Lo último / 9 de abril de 2022

Semana Santa, tiempo para la humildad y la reflexión

Ceremonia religiosa en la Iglesia Cristo Redentor de Sabanalarga.

Rosario Borrero

¿Cuál es el verdadero significado de estos días en los que la Iglesia Católica conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús?

En el colegio y en casa aprendimos que la Semana Santa es la conmemoración cristiana que recuerda la Pasión de Jesucristo, es decir, sus últimos días sobre la Tierra, y que comienza con el Domingo de Ramos, cuando Él entra triunfante a Jerusalén, hasta que es muerto y resucita al domingo siguiente.

El sacerdote Dagoberto Berdugo, párroco de Santa María de la Esperanza.

Sabemos también que estos días son sagrados para el mundo cristiano y que en ellos anualmente se conmemora la última cena, el lavatorio de pies, el sermón de la Siete Palabras, el viacrucis, la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús de Nazareth.

Pero en su sentido más profundo, ¿qué significa esta conmemoración? El sacerdote Dagoberto Berdugo Mercado, párroco de Santa María de la Esperanza, en el barrio Los Trupillos, explica que lo que normalmente conocemos como Semana Santa en realidad se llama Pascua, desde el punto de vista teológico. “La Pascua es el paso de la esclavitud a la liberación”, añade.

Explica que para vivir este tiempo en la que la actividad litúrgica es intensa, los cristianos se preparan durante los 40 días en la Cuaresma. “Esto, para que con la ayuda de Jesucristo y del Espíritu Santo seamos liberados del pecado. Entre esos pecados están la concupiscencia, la lujuria, la pornografía, el adulterio, todos los cuales tienen como origen el orgullo y la altivez ”. 

“La Semana Santa nos llama a una relación con los demás con base en la humildad, la sencillez, la reconciliación y un volver a empezar”. Por eso, en medio las actividades que desarrollemos esta semana, por deber o placer, lo que se aconseja es no olvidar el sentido de cada día y aplicar en cada acto este llamado. 

El padre Berdugo, nacido en Sabanalarga, Atlántico, explica que esta fiesta hunde sus raíces en la cultura hebrea o judía, que conmemora anualmente el paso por el Mar Rojo, liderados por Moisés. “Ellos experimentaron que Dios los sacó  de la esclavitud de los egipcios y que los hizo libres sacándolos por el Mar Rojo, y luego educándolos con los 10 Mandamientos, caminando durante 40 años por el desierto para llegar a la Tierra Prometida”, precisa.

Este sacerdote, que es parte del clero diocesano, lleva 41 años de servicio y en este tiempo dirigió las parroquias San Clemente Romano y La Sagrada Familia, en Barranquilla; también estuvo en Repelón, Juan de Acosta, Hipódromo (Soledad), Baranoa y Sabanalarga.

“Después de 40 días en los que se ha orado y se le ha pedido a Dios que nos libere del pecado, con alegría celebramos durante una semana que Dios ha pasado y ha transformado nuestra vida, y por eso nos confesamos de los pecados”, agrega.

El sacerdote precisa que los creyentes que no pudieron vivir en su dimensión los días de la Cuaresma, tienen la oportunidad de prepararse desde el Domingo de Ramos hasta el Miércoles Santo. “El Domingo de Ramos tiene ese carácter apoteósico y festivo para generar esa sensibilización hacia lo espiritual, para que tengan como centro de la semana a Jesucristo”, dice.

Dice que preciso confesarse (hasta el miércoles se puede hacer), porque esta da la oportunidad de reconciliarse con Dios, con la naturaleza, con los demás y con uno mismo.

En este 2022, cuando después de dos años de aislamiento en todo el mundo las iglesias en general cerraron sus puertas en 2020, y limitaron su aforo en 2021, las parroquias vuelven a abrir plenamente sus puertas, para que la feligresía vuelva a acompañar los actos centrales de la Semana Mayor, sin que esto signifique abandonar las normas básicas de bioseguridad.

Desde Roma, el Santo Padre ha puesto como meta o lema para este año y el próximo la Sinodalidad. “Es decir, que todos los que están alejados busquemos los caminos para relacionarnos y tratarnos más humana y espiritualmente a través de tres objetivos, que son comunión, participación y misión”. 

Parroquia de San Roque.

El padre Berdugo precisa finalmente qué implicaciones espirituales tienen los días sagrados de la Semana Santa. Explica que el Jueves Santo es un día para reflexionar y fortalecer nuestro sentido de la humildad. “La Iglesia invita a reconocerse como servidor de los demás y a seguir el ejemplo de Jesucristo al lavar los pies de los apóstoles en la última cena.

El Viernes Santo, cuando recordamos la adoración de la Santa Cruz. “La invitación es a inclinar la cabeza y a que tú contemples y aceptes la cruz que cada uno tiene. La cruz es un defecto físico o síquico y que nos avergüenza.

Y el sábado en la noche es la Resurrención, que se manifiesta a través de la palabra, el agua y la luz. “Las palabras nos hacen reflexionar”, manifiesta finalmente el sacerdote.

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