De los pétalos de las rosas se extrae un aromático y beneficioso aceite para hidratar la piel.
La esencia de rosas, extraída de pétalos frescos de esa flor, ha sido durante mucho tiempo un ingrediente apreciado en la perfumería y la aromaterapia.
El aceite es un excelente humectante natural que ayuda a mantener la piel suave, hidratada y nutrida. Es ideal para pieles secas y maduras. Entre sus propiedades, puede ayudar a calmar y reducir la inflamación en la piel, aliviando condiciones como la dermatitis, el eczema y las quemaduras leves.
La rosa de Damasco (Rosa damascena), considerada ‘la reina de las flores’, que crece en Bulgaria, Turquía, Rusia, y China, es probablemente una de las flores más hermosas y también una de las que está más estrechamente vinculada con el ser humano. De ella se extrae un preciado aceite esencial que es muy utilizado en perfumería y en cosmética, pero que además tiene valiosas propiedades en aromaterapia.
También está el agua de rosas, una sustancia que se obtiene a partir de la destilación de pétalos de rosas con vapor de agua. Se cree que se desarrolló por primera vez en Persia y que incluso Cleopatra la utilizaba para preservar su belleza y juventud.
Es útil para hidratar, pero sobre todo para lograr que el maquillaje se vea hermoso y dure todo el día. Porque tiene propiedades antisépticas y astringentes que ayudan a eliminar las impurezas de la piel, tonifican los poros y combaten las bacterias que pueden producir infecciones cutáneas.
Tanto la escencia como el agua de rosas se pueden conseguir en droguerías y sitios espcializados en cosmética.