Dejar las ventanas abiertas, no bloquear las salidas de aire, no cambiar o limpiar los filtros regularmente, configurar la temperatura demasiado baja, son algunos de los errores que impiden mayor efectividad de ese equipo.
Llegaron los días de calor intenso y de las lluvias que, lejos de refrescar, elevan la sensación de humedad. Son los días en los que buscamos sombra y el fresco de un abanico a como dé lugar y en los que tener un buen aire acondicionado no es un lujo, sino una necesidad sentida.
Es tiempo, por tanto, de hacerle el mantenimiento de rigor a nuestro aire acondicionado, no solo para asegurar un funcionamiento óptimo, sino también para extender la vida útil del aparato. Un aire bien mantenido puede enfriar más eficientemente, lo que se traduce en un menor consumo de energía y, por ende, en facturas más bajas.
Durante el mantenimiento, es esencial revisar diversas partes del aire, como los filtros, que hay que cambiar o limpiar regularmente; las bobinas del evaporador y del condensador, que hay que limpiarlas periódicamente; verificar los niveles del refrigerante, e inspeccionar y ajustar los circuitos o conexiones eléctricas.
Además, una revisión adecuada puede prevenir problemas mayores que podrían resultar en costosas reparaciones. Por lo tanto, mantener el aire acondicionado en buen estado no solo es una cuestión de eficiencia, sino también de ahorros.
A continuación, te presentamos algunas recomendaciones que ayudan a optimizar el funcionamiento de un aire acondicionado, permitiéndole enfriar cualquier espacio de manera más eficiente:
1. Configura la temperatura correctamente
Una de las formas más sencillas de optimizar el rendimiento de tu aire acondicionado es ajustar la temperatura del termostato. Generalmente, se recomienda mantenerlo entre 22°C y 25°C. Ajustar la temperatura a un nivel más bajo no significa que el aire acondicionado enfríe más rápido; de hecho, podría poner más carga en el sistema, forzándolo a trabajar más.
2. Que nada obstruya el paso del aire
La circulación adecuada de aire es fundamental para un enfriamiento eficiente. Asegúrate de que no haya obstrucciones alrededor de las salidas del aire acondicionado y utiliza ventiladores de techo o de pie para ayudar a distribuir el aire fresco por todo el espacio. Considera abrir puertas y ventanas en la noche cuando la temperatura exterior es más baja.
3. ¿Mucho sol? ¡Cierra las cortinas!
El uso de cortinas o persianas en las ventanas puede hacer una gran diferencia en la temperatura de tu hogar. Durante el día, especialmente en los meses más cálidos, ciérralas para evitar que el sol caliente tu espacio. Esta simple acción puede ayudar a mantener la casa más fresca y permitir que el aire acondicionado trabaje de manera más eficiente.
4. Ojo con la humedad
Otro factor clave para tener en cuenta es la humedad. Un aire acondicionado no solo enfría el aire, sino que también elimina la humedad. Si notas que la sensación térmica sigue siendo alta, podría deberse a un alto nivel de humedad en el ambiente. En este caso se recomienda el uso de un deshumidificador para complementar la labor del equipo y mejorar así la confortabilidad interior.
5. Aire + ventilador = Más frío
La combinación de un aire acondicionado con ventiladores puede resultar en un sistema de enfriamiento más efectivo. Los ventiladores ayudan a crear un flujo de aire que mejora la eficacia del aire acondicionado. También puedes utilizar ventiladores de pie o de mesa en áreas donde el aire acondicionado no llega adecuadamente.
6. Aislamiento para que no se escape el aire
Un buen aislamiento es fundamental para mantener el aire fresco en el interior. Si tus puertas y ventanas no están bien cerradas tu hogar no estará adecuadamente aislado, el aire frío se escapará rápidamente y el aire acondicionado trabajará más para mantener la temperatura deseada. Considera mejorar el aislamiento donde sea necesario para aprovechar al máximo el aire acondicionado.