En la Nota / 15 de agosto de 2020

La historia musical de ‘Pocho’ Pérez, el tropicalísimo

Miredvista.co

Tras 38 años de vida artística y 36 discos grabados, este intérprete barranquillero sigue con la misma sabrosura cantando porros, cumbias y otros aires del Caribe.

Si a usted le hablan de Jorge Enrique Pérez Chávez, es probable que diga que no lo conoce, pero si le mencionan a ‘Pocho’ Pérez, enseguida sabrá que se trata del reconocido cantante de la Orquesta Pacho Galán, el mismo con el que seguramente habrá gozado en más de un carnaval o de una fiesta.

En los últimos 38 años, este intérprete ha sido la voz oficial de la afamada orquesta de la que su padre, Alí Pérez Camacho, formó parte durante 43 años, no solo como cantante sino como gerente y relacionista púbico. Tras la muerte de Alí, ‘Pocho’ y sus hermanos Alí Iván, Ricardo y Roger han seguido al frente de esta agrupación especializada en música tropical, los dos primeros como percusionistas y el tercero también como cantante.

Pocho con su papá, Alí Pérez, y con Esthercita Forero.

‘Pocho’ Pérez nació aquí en Barranquilla hace 59 años, en un hogar de artistas, pues su mamá, Nelly Chávez, ya fallecida, cantó a finales de los 50 con la orquesta de Pello Torres y Los diablos del ritmo, en Sincelejo, su tierra natal. “Alci Acosta, que alternó con ella, dice que mi mamá cantaba hermoso”, apunta ‘Pocho’.

En el 59, Nelly se conoce con Alí Pérez en Cúcuta, se casan y decide dedicarse a la crianza de sus cuatro hijos. “En mi casa siempre se respiraba música. Y no era solo mi por mis papás, sino porque allá llegaban músicos de otras agrupaciones, así que era imposible que nosotros fuéramos ajenos a eso”, relata el intérprete.

Dice que además, como su padre era quien se encargaba de las relaciones públicas y el mercadeo de la orquesta que musicalmente dirigía el reconocido maestro Pacho Galán, él estaba todo el tiempo al frente de la oficina que tenían en la calle 37 con carrera 41, en donde solían reunirse la mayoría de los artistas locales. “Ese era como el punto de encuentro de todo el gremio musical. Allá llegaba yo desde pelao, cuando salía del colegio, a acompañar a mi papá y ahí pude conocer a grandes artistas, como Joe Arroyo, Jairo Paternina, Nelson Henríquez, Aníbal Velásquez… en fin”.

‘Pocho’ llegó a la orquesta en el año 79, al terminar el bachillerato, en calidad de auxiliar. “Empecé recogiendo cables”, recuerda. Pero en el 82, en pleno Reinado de la Maja en Corozal, Sucre, el cantante principal se enfermó, por lo que su papá, a sabiendas de que ya Pocho cantaba entre amigos y en fiestecitas, le dijo que él subiría a tarima al día siguiente.

Esa noche no dormí de la emoción. Era algo con lo que siempre había soñado”, dice. Y como le tocó ponerse un saco ajeno que le quedaba grande, amenizó el baile cantando toda la noche con los brazos arriba. “Por eso es que canto así”, contó muerto de la risa.

Con Juan Piña y Gabriel «Rumba» Romero, con cuyo estilo dice identificarse.

Dice que su actuación en esa fiesta gustó tanto que cantó tres noches seguida. La simpatía y el carisma que heredó de su papá, y su estilo alegre y muy tropical, fueron claves ese día y han seguido siéndolo a través de sus casi cuatro décadas en tarima.

“Yo me identifico mucho con el estilo de Gabriel ‘Rumba’ Romero, a quien siempre he admirado. Soy muy guapachoso, espontáneo, me gusta interactuar con el público cuando entro en confianza. Mi música es el porro, la cumbia, la gaita, los ritmos tropicales, aunque en mis shows no olvido otros aires, como una que otra salsa, el merengue e, incluso, el bolero”, expresa.

En el año 86 grabó sus dos primeras canciones en el disco “Pacho Galán como nunca”, con JJ Mundo, de Medellín, bajo la dirección de Edmundo Arias. El hit de ese álbum fue Cosas de la vida, con el que la orquesta tuvo enorme éxito dentro y fuera del país, tras varios años sin grabar.

Con Joe Arroyo, en el homenaje a Pacho Galán en su centenario, cantando La Plata. «Fue fantástico», recordó.

En el 89 grabó “Pacho Galán Internacional”, en el que volvió a “sacarla del estadio”, como se dice, con Ña tambó, un “exitazo”, como lo define ‘Pocho’, de la autoría de Luis Vega, corista de Irene Martínez y Los soneros de Gamero y compositor de Fuiste mala.

En el 92 graba independiente con Codiscos, que por su estilo lo bautiza como “El tropicalísimo Pocho Pérez”, como se llamó ese disco en el que el éxito fue La plata no alcanza, de Ramón Chaverra (autor del famoso Patacón pisao).

El perro negro, que originalmente hizo la banda 20 de Julio de Repelón, fue el tema que grabó en el 94 en variado con el sello Codiscos. En el 2000 participó con El disco no está rayao en una grabación especial llamada “El porrazo”, que hicieron varios artistas: Checo Acosta, Joseíto Martínez, Willy Calderón, Javier Echeverría y Pedro Salas, bajo la dirección del maestro Hugo Molinares. Y con la banda La Bocana hizo el tema No vendo mi chica, bajo la dirección de Fruko.

Con Charlie Gómez, en el estadio de grabación.

«En total tengo 36 canciones grabadas», dice el intérprete, que lamenta que desde aquel disco con La Bocana no ha vuelto a grabar por todo el cambio que se ha dado en la industria de la música tras la irrupción de nuevas tecnologías.

Yo disfruté de la miel de los contratos exclusivos. Hoy todo es muy difícil, cada vez tocamos menos, no hay las tarimas de antes que le daban oportunidad a todas las orquestas, no solo a 4 o 5, como pasa ahora. Me queda la alegría de haber grabado grandes éxitos de nuestra música”, dice.

De momento Pocho, que sigue con sus hermanos al frente de la orquesta que les dejó su papá, sueña con la posibilidad de que sus dos hijas menores, Michelle y Mariana, de 15 y 11 años (tiene una mayor, de 35 años) también se interesen y aprendan a ejecutar un instrumento, algo que él nunca pudo hacer. “La música es mi medicina y que una hija mía se interese por este arte es lo más hermoso para mi”, dice.

Los hermanos Jorge, Ricardo, Alí Iván y Roger Pérez Chávez.

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