Su viuda, Ana Milena Londoño, lidera el proyecto ‘La Esquina Fest’, un certamen que se realizará los días 17, 18 y 19 de noviembre próximo, a propósito del décimo aniversario del fallecimiento del inolvidable cronista barranquillero.
Los últimos días han sido de trabajo incesante para Ana Milena Londoño, la actriz, productora , guionista y directora que como esposa compartió los últimos 15 años de vida del periodista Ernesto McCausland Sojo, inolvidable cronista, presentador y cineasta barranquillero fallecido el 21 de noviembre de 2012.
Y no es para menos. Ana Milena está dedicada, 24/7, a ver, leer, escuchar y seleccionar entre la copiosa obra periodística, literaria y cinematográfica de Ernesto en sus casi 30 años de trayectoria. Incomparable contador de historias, sobre todo de las que tenían que ver con este Caribe que él tan bien supo plasmar, McCausland falleció a los 51 años, dejando un vacío enorme en el periodismo local, regional y nacional.
Por ello Ana Milena, apoyada por un grupo de amigos de la Fundación Ernesto McCausland, que ella dirige, se dio a la tarea de organizar un festival, con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento, dedicado a honrar su memoria y su legado, para que lo recuerden quienes en el pasado se deleitaron con la prosa, la creatividad y el buen ojo de Ernesto para hallar historias locales que se volvieron universales, y para que los más jóvenes lo conozcan. Para que el gran Ernesto McCausland no mate el olvido.
El nombre del festival, ‘La Esquina Fest’, es una alegoría a la productora de cine, televisión y fotografía creada por McCausland, La Esquina del Cine. Se realizará el 17, 18 y 19 de noviembre próximo, y la mayoría de los actos serán en la Fábrica de Cultura de la Alcaldía de Barranquilla. Muy cerca de Ana Milena en esta iniciativa han estado, no solo sus hijas Marcela y Natalia, sino los amigos que Ernesto le dejó, como Angie Choperena, Eduardo Ortega e Ingar De Lima, entre otros.
Ana Milena explica que La Esquina Fest se explica desde dos miradas: la primera es desde lo emocional, pues dice que surge por el inmenso cariño y gratitud hacia Ernesto. “Como se cumple el décimo aniversario de que ya no está con nosotros pensé que es tanto lo que hay que agradecerle a él, que era hora de hacer algo en su memoria. Porque es fácil pensar que yo, que fui su amiga, esposa, copiloto, compañera de trabajo y de mil aventuras, esté agradecida con él por todo lo que viví en estos 15 años a su lado, pero encontrarme con que haya tanta gente que lo quiere y que por gratitud y cariño se ha ido sumando a esta iniciativa ha sido realmente hermoso”, apunta.
Tal ha sido la receptividad por parte de amigos, la Alcaldía, la Gobernación, empresas privadas y universidades como la del Norte, que el festival, que se pensó para hacerlo en un día, ya va por tres. El 17 será inaugurado con la presentación de la obra El poeta y las luces, escrita por Ernesto, la cual será representada por estudiantes de la Escuela Distrital de Arte, EDA. El 18 y el 19 serán los ‘Encuentros de la esnaqui (esquina)’, una serie de conversatorios sobre distintos tópicos de su obra; lo otro es la Cátedra McCausland, una serie de talleres enfocados en educación y cultura; habrá un gran taller de la Fundación Gabo y, atendiendo el enorme gusto y conocimiento musical del recordado periodista se realizará la sesión ‘Del rock al vallenato’.
La otra mirada es desde lo real, agrega. “Buscamos hacerle un reconocimiento a la obra que dejó Ernesto McCausland, un auténtico patrimonio de Barranquilla, del Caribe y del país. En materia de crónicas fue mucho lo que dejó, pues él tuvo la perspicacia y agudeza para ver lo que otros no veían y narrar historias increíbles”.
Ana Milena cuenta que en la curaduría que viene haciendo de la producción de su esposo se cuentan más mil crónicas escritas en medios como El Heraldo, Cromos, Semana y El Tiempo, entre otros. Lo otro es el arsenal de las crónicas de Mundo Costeño, programa que hizo para Telecaribe desde 1982, tal vez por dos décadas.
“Cada vez descubrimos más cosas. Él mismo organizó un archivo audiovisual que custodia la Cinemateca del Caribe, organizó su sitio web. Además, he revisado también las fotografías de su museo personal. Y sus maravillosas entrevistas, con personajes como el futbolista Andrés Escobar por el famoso autogol que le costó la vida; a Héctor Lavoe ya en su decadencia; a la famosa Niña Emilia le hizo la única entrevista que se le conoce en televisión, pero además se dio el lujo de hablar con juglares vallenatos, con hacedores del Carnaval y con un sinnúmero de personajes fantásticos. Ernesto nos dejó mucho, y lo que dejó es una joya”, dice.
Este año, McCausland habría conmemorado 40 años de su debut como reportero de El Heraldo. “Al terminar su colegio, Ernesto soñaba irse a Estados Unidos a estudiar administración, pero le llega el cáncer a los 18 y eso le cambió la visión de lo que quería. Al recuperar la vida empieza a escribir y en El Heraldo le reciben y publican lo que él empezó a mandarles. Es curioso, en El Heraldo empezó y terminó su carrera en el periodismo, pues murió en 2012, estando al frente del periódico”, recuerda.
Por eso, reitera Ana Milena, es hora de volver a leer, ver, escuchar y hablar de Ernesto McCausland. “Lo haremos desde la esquina del corazón, con mucho amor y agradecimiento por lo que él nos dejó”, puntualiza. Y mientras tanto, ella, sus hijas y los amigos de la Fundación seguirán trabajando como hormiguitas con la meta de preservar la memoria y el legado de uno de los mas grandes cronistas del Caribe colombiano.