El ajo es mucho más que un condimento, porque tiene propiedades nutritivas y beneficios para la salud.
Es un condimento universal. Al ajo se le debe la primera huelga que se dio en la tierra.
Y fue en Egipto cuando a los esclavos que trabajaban haciendo las pirámides no les dieron su ración diaria ya que al ajo se le adjudicaba propiedades energizantes. Pero es que para los antiguos egipcios, además de ser un alimento el ajo tenía carácter comercial y sagrado.
Con quince libras de ajo se podía comprar un esclavo sano y fuerte. Y en la tumba de los faraones se incluían ajos para alejar los malos espíritus. Esta creencia también hacía parte de los rituales de los griegos y los romanos, quienes usaban los ajos para espantar a las brujas, los vampiros y las malas energías. De aquí las guirnaldas de ajos en las puertas de las casas.
El ajo procede de Oriente en donde se cultiva esta especia desde hace miles de años. En el siglo VIII a C. hacía parte del jardín de Babilonia. Algunas teorías aseguran que las tribus nómadas fueron las primeras en hacerlo conocer y de esta manera el ajo llegó a Europa y más tarde por los conquistadores llegó a a nuestra América. En la Edad Media al estudiarse todos sus beneficios medicinales sobre todo en la escuela de Salerno la más prestigiosa, es cuando adquiere gran fuerza, y es en España donde es acogida con entusiasmo, regiones como Zaragoza son famosas por su producción. En California, E.U. hay una ciudad llamada Gilroy, capital mundial del ajo.
Las variedades del ajo se dividen según su color y su tipo de tallo, el blanco y el rosado o morado.
Su empleo en la cocina ha aumentado significativamente en los últimos tiempos. Se distingue del resto de las especias por su olor fuerte y penetrante, combina bien con todas las carnes, vegetales y harinas, en nuestra cocina occidental se combina frecuentemente con las cebollas y los tomates.
El ajo de mejor calidad es el de cabeza firme con envoltura seca y sin retoños. Si usted quiere guardar los dientes de ajo por separado, póngalos en un frasco de cristal cubiertos de aceite y llévelos al refrigerador. Para pelar bien los ajos, presiónelos ligeramente con la hoja de un cuchillo, la cáscara que quebrará fácilmente.
BRUSQUETA SUAVE CON AJO
INGREDIENTES
6 – dientes de ajo
2 – cucharadas de aceite de oliva
1 – baguette o un pan francés de los largos
1 – diente de ajo
1/4 taza de aceite de oliva
6 – tazas de hojas de rúgula o espinaca baby
2 – tazas de tomates cherry cortadas en cuartos
1 – taza de queso mozarela rallado
sal y pimienta negra recién molida y al gusto
Con estos ingredientes pueden salir 16 panecillos
PREPARACIÓN
Corte el pan en tajadas para hornearlo, precaliente el horno a 180 0C.
Corte los ajos en láminas y macháquelos con media cucharadita de sal en un mortero. Resérvelos. Caliente el aceite en un sartén a fuego bajo y agregue los ajos machacados. Cocine por un minuto revolviendo y agregue los tomates, cocine por un minuto y luego las hojas de rúgula o las espinacas, sazone con la sal y la pimienta. Escurra y deje enfriar esta preparación. Frote cada tostada por un lado con el ajo y pincélelas con el aceite de oliva. Adicione el queso a la preparación y revuelva suavemente, ponga una cucharada de la mezcla sobre cada tostada.
NOTA: esta es una tradicional receta italiana, que se puede servir de entrada o compartir para una tarde de amigos. Perfecto para estos días que llegan de Semana Santa. Delicioso con un vino blanco.
NOTA DE BELLEZA: Para que las uñas crezcan fuertes y no se quiebren, se recomienda machacar un diente de ajo y agregarlo a un esmalte transparente.
Ya sé que hay esmaltes con esta preparación, pero es mejor la natural.