El hecho de que los pies sean la parte final de nuestro cuerpo no quiere decir que debemos descuidarlos. Por el contrario, por ejercer funciones tan fundamentales como soporte y locomoción, necesitan ponerles tanta atención como las manos.

Unos pies saludables ayudan a estar más activo, mantener el equilibrio y prevenir infecciones.

Para el cuidado es importante el lavado diario y secarlos muy bien para evitar hongos. No debes dejarlos mucho tiempo en remojo porque puede causar resequedad.

Es necesario hidratarlos con una crema especial, y hacerte quincenalmente la pedicura, porque las uñas muy largas pueden ocasionar en los pies problemas con el calzado.

En estos tiempos de pandemia, muchas personas que prefieren estar en casa para evitar contagiarse del coronavirus, reemplazan el calzado por las chancletas. El uso continuado de este accesorio no es recomendable, pues al no sujetar el pie, la fuerza para tener más estabilidad recae en los dedos y eso puede provocar deformidad en las extremidades y la aparición de callos.

Usa siempre, en lo más posible, zapatos cómodos y hechos con materiales que permitan que la piel transpire. Los zapatos muy apretados hacen que ampollas, callosidades y juanetes aparezcan.

Para disminuir los callos, es bueno usar una piedra pómez sobre la piel húmeda y en una sola dirección, teniendo cuidado de no raspar demasiado hondo. Nunca uses cuchillas de afeitar u otros objetos corto punzantes porque pueden causar heridas e infecciones.

Otra sugerencia de los expertos no cruzar las piernas por períodos largos. Trata de elevar tus pies cuando estés sentado. Asegúrate de mover los dedos encogiéndolos y estirándolos por lo menos tres veces al día. Mueve los pies haciendo círculos con los tobillos.