La belleza, el colorido y las calles empedradas de Cantarranas son un atractivo turístico. Foto: Oficina de Turismo de Centroamérica.
Con más de 100 murales elaborados por artistas locales y extranjeros, este pueblo de Honduras se constituye en la galería a cierlo abierto más grande de esa nación, lo que aumentó el flujo de visitantes en los últimos siete años. Un modelo similar al que comenzó en el municipio de Usiacurí.
A primera vista pareciera que se está caminando por las calles empinadas de nuestro hermoso municipio de Usiacuri, uno de los atractivos turísticos del departamento del Atlántico, pero no, en realidad es Cantarranas, pequeña población en el norte de Honduras que también atrae miles de miradas de turistas.
Porque al igual que el llamado Pesebre del Atlántico, Cantarranas está rodeada de obras de arte callejero.
Allí en Honduras también lo llaman El pueblito de mil colores por los más de 100 murales que adornan sus empedradas calles que cada fin de semana se llenan de visitantes procedentes de todos los rincones de esa nación centroamericana.
Pero lo cierto es que Cantarranas, como así lo bautizaron los primeros colonizadores procedentes de España, es llamado desde el 2015 como El pueblo selfi porque esas obras de arte a cielo abierto se constituyen en un jalonador de la economía local por la llegada de centenares de visitantes que llegan atraídos por sus calles empedradas, la amabilidad de la gente y la rica gastronomía de sus anfitriones.
Situado al norte de Honduras, Cantarranas, con 18.127 habitantes según el más reciente censo de 2020, ha liderado un proceso cultural en cabeza de la Alcaldía y del llamado Guancasco Muralista de los Pueblos del Mundo en Honduras, conformado por artistas de diferentes procedencias internacionales, que han plasmado lo mejor de su cultura a través de obras maestras que llenan al pueblo de color y de arte.
Para la Agencia de Turismo de Centroamérica esta población, considerada un tesoro moderno por aquellos turistas amantes del arte, es considerado también como el lugar perfecto para las personas que aman la fotografía.
«Aquí se encuentra el escenario ideal en cada esquina para tomarte la selfie perfecta y compartirla en redes sociales. Por esta razón este pueblo está denominado como «Pueblo selfi», destaca la agencia.
Pero además de parecerse mucho a nuestro Usiacurí, este pueblo lleno de valles, zonas montañosas, balnearios, reserva naturalesy ríos, sus calles adornadas con sombrillas de vistosos colores semejan las de Getsemaní, en Cartagena.
La población fue fundada en 1667 por españoles que llegaron a explotar la minería de Cantarranas, cuya fiesta patronal se celebra cada 8 de diciembre en en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción.
Entre los principales atractivos están la iglesia municipal que es una reliquia religiosa construida desde 1622.
Allí también nació y vivió el expresidente e Honduras Francisco Ferrera, cuya casa tiene más de 200 años y se pretende que funcione como museo.
«Aquí se elaboran los mejores panes de la zona, si son hechos en horno de barro, mejor… Los productores de pan venden su producto en el municipio y otra parte en Valle de Ángeles, Tegucigalpa y hasta para los compatriotas en Estados Unidos alcanza», asegura uno de los portales turísticos.