¡Dios mío!  con este encerramiento toca ponernos un poco alegres. Y nada nos pone más alegres que compartir unos cocteles dentro del entorno familiar. Primero a tono de diversión un poco de historia o mejor dicho cuentos de leyendas porque la muy popular palabra: cocktail, tiene más de tres versiones de su origen, que uno después de tomar tres copitas no se acuerda de ninguna. La primera es que caminando por el siglo XVIII, en Gran Bretaña se daban con frecuencia las riñas de gallo y para que los animalitos se pusieran a tono el propietario le administraba una mezcla alcohólica y esto daba para que su cola y sus plumas se encresparan a pelear. Otra historia ya se rueda por estos lados nuestros de América Latina cuando una tripulación de ingleses desembarco en el Golfo de México y se encontraron en cualquier chiringuito una bebida local muy fuerte combinada de varios licores que se mezclaban con una pluma de gallo. Y la tercera y la cuarta historia ni se las pinto porque ya tiene la bellísima doncella incluida y se nos hace largo el cuento y lo que deseamos en este sábado de abril es preparar unos tres cocteles (mejor se ve en español) que nos pongan a tono. Uno es muy famoso, el segundo muy amoroso y el tercero es poderoso.

EL FAMOSO BLOODY MARY

1/4  – de jugo de tomate

3/4  – de vodka

1     – cucharada de jugo de limón

2     – golpes de salsa Perrins

1     – golpe de Tabasco

 Se sirve directamente en vaso largo con hielo y se decora con una rodaja de limón y pajitas de apio.

EL AMOROSO CLARET CUP

1/3  – sw marrasquino

1/3  – de Curaçao​ o curazao rojo

1/3  – de coñac

Se prepara en un bowl con hielo, se sirve en copa alta, la misma que se llena hasta la mitad. Se acaba de llenar con vino tinto y se decora con frutas tropicales.

EL PODEROSO BRANDY COLLINS

1/4  – de zumo de limón

3/4  – de coñac

1/2  – cucharada de azúcar

Se prepara en coctelera con hielo. Se sirve en vaso ancho hasta la mitad, se le añade soda y se sirve con una corteza de limón y una cereza

NOTA: Si descomponemos la palabra «cocktail» literalmente al castellano, vemos que traduce «cola de gallo» y la verdad es que si usted se quiere lucir, consiga unas cuantas hermosas y largas plumas de gallo, límpielas muy bien y sorprenda a sus invitados, mezclando sus cocteles con ellas. Lo maravilloso del invento de estas «mezclas» es que nunca una se parecerá a otra en su preparación. Cada hombre detrás de la barra de un bar, le dará su toque especial. Y si usted quiere sorprender o coquetear con alguien, dígale:

«Voy a prepararte algo especial». Pero cuidado con el encanto… hay cocteles que son para uno o dos… Con la palabra «coctel» podemos contar lindísimas historias de sus orígenes, ya que muchos representan países, famosos de la realeza, estrellas del cine, amores y tragedias.

¡Buen provecho!