Lo último / 22 de agosto de 2020

“Fueron 10 años de lucha para que Nabil llegara a las Grandes Ligas”

Nabil Crismatt Abuchaibe, de 25 años, tuvo su primera presentación en la parte alta del séptimo episodio, en reemplazo de Tyler Webb.

Zoraida Noriega

Afirma Mónica Abuchaibe, madre del beisbolista barranquillero, a quien define como un joven noble, disciplinado y perseverante.

Con su mamá y su colega y amigo José Quintana, una de las personas que más lo apoyó en EEUU.

A Mónica Abuchaibe no le cabe un tinto de la felicidad por estos días. Y no es para menos. Ver a su hijo Nabil Crismatt haciendo su brillante debut como pitcher en las Grandes Ligas en el Wrigley Field de Chicago la llena de orgullo y emoción a sabiendas que no fue un proceso fácil que él llegara hasta allí, estar en lo que siempre soñó.

El barranquillero,  que se convirtió esta semana en el beisbolista número 26 de Colombia que se estrena en Las Mayores, a los 3 años de edad hizo sus pinitos en el deporte, afición que se le fue despertando cada vez que veía a sus tíos paternos jugar softbol o béisbol. “Yo lo llevaba a los campos Bosques del Norte (donde funciona hoy el Patinódromo).Cuando apenas tenía 10 años fuimos a Monterrey, México y ahí le pusieron el ojo. Fue pasando el tiempo y años después estuvo en Panamá y  Venezuela jugando partidos, pero lo hacía como hobby, aunque antes había estado en diferentes ciudades de Colombia participando en juegos latinoamericanos de béisbol de las pequeñas ligas. Ahí,  creo que le empezaron a mirar su talento”.

El lanzador con su mamá Mónica Abuchaibe y sus  hermanos Emilio José y Esteban.

Estando en Santa Marta, pasando unas Navidades en familia, llamaron a Mónica  para decirle que una persona de República Dominicana quería ver a unos peloteros. Esa persona era el cazatalentos dominicano Miguel Delgado, quien mostró interés en Nabil, en ese entonces con 15 años y  estaba de vacaciones escolares. Ofreció llevárselo a Santo Domingo. Y ella le dijo; “¡tú no te vas hasta que no termines el colegio!”, a lo que él le contestó: “este es mi sueño, siempre he querido esto. Hazte cuenta que voy a perder el año”. Ante semejante respuesta a su mamá no le quedó otra que acceder. Dejó que se fuera a la capital dominicana para que probara. Sin embargo, antes de alzar el vuelo le comentó: “No vuelvo hasta que yo no firme con una buena organización”.

Nabil guarda con orgullo algunos de los reconocimientos que ha recibido en su carrera, al igual que las pelotas de béisbol.

LOS METS DE NY Y LÁGRIMAS

El primer contrato del joven lanzador fue con los New York Mets por 7 años. Así comenzó realmente su carrera; después de pasar año y medio en República Dominicana, viajó varias veces a EEUU pasando por todos los niveles que hay en el béisbol hasta llegar a la Triple A.

Cuando se terminó el contrato con los Mets, el joven pelotero de 25 años lloró mucho, se sintió derrotado, pero sin perder la esperanza de que el contrato lo podrían renovar. Pero no fue así, lo dejaron como “agente libre”, según cuenta Mónica Abuchaibe, quien maneja al dedillo los términos beisbolero como el más avezado comentarista deportivo.

Nabil, que es disciplinado, creyente y perseverante, seguía en pie de lucha.

El año pasado recibió ofrecimientos de varios equipos, pero el que más apostó por él fueron Los Marineros de Seattle, un equipo profesional de béisbol con sede en  Washington, en el que el pelotero vio como la mejor oportunidad para llegar a las Grandes Ligas.

Cuenta Mónica que “en noviembre del año pasado, los abogados le habían dicho a su hijo que había un equipo que estaba interesado. Hicieron un contrato muy especial, que iba a entrenar spring training (campamento primaveral) con Las Grandes Ligas, pero que si hacía equipo se quedaba ahí. Estando en esas, llegó la pandemia. Por eso yo digo que  el 2020 no ha sido un año malo, pienso que ¡de malo no tiene nada!!!  Ha sido una bendición”.

“Cuando a suspenden el spring training, porque no se podía seguir jugando, Nabil quedó en shock. Me dijo: ¡me regreso a Colombia! ¿Qué hago?  Le contesté: quédate allá en los Estados Unidos. Porque me daba miedo que como los aeropuertos los habían cerrado no hubiera podido regresarse. Menos mal que le hice esa advertencia, porque, o de no, ¡hoy me hubiera pesado mucho!”, apunta entre risas.

“DISFRÚTALO, NO TE ESTRESES”

Apenas firmó el contrato, para esta temporada, con Las Grandes Ligas, a la primera persona que llamó el pelotero fue a su mamá que, como era de esperarse, saltó de la emoción gritando con los brazos en alto y entre lágrimas: ¡Gracias Dios mío!”.

Nabil le dijo segundos después: “mamá, gracias por hacer realidad mi sueño. Disfrútalo, no te vayas a estresar cuando salga a jugar”.

Solamente Mónica, su mamá y uno de sus hijos pudieron ver la transmisión por televisión, porque si no hubiera sido por la cuarentena ella y toda su familia hubieran estado en primera fila en el estadio Wrigley Field de Chicago aplaudiendo y gritando a voz en cuello el debut de “su bebé”, como le dice ella, porque Nabil es el último de tres hermanos.

Yo me hubiera vuelto loca estando allá. La verdad es que viendo el partido estuve más estresada y nerviosa que él. Porque luchó durante 10 años para estar ahí. ¡Fue grandioso!”, concluyó la orgullosa mamá al saber que  su hijo “la sacó del estadio” ingresando a las Grandes Ligas del béisbol.

La familia Crismatt-Abuchaibe no ve la hora que se reanuden los vuelos internacionales para viajar a Chicago, abrazar al lanzador y asistir a uno de los partidos antes que se acabe la temporada, aunque la celebración por el logro de jugar en la Gran Carpa sigue en los planes apenas llegue a Barranquilla.  

En pleno juego en las canchas de los estadios de Estados Unidos.

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