En Pantalla / 26 de abril de 2025

Cine colombiano pospandemia: la brecha entre la audiencia y las producciones

Romario Quintero

Un especial sobre los desafíos, estrategias y caminos hacia la reactivación del cine nacional.

Colombia, como muchas otras naciones latinoamericanas, vivió un periodo de silencio en sus salas de cine durante los peores momentos de la pandemia por COVID-19.

Las luces se apagaron, los estrenos se congelaron, los festivales se trasladaron al entorno virtual, y la relación entre el público y las películas nacionales se fracturó aún más de lo que ya estaba.

Sin embargo, a medida que la emergencia sanitaria cedió y las industrias culturales intentaron recuperar el ritmo, emergió una realidad contundente: el cine colombiano enfrenta una brecha profunda entre sus producciones y la audiencia que debería acogerlas.

Hoy, en pleno 2025, la pregunta no es si el cine colombiano está produciendo lo suficiente, sino si el público está dispuesto a verlo. ¿Dónde se encuentra el problema? ¿Por qué los estrenos nacionales, aún con buena crítica y reconocimientos internacionales, no logran convocar a más de unos pocos miles de espectadores en las salas?

UN ANTES Y UN DESPUÉS

Previo a la pandemia, el cine colombiano mostraba señales de crecimiento sostenido. Producciones como Pájaros de verano (2018) y El olvido que seremos (2020) habían puesto al país en la conversación internacional, mientras el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC) apoyaba cada año una buena cantidad de largometrajes, cortos y documentales.

No obstante, las cifras de taquilla ya hablaban de un divorcio silencioso: muchas de esas películas, incluso las más premiadas, no lograban cifras significativas de espectadores.

El confinamiento fue devastador. Según datos del Ministerio de Cultura y Proimágenes Colombia, en 2020 las salas de cine en el país perdieron el 97% de su audiencia. Muchos estrenos previstos se postergaron indefinidamente, y las casas productoras entraron en crisis.

La reapertura en 2021 no fue automática: el miedo, la digitalización acelerada del consumo audiovisual y los nuevos hábitos del público plantearon un nuevo escenario al que la industria nacional aún intenta adaptarse.

MÁS PRODUCCIÓN, MENOS PÚBLICO

Paradójicamente, el número de producciones nacionales no ha disminuido. De hecho, las convocatorias del FDC han mantenido su dinámica, y cada año se suman más obras al catálogo del cine colombiano. La paradoja es evidente: hay más películas, pero menos personas dispuestas a verlas en salas.

¿Qué está pasando? Los expertos coinciden en varios factores. Uno de los más repetidos es la desconexión entre las narrativas que propone el cine nacional y los intereses del público masivo.

A esto se suma una distribución desigual que favorece a los grandes estrenos de Hollywood, relegando las películas colombianas a horarios complicados y a escasas pantallas.

EL ROL AMBIVALENTE DEL STREAMING

Durante la pandemia, las plataformas de streaming se consolidaron como el canal principal de consumo audiovisual. Netflix, Amazon Prime, Disney+ y otras se convirtieron en el cine de bolsillo de millones de colombianos.

Esto representó una oportunidad de oro para el cine nacional: mayor visibilidad, posibilidad de llegar a públicos internacionales, monetización alternativa. Y, sin embargo, no fue suficiente.

Las plataformas no priorizan el cine colombiano. Muchas producciones locales llegan a sus catálogos sin promoción, enterradas en medio de un mar de contenidos globales. Además, las condiciones contractuales no siempre favorecen a los realizadores, quienes en ocasiones reciben sumas bajas por los derechos de exhibición.

No obstante, hay excepciones destacables: series como Distrito Salvaje y películas como Los Reyes del Mundo han conseguido posicionarse dentro de estas plataformas, logrando reconocimiento más allá de las fronteras. Pero el grueso de las producciones sigue luchando por obtener un espacio digno.

¿QUIÉN ESTÁ VIENDO CINE COLOMBIANO?

Las cifras no mienten. Según el más reciente informe de Proimágenes, solo el 2,4% del total de espectadores que asistieron al cine en 2024 eligieron una película nacional. Es decir, de cada 100 personas en una sala, menos de tres están viendo contenido colombiano.

Los jóvenes entre 18 y 35 años, segmento crucial para la taquilla, están altamente conectados con contenidos audiovisuales, pero su consumo es mayoritariamente internacional. En redes sociales, los tráilers de cine colombiano pasan desapercibidos frente al marketing arrollador de superproducciones extranjeras. Existe, entonces, un desafío urgente de comunicación, conexión y pertinencia.

PROPUESTAS DESDE LA INDUSTRIA: CERRAR LA BRECHA

Frente a este escenario, distintos agentes del sector productores, realizadores, gestores culturales, críticos y académicos han planteado caminos posibles para estrechar la brecha entre el cine nacional y su audiencia. Estas son algunas de las propuestas más destacadas:

Educación audiovisual desde temprana edad

Varios expertos abogan por incorporar el cine colombiano como herramienta educativa en colegios. No solo desde la perspectiva técnica, sino como ventana a la historia, la geografía, la identidad y la diversidad del país. Esto permitiría formar nuevas generaciones de espectadores críticos, conocedores y emocionalmente conectados con su cine.

Festivales regionales itinerantes

Llevar el cine a donde el cine no llega. Festivales descentralizados, proyecciones en barrios y corregimientos, actividades al aire libre. Estas iniciativas no solo democratizan el acceso, sino que generan comunidad, conversación y pertenencia.

Estrategias de marketing más robustas

La promoción sigue siendo el talón de Aquiles del cine colombiano. Algunos productores han comenzado a contratar agencias especializadas en campañas digitales, influencers, reels, podcasts y contenido transmedia. Se trata de hablarle al espectador donde está: en redes, en TikTok, en Twitch.

Alianzas con plataformas más equitativas

Surgen opciones de distribución más justas para los realizadores, como plataformas colombianas o latinoamericanas que priorizan el contenido regional y ofrecen condiciones de visibilidad y monetización más transparentes. Algunas de ellas ya empiezan a posicionarse como alternativas viables al duopolio global.

Mayor apoyo institucional para la exhibición

Desde el sector público se propone subsidiar directamente la exhibición del cine colombiano, garantizando cuotas mínimas en cartelera y campañas de comunicación asociadas. Esto se ha hecho en países como Francia, con notables resultados.

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