De viaje / 21 de junio de 2025

¡Lo último! La bebida que jamás deberías pedir en un avión

Romario Quintero

La auxiliar de vuelo explicó que no es conveniente beber agua del grifo en el avión.

Viajar en avión suele asociarse con la comodidad, la emoción del destino que espera al otro lado y la ilusión del descanso. Sin embargo, tras el glamour de despegar y aterrizar, existe una serie de factores invisibles que afectan al organismo humano mientras se encuentra a miles de metros de altura.

El entorno dentro de la cabina, aunque diseñado para ofrecer seguridad y estabilidad, impone condiciones que pueden alterar la manera en que el cuerpo procesa ciertos alimentos y bebidas. Y una azafata con más de dos décadas de experiencia ha decidido contar la verdad detrás de una de las bebidas más populares entre los pasajeros: el Bloody Mary.

Estos son algunos alimentos que se consumen en un vuelo comercial.

NO TODO LO QUE SE ANTOJA ES LO QUE MÁS CONVIENE

Sue Fogwell, auxiliar de vuelo durante 22 años, compartió en una entrevista con Travel and Leisure una advertencia que pocos viajeros esperan oír: el Bloody Mary es la bebida que nunca deberías pedir en un avión.

Aunque suele ser la opción preferida de muchos turistas por su sabor fuerte, su toque salado y su fama de ser el coctel ideal para sobrellevar vuelos largos o turbulentos, su contenido de sodio lo convierte en un verdadero enemigo del bienestar a bordo.

¿Por qué una bebida tan popular resulta tan perjudicial a grandes altitudes? La respuesta está en la fisiología humana y en cómo reacciona el cuerpo cuando se encuentra a 10.000 metros de altura, dentro de una cabina presurizada.

Aunque el sistema de presurización permite que los pasajeros respiren con relativa normalidad, la presión atmosférica dentro de la aeronave sigue siendo inferior a la del nivel del mar. Esto se traduce en una menor disponibilidad de oxígeno y una atmósfera extremadamente seca.

DESHIDRATACIÓN SILENCIOSA A BORDO

Uno de los principales riesgos es la deshidratación. El aire seco de la cabina, con niveles de humedad mucho más bajos que en tierra firme, causa que el cuerpo pierda líquidos más rápidamente.

Si a ello se le añade una bebida diurética como el Bloody Mary, que además contiene altos niveles de sodio, el resultado puede ser un cóctel perjudicial para la salud: fatiga, hinchazón, sensación de pesadez e incluso dolor de cabeza son solo algunos de los efectos colaterales.

Además, el sistema digestivo se ralentiza durante los vuelos. El cambio en la presión del aire y la posición prolongada del cuerpo influyen directamente en la forma en que el estómago procesa alimentos y líquidos.

Por eso, bebidas densas, carbonatadas o con ingredientes agresivos pueden generar molestias, flatulencias o malestar estomacal que arruinan cualquier trayecto, por corto o largo que sea.

¿QUÉ OTRAS BEBIDAS CONVIENE EVITAR?

Más allá del Bloody Mary, la azafata también advirtió sobre el consumo de agua del grifo dentro del avión. Aunque pocos lo saben, el agua que se usa para preparar café o té proviene de los tanques internos del avión, y no siempre es sometida a procesos de purificación óptimos.

Fogwell confesó que jamás la consume, y que prefiere comprar su café en la terminal antes de abordar. “Si necesitas cafeína, es mejor pedir una Coca-Cola o una Pepsi”, recomendó con firmeza.

Este consejo se ha repetido entre varios miembros de tripulación a lo largo de los años. Las investigaciones en torno a la calidad del agua en los aviones han arrojado resultados preocupantes en algunos casos, por lo que muchos expertos sugieren evitar bebidas calientes si no se tiene certeza de su procedencia.

CUIDADO CON LO QUE COMES: EL FACTOR INFLAMACIÓN

Pero no todo se reduce a lo que se bebe. La alimentación también juega un papel determinante en el bienestar durante un vuelo.

Josephine Remo, extripulante de cabina, aconseja a los viajeros evitar alimentos que producen gases o inflamación, como cebolla, brócoli, col rizada, frijoles, lentejas, carne roja y productos con gluten.

“El cambio de presión del aire puede causar malestar estomacal significativo, sobre todo si vuelas con frecuencia. Es importante conocer tu cuerpo y evitar lo que te inflama”, señaló.

Este tipo de recomendaciones son especialmente relevantes en trayectos largos o cuando se viaja por motivos laborales y se necesita estar en óptimas condiciones al llegar. El malestar gástrico a bordo puede convertirse en un enemigo silencioso que arruina el confort y, en casos extremos, hasta requiere asistencia médica.

UNA EXPERIENCIA MÁS SALUDABLE A BORDO

La próxima vez que subas a un avión, no te dejes llevar únicamente por el antojo o el deseo de relajarte con una bebida «de viaje». Escucha a quienes más saben: las azafatas y los auxiliares de vuelo. Ellos conocen los efectos reales de cada elección a bordo, y sus consejos no son simples sugerencias, sino alertas nacidas de años de experiencia.

Optar por agua embotellada, elegir alimentos ligeros y evitar bebidas altas en sodio o alcohol puede marcar la diferencia entre un vuelo cómodo y uno lleno de molestias. Viajar es un placer, pero también un reto físico. Saber cómo cuidarte en el aire puede convertir esa travesía en una experiencia mucho más saludable y placentera.

Atención de la auxiliar de vuelo junto a sus pasajeros.

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