¿Cómo acompañar y apoyar a nuestros niños y niñas en esta nueva etapa? Dos expertos, la psicóloga Ana Rita Ruso y el médico pediatra Hernando Baquero dan algunas recomendaciones.
¿Cómo retomar la vida que llevábamos antes de la pandemia? ¿Cómo recuperar la confianza después de todo el dolor que dejó? ¿Cómo mitigar el impacto que 15 meses de aislamiento ha causado en el cuerpo, el mente y en el ser social de nuestros niños, niñas y adolescentes? ¿Cómo volver a la presencialidad en el colegio?
Las respuestas a esos interrogantes generan dudas, inquietudes, temores en muchas familias, sobre todo en aquellas donde hay niños y niñas en etapa preescolar y primaria, pues aún hay mucho temor al riesgo de contagio ante la incertidumbre de si los chiquitines van a poder soportar todo lo que las medidas de bioseguridad implican durante la jornada escolar.
Como se ha informado, el Ministerio de Educación había anunciado que en este mes de julio los colegios de Colombia debían regresar a la presencialidad. Por ello muchos planteles aceleraron las labores para adecuar sus instalaciones, de manera que hoy se estima que en el país un 85% de ellos se encuentran aptos para reabrir a la presencialidad.
Ante estas inquietudes, recientemente el Bienestar Familiar y la Universidad del Norte, ofrecieron una conferencia virtual en la que el médico cirujano, pediatra y neonatólogo Hernando Baquero, decano de la División de Ciencias de la Salud de Uninorte, y la psicóloga Ana Rita Russo, directora del programa de educación psicoafectiva Pisotón y phD Filosofía y Ciencias de la Educación, analizaron las condiciones más importantes para el regreso de los chicos a la presencialidad.
El médico Baquero señaló que con profesores vacunados, sitios ventilados, uso de tapabocas, distanciamiento y lavado de manos la probabilidad de que exista una cadena de transmisión en un salón bien ventilado “es prácticamente nula”.
Dijo que los seres humanos sufrimos infecciones por coronavirus desde la infancia. “Cuando nos da gripa, tenemos una infección por coronavirus, simplemente que son otros que, evolutivamente, se han ido modificando para que produzcan una enfermedad respiratoria sin que sea grave”, explicó.
“Hay que creer en las vacunas”, opinó. Y agregó que los negacionistas de los beneficios de las vacunas y los movimientos anticiencia y antivacunas existen desde antes del Covid, “pero no pueden prosperar en el país que esos movimientos convenzan a las personas de no vacunar a sus hijos”.
¿Y LA BIOSEGURIDAD EMOCIONAL?
Desde la mirada de los expertos, además de las medidas de autocuidado, hay otro aspecto que hay que atender y acompañar en esta nueva etapa de retorno gradual a la presencialidad: la bioseguridad emocional
La psicóloga Ana Rita Russo explicó en su intervención que las bases del aprendizaje se establecen en las relaciones afectivas tempranas, pero que esas bases se han visto afectadas por la pandemia, en lo referente a diferenciación, capacidad para estar a solas, regulación emocional, formación simbólica y creatividad, todas necesarias para el proceso de aprendizaje.
Reconoce que la educación virtual se convirtió en un gran reto que hizo que todos los actores del cadena educativa se reinventaran, pero que dada la naturaleza gregaria del ser humano la presencialidad es necesaria para que niños y niñas mejoren su proceso de desarrollo, de aprendizaje y comprensión a través de las interacciones sociales y afectivas.
‘La pandemia nos ha mostrado su impacto en lo biológico y en lo emocional: las tristezas frente a las pérdidas, las privaciones que generan frustración, irritabilidad, tensión, y la ansiedad y el temor al contagio, lo cual causa interferencia en el desarrollo. Es que ante una crisis hay personas que despliegan recursos para afrontarlas (resilientes) y otras que van a requerir apoyo del exterior’, explica.
TIPS PARA ACOMPAÑAR EL PROCESO
Actuar rápido. Entre las medidas de seguridad bio-emocional, la experta recomienda al talento humano, padres y otros adultos tomar las acciones adecuadas ante vivencias y temores de cada miembro de la comunidad educativa, generando redes de apoyo para los miembros y espacios para hablar de sus emociones. Igualmente, dice que es necesario afianzar lo que nos anima, motiva e impulsa para poder animar, apoyar y motivar a los otros.
Apoyo ante el desgaste. También recomienda apoyarnos cuando se genere el ‘síndrome de desgaste por empatía’, que se produce cuando “por querer que los niños y niñas estén bien asumimos las angustias de ellos y, sin darnos cuenta, empezamos a tener reacciones agresivas, irritablidad angustia, etc”; y buscar ayuda cuando se necesite.
Lúdica para enseñar. También recomienda las rondas infantiles –una vez hayan pasado las medidas de bioseguridad– con canciones relacionadas con el encuentro afectivo. “La lúdica juega un papel fundamental para alcanzar ese objetivo. Debemos escuchar, comprender y atender sus sentimientos. Generar actividades en las que puedan expresar lo que sienten, y para ello están por ejemplo el baile de las emociones, el uso de emoticones, el teatro emocional, las pausas afectivas y las maneras como se terminan las historias” (propiciando la reflexión)
Responder, controlar emociones, tranquilidad. La experta recomienda atender y dar respuesta a las necesidades de los chicos, siempre marcando diferencia entre deseo y necesidad; evitar que en las actividades las emociones se desborden, contenerlas sin que se exacerben las del propio educador cuando no sabe qué hacer en un momento determinado; hablarles tranquilo y pausado; recordarles algún momento anterior en que resolvieron una situación similar, y cuando no puedan expresar lo que sienten invitarlos a que lo dibujen.
Redes de apoyo. Son importantes entre los diferentes actores, y pueden crearse a través del celular o en contactos puntuales, como por ejemplo, al momento de entregar o recoger los niños, por ejemplo.
Si enferma, ¡no lo mande! En este a la presencialidad es clave, preciosa Ana Rita Russo, que si un chico presenta algún síntoma los padres se abstengan enviarlo: “esto fortalece la confianza en el retorno presencial”, señala.
La infodemia. El médico Hernando Baquero por su parte recomienda compartir la información que se recibe y que nos inquieta para no caer en la ‘infodemia’, esa otra ‘pandemia’ que ha causado tanto terror por el exceso de versiones sobre el virus, nuevas cepas, tratamientos milagrosos, etc, que recibimos a diario sobre todo a través de las redes sociales. “Si la compartimos podremos discutirla con el talento humano y tendremos seguramente una información confiable”, dijo.
Hablar en positivo. Ana Rita Russo recomienda generar espacios de expresiones emocionales en la distancia. Aprovechar el juego, el teatro, las canciones alrededor de aquello que no hay que hacer, pero que se les puede decir en positivo en lo recomendable. Decirles: ¡no lo hagas! Es asustarlos y entonces ya mañana no querrán volver porque están asustados. Armemos, por ejemplo, una canción sobre tapabocas, que no los podemos compartir, en fin, desde la lúdica es posible llevarlos de la mano.