Experiencias de un docente que logró transformar la visión de estudiantes como objetos pasivos a sujetos pensantes, actuantes y propositivos.
Cacarear una idea, gritarla a los cuatro vientos y hablar de ella en todas partes pareciera el capricho de alguien con algún grado de locura, afanado porque se le preste atención y por tratar de convencer a los demás de que crean en sus teorías.
Pero cuando han pasado 45 años, y esa idea hoy tiene el reconocimiento de lo más granado del medio y varios retoños que igualmente han perdurado en el tiempo, no puede haber más que admiración por el tesón, la constancia y la inteligencia para mantenerse.
Así es el profesor Julio Adán Hernández y su teoría de que el niño es tan o más importante que el adulto, que siente, quiere y puede expresarse con tanta altura como el más versado de los profesionales.
En 1965, cuando ingresa como docente en el Colegio Colón conoce a la profesora Ana María Rúa, quien hoy es su esposa, y en el ejercicio de intercambiar ideas para las estrategias pedagógicas, él le propone trabajar el periódico escolar en el salón de clases, y ella presentaba historias mediante otras herramientas que entre los dos construían.
“Pero no nos quedamos ahí sino que empezamos a buscar otras opciones y comenzamos a hablar de cómo innovar en la educación utilizando los medios de comunicación”, nos recuerda el ‘Profe’, como es conocido entre sus colegas y todos cuantos han pasado por su proceso de aprendizaje.
Tras cinco años de relaciones, en 1970 contrae matrimonio con la profesora Ana María, matrimonio del que nacieron sus hijas Betty, también dedicada a la docencia, y Ayda, quien es comunicadora social. El profe es abuelo de Alejandro, un niño de condición especial, y quien lleva en su ADN el talento para hacer radio.
Como profesional de la Sociología, entendió que había en la sociedad un segmento de la población que permanecía oculto, sin protagonismo, pasivo, y decide darle un vuelco a su modelo educativo.
“En eso se nos dio, a Ana María y a mí, por hablar de un ‘proyecto de amor’, en el que el centro de atención fuera el niño. Es decir, que el niño pasara de ser sujeto pasivo a activo. Porque nos dimos cuenta que los niños eran seres anónimos y lo que quisimos hacer fue hacerlos visibles”.
El profe Julio Adán indica que años atrás, en 1944, ya Álvaro Cepeda Samudio había hablado del tema, el cual deja expreso en una columna del periódico El Tiempo la cual tituló ‘El periodismo como función educacional’, que promovía en los estudiantes la expresión libre de sus ideas, observaciones y sentimientos, incentivando en el niño la composición, redacción y descripción como principio básico de la instrucción.
Asegura que ese fue el fundamento principal para iniciar esa formación en sus estudiantes, iniciando con la realización de los conocidos periódicos murales que le siguieron a las tradicionales carteleras.
Tras su paso por el Colegio Colón, llega a ser profesor del Colegio Americano, donde se encuentra con gran material bibliográfico que le permitió avanzar más en su propuesta pedagógica.
Conoció que en 1958, en Estados Unidos los editores de periódicos acordaron aliarse con los directores de colegios para el mejoramiento de la lectura, y es cuando nace la denominada Prensa-escuela, estrategia que es adoptada por el profe Julio Adán y la profesora Ana María.
En 1977, al implementar esta idea con los niños del Colegio Americano, estos últimos decidieron que su periódico llevara por nombre, ‘Voz Infantil’, que en sus primeros número comenzó a imprimirse en el Diario del Caribe, donde reciben el decidido apoyo de Néstor Serra y Jairo Buitrago Oliva en el sentido de que donde hubiera un evento, los muchachos pudieran ir como periodistas y hacer el cubrimiento respectivo.
En 1981 ‘Voz Infantil´ participa en una convocatoria de la Federación Latinoamericana de Periodistas y la Asociación de Investigadores de la Comunicación, en México, con la propuesta titulada ‘Un nuevo concepto de periodismo de niños’, la cual recibió mención de honor.
Tras conocerse ese suceso, el director de El Heraldo, Juan B. Fernández Renowitzky, y la asistente de Dirección, Olga Emiliani, le invitan a que participen con una sección en la edición dominical del periódico, sección que duró cinco años.
Paralelo a ello en la Voz de la Patria les ofrecen un espacio de una hora cada domingo, y luego de eso los muchachos del proceso comenzaron a hacer propuestas para la realización de encuentros, congresos, concursos y similares con la temática de periodismo.
“Nos dimos cuenta que con dejar escuchar las voces de los niños, y dejar que ellos se expresaran con libertad, logramos que ellos hicieran propuestas en beneficio de la ciudad, y así nace un nuevo tipo de ciudadanía moderna conformada por personas que no necesitan llegar a la mayoría de edad para aportarle a la sociedad”.
El profe dice con mucho orgullo que uno de esos aportes a la ciudad es el Carnaval de los Niños, que nace en 2003, y que le ha servido tanto a Barranquilla que cuando la Unesco declara a las fiestas barranquilleras como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, uno de las propuestas que debía presentarse era una estrategia que garantizara que es patrimonio perduraría en el tiempo.
“Y no hay nada que garantice más esa permanencia en el tiempo que el Carnaval de los Niños. Esa es la pieza más bonita que se pueda ver en el carnaval”, asegura.
El profesor Julio Adán sostiene que lo que se buscaba con su teoría era la transformación del estudiante objeto a estudiante sujeto, es decir que el niño no se quedara como sujeto pasivo, sino como un ser pensante, hablante, productivo y pensador, y ello a través de los medios de comunicación, porque es el mejor medio para captar la atención.
En estos años que lleva el proceso, más de 20 mil muchachos han pasado por el mismo, y muchos de ellos hoy son personajes destacados de los medios y áreas del saber.
“Podría mencionarte muchos, por ejemplo a Humberto Mendoza, secretario de Salud del Distrito; Diana Acosta, actual secretaria de Cultura del Departamento; Bernardo Sanabria, corresponsal de RCN para la Costa; Leonardo Rúa, subgerente de comunicaciones de Triple A; Mauricio Molinares, rector de la Universidad Autónoma del Caribe; Diana Soto, directora de comunicaciones de Sayco a nivel nacional, entre muchos otros”.
Otro de los productos que ha surgido en el marco de este proceso es el colectivo ‘Hola Juventud’, que nace en 1987 como la continuidad de los niños que pasaban por ‘Voz Infantil’ y que no deseaban dejar lo que estaban haciendo. Entonces se abre este espacio para darles la oportunidad a niños más pequeños que recién llegaban a ‘Voz Infantil’.
También existe ‘Upa’ (Unidad Porteña de Aprendizaje), un colegio fundado por la profesora Ana María, y su hija Betty, que aplica el mismo modelo educativo de llevar a los niños a expresarse como a ellos les gusta en los medios de comunicación. El colegio funciona en Puerto Colombia, y siempre ha contado con el profe Julio Adán como gran asesor.
En el colegio, en el marco de su misión de acercar a los niños a los medios de comunicación, se crea la emisora UPA Radio, que aún existe. Pero paralelo a ello el profe y sus estudiantes de los procesos fundan el programa UPA Radio, cuya temática es educativa, y se emite en Barranquilla.
Se suma a esta lista de productos el programa ‘Autonomía Infantil’ que se emite por Radio Cultural Uniautónoma, y que tiene al rector Mauricio Molinares, como uno de sus grandes impulsores.
Uno de los mayores logros en el marco de este proceso, asegura el profe Julio Adán, es que finalmente a este trabajo se le esté reconociendo como periodismo infantil, con todos los elementos incluidos, el derecho a acercarse a los medios, el derecho a la información y el derecho a informar.
A lo largo de este proceso el profesor Julio Adán ha recibido muchos reconocimientos. Recientemente fue condecorado con la ‘Gran Cruz de la Democracia, Gabriel García Márquez’, otorgado por la Agencia Mundial de Prensa, premio que fuera entregado en la ciudad de Barranquilla, en uno de los salones de la Universidad Autónoma del Caribe.