La comunicadora social Angie Rosales, que comenzó hace dos años vendiendo ropa y zapatos por Instagram, abrió durante la pandemia su propio taller de calzado en Soledad, desde donde exporta a Norte y Centroamérica.

Angie Rosales Herrera cursaba sexto semestre de Comunicación Social en la Universidad del Norte, cuando alguien le habló de una oportunidad para comprar ropa de la China para venderla acá por Instagram. A ella, que siempre ha tenido un espíritu emprendedor y que desde su época de colegiala vendía de todo –bolsos, accesorios, gomitas, etc–, el negocio le sonó.

“Me asocié con alguien cercano y comenzamos a comprar por Instagram y vender acá también por esa red. Pero en diciembre de 2018 la ropa no me llegó, así que yo quedé sin mercancía qué vender, sin dinero y con una deuda por pagar”, cuenta la joven barranquillera.

Ese fue el punto de partida de un nuevo emprendimiento que se ideó para salir adelante y pagar la deuda que tenía por el fallido negocio. Conocía a una fabricante de calzado en el Centro de Barranquilla que le hacía zapatos a ella y a su mamá, y a la joven universitaria se le ocurrió revender el calzado que tenía en stock. “Yo iba, les tomaba fotos a los zapatos, los subía a Instagram, y así en ese son vendí más de 200 pares en Barranquilla y toda la Costa. Me fue tan bien que puede pagar lo que debía”, recuerda. 

Así surgió La Perla Shoes (@laperlashoes.col), un marca especializada en el diseño y fabricación de calzado femenino de altas plataformas, elaborados en materiales como palma de iraca, yute, tela, gobelinos y cuero, con diseños novedosos, muy juveniles y alegres. Aunque la singularidad de la marca es la altura del calzado, también ofrece sandalias planas y otros estilos más bajitos, según las necesidades y el gusto de la clientela.

Como el negocio iba creciendo y la fabricante inicial no daba abasto, la joven comerciante aceptó conocer el taller que un zapatero le puso a la orden a través de Instagram, en el barrio Rebolo. “Fui a visitarlo, me gustó su trabajo, probamos con una docena y la cosa funcionó. Estuve un año trabajando con él hasta que en esta pandemia me arriesgué a abrir mi propio taller en Soledad”, dice esta “soledeña de corazón”, como ella se define.

Angie cuenta que en esa planta comenzó con una máquina y un zapatero y hoy ya tiene 3 máquinas y siete trabajadores, entre ellos dos zapateros. “Allí se fabrica calzado solo para mi marca y elaboro para otras marcas, siempre y cuando estén fuera de Barranquilla. De allí salen docenas de pares de zapatos que se venden dentro y fuera de Colombia, a 6 países de norte y Centroamérica.

“La clave del éxito de La Perla creo que es mi fe y mi actitud ante las dificultades. Y obviamente, la calidad del producto y la seriedad, cumplimiento y el trato que le damos a nuestros clientes”, afirma esta joven que este año graduó en Uninorte como comunicadora social, formación que, asegura, ha sido fundamental para trazar sus estrategias de comunicación, promoción y marketing.

Ella asegura que su emprendimiento no sintió los estragos de la pandemia. “No sabemos por qué, pero vendimos muchos zapatos estos meses, sobre todo al exterior. Tantos, que pudimos alquilar una casa y montar nuestro propio taller”, apunta.

Ahora anda feliz, pues fue llamada por el diseñador soledeño Randy Severiche para que calzara a siete candidatas a Miss Universo Colombia, con lo cual su emprendimiento da un paso más: elaborar zapatos con tacón de puntilla hasta de 18 centímetros. “Seguimos avanzando a paso firme, gracias a nuestra perseverancia y a las redes sociales”, puntualiza.