antes de ocuparse del dinero por el dinero se fortalezca primero la espiritualidad, el amor, la alegría y la empatía hacia el otro.
“No hay que perder de vista el equilibrio de la vida, si yo doy, voy a recibir”, explica, en la que resulta fundamental la comunicación, escuchar al otro para saber qué necesidades tiene y qué le puede aportar.
Así que si vas a desempolvar la Navidad, hazlo en familia, con tus mejores amigos, aprovecha al máximo cada minuto porque esta pandemia ha demostrado que nada está programado.